Tres eventos tres derrotas

Por Hugo Cabezas

Por mucho que, los dirigentes de la oposición, se empeñen en ir a mal poner a Venezuela en el exterior, cada vez son menos los apoyos que consiguen. Y es que, los sectores de la extrema derecha internacional, cada día, pierden credibilidad. La reciente derrota de Marine Le Pen, en Francia y la inevitable renuncia de Esperanza Aguirre, una de las máximas líderes del Partido Popular en España, son la mejor demostración de ésta afirmación.

La primera por su extrema oposición a la Unión europea; y, la segunda, por su vinculación con los innumerables casos de corrupción que se le imputan al Partido Popular español, del cual es una de sus mayores lideresas.

Sus más recientes periplos fueron a New York, Washington y Bruselas. En la ciudad de las luces de neón, creyeron que el imperio podría imponer en la agenda del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el tema Venezuela: no lo lograron. Le hicieron coro al gobierno de Estados Unidos para impedir que Venezuela fuera electa Vicepresidenta de la primera Comisión del 72 período de sesiones de las Naciones Unidas: tampoco lo lograron.

En Washington, después que los emisarios de la MUD se pasearon por las calles de Georgetown y visitaron los Night Club de la 18 street, se fueron a la OEA, se arrodillaron ante Almagro y adularon a los cancilleres de México y Paraguay. Convencidos estaban que, el Proyecto de Declaración propuesto por EEUU y sus adláteres, sería aprobado sin mayores problemas; se encontraron con la sorpresa de que en América latina y el Caribe, todavía hay países con dignidad.

Ahora sí. Maduro ya está tumbado le dijo Almagro a Julio Borges. Y, éste que no cabía en el morbo de su alegría, le dijo: lo primero que vamos a hacer es declararte hijo super ilustre de Venezuela. Te daremos la Orden Libertador y Francisco de Miranda, al mismo tiempo. Eres el nuevo padre de Venezuela, superior a Bolívar, a Miranda, a Bello y a todo aquel que quieran poner delante de ti: eres único mi admirado señor.

Convencidos de que la aprobación de una declaración condenatoria de la República Bolivariana de Venezuela sería un hecho. Creían que las innumerables y sediciosas presiones a que Estados Unidos había sometido a los países caribeños serían suficientes para doblegarlos, comenzaron a cantar victoria.

La alegría les duro poco: lo que dura la alegría de un tísico. El CARICOM, en una demostración de dignidad, presentó un Proyecto de Declaración distinto radicalmente distinto al presentado por el imperio.

Los cancilleres tuvieron que devolverse a sus capitales tristes, avergonzados, llorosos, ante tremenda derrota. No lograron aprobar la declaración de marras para enjuiciar a nuestra Patria: mayor derrota imposible.
Como si el turismo político que hacen fuese insuficiente, se fueron a Bruselas. Allí si lograremos que el parlamento europeo condene a Venezuela. Se dijeron a sí mismo. Tampoco lo lograron. Dicho parlamento, a pesar de los esfuerzos de los parlamentarios de derecha, no aprobó ninguna resolución contra Venezuela.
Tantas derrotas, en tan poco tiempo, no se conocen en la historia política de Venezuela. Si a las de New York, Washington y Bruselas le sumamos la derrota de las guarimbas y la violencia terrorista que vienen activando en algunas ciudades de nuestro país, podemos decir que, los dirigentes de la oposición tendrán que preguntarse: ¡y ahora quien podrá defendernos!

@hugocabezas78