Frente al asedio de una guerra económica nacional e internacional que se prolonga por mas de tres años y medio, Venezuela se anota un triunfo diplomático resonante al organizar recientemente en la isla de Margarita la décimo séptima Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) y asumir la Presidencia Pro Témpore del foro de concertación política conformado por 120 países hasta el año 2019.
El espaldarazo dado al presidente Nicolás Maduro y su equipo ministerial, por los Jefes de Gobierno y Jefes de Estado del organismo multinacional mas grande después de la Organización de Naciones Unidas (ONU), sin lugar a dudas, ratifica el nuevo liderazgo asumido por la República Bolivariana de Venezuela en el concierto internacional.
Y esa capacidad de articular propuestas y lograr acogida en un foro como el Mnoal, así como en otros espacios, tiene su nacimiento en una política exterior de largo alcance diseñada e implementada por el comandante Hugo Chávez, en la que se aboga por un mundo multipolar, donde haya pleno respeto a la soberanía y se ponga fin a los atropellos e intentos de dominación colonial de cualquier signo.
Tiene ahora Venezuela una oportunidad dorada para promover avances no solo en el plano político y diplomático, sino también en el ámbito de la economía mundial. Y sabemos que este frente resulta vital en la lucha por la plena soberanía de los pueblos y su derecho a un desarrollo integral.
Entonces es fundamental, como sugiere el profesor e investigador cubano Darío Machado, cohesionar el accionar de los países miembros del Mnoal alrededor de objetivos estratégicos como la consolidación de los mecanismos de cooperación Sur-Sur. Esto permitirá avanzar progresivamente hacia aspectos mas específicos como la conformación de un Banco para el Desarrollo del Mnoal.
Este sería un elemento clave para avanzar en el necesario desacoplamiento del dólar como moneda hegemónica y empezar a liberarnos del señoreaje imperial.