Una Corte de Casación de Egipto ordenó este domingo que se reabriera el proceso contra el expresidente de este país, Hosni Mubarak, quien fue derrocado durante las revueltas del año 2011 y que ya había sido condenado a cadena perpetua por las cientos de muertes que ocurrieron durante estas manifestaciones.
Tras deliberar por algunos minutos, la instancia judicial egipcia dio su veredicto luego de aceptar los recursos de los acusados contra la sentencia a cadena perpetua, y ordenar un nuevo juicio para Mubarak, así como también, su ministro de Interior, sus dos hijos Alaa y Gamal y seis responsables de los servicios de seguridad.
Luego de que el tribunal diera su decisión, partidarios del expresidente que se encontraban presentes en el tribunal, gritaba con júbilo «¡Viva la justicia!».
Según los abogados defensores de Mubarak, la sentencia contra el exdignatario no fue respaldada con pruebas suficientes.
Por su parte, la Fiscalía General apeló el fallo, al considerar que el expresidente y Al Adli debían haber sido castigados con la pena de muerte.
Mientras tanto, Mubarak, de 84 años, está ingresado desde el pasado 27 de diciembre en el Hospital Militar de Maadi, en El Cairo, por las heridas sufridas al caerse en el baño del centro sanitario de la prisión de Tora, donde estaba cumpliendo la cadena perpetua desde junio de 2012.
A comienzos de enero, una comisión de investigación presentó a la justicia nuevas pruebas que supuestamente demuestran que el exjefe de Estado vio por televisión a través de un canal cifrado, la represión durante las protestas, en la que murieron más de 800 manifestantes.
Mubarak es el primer ex líder árabe enjuiciado y condenado por su propio pueblo en presencia de la llamada Primavera Árabe, pues en Túnez se procesó y sentenció al depuesto ex presidente Zine El Abidine Ben Alí, quien estuvo en el poder durante 23 años.