Triunfos en México y Argentina cambiaron el mapa político de América Latina

La socióloga e historiadora argentina Paula Klachko considera que con los procesos de enorme intensidad histórica que actualmente ocurren en América se vive un “momento bisagra”, de esos que marcan un punto de inflexión, un antes y un después. Se refirió a las insurrecciones populares en Ecuador, Chile, Haití, Colombia, como parte de estos acontecimientos, y a los triunfos electorales de Manuel López Obrador en México y Alberto Fernández en Argentina.

Paula Klachko fue una de las ponentes en horas de la mañana durante el seminario Rebelión Antineoliberal en Nuestra América, que concluyó en la Cancillería y que ayer fue moderado por Lídice Altuve. El seminario, en el cual se dieron se dieron cita unos 50 intelectuales de América Latina y el Caribe, fue organizado por la Red de Intelectuales y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, conjuntamente con Telesur y la Cancillería.

Entre los especialistas invitados se encuentran Irene León, Juan José Bautista, Claudio Katz, Pablo Guadarrama, Matías Cacciabue, Sergio Guerra y Darío Salina, Ana Esther Ceceña, Héctor Díaz Polanco, Nayar López, Omar González, Enrique Ubieta y María Augusta Calles, Pascualina Cursio, Yudith Valencia, Vladimir Acosta, Norma Henríquez y otros.

La socióloga afirmó, citando a Gramsci, sobre lo que ocurre en América Latina y el Caribe, que se trata de un momento en que lo orgánico y lo coyuntural están unidos, a flor de piel. En lo coyuntural se pueden apreciar los enfrentamientos orgánicos de nuestras sociedades, Se trata, afirmó, de un momento de polarización, de agudización de la lucha de clases. Luego citó al presidente Nicolás Maduro, en 2017, al referirse a la ofensiva brutal del imperialismo en cada uno de nuestros países, con diferentes modalidades: fraudes pos electorales, golpes de Estado, mediante los cuales se han logrado desalojar gobiernos populares que en 2009 abarcaban más del 66 por ciento del territorio latinoamericano. Quedaban en resistencia Cuba, como siempre, Nicaragua y Venezuela.

En ese discurso, Maduro planteaba que ante el reflujo que se atravesaba por la ofensiva brutal del imperialismo, había que medir no solamente las correlaciones de fuerzas políticas institucionales con los gobiernos populares que quedaban de pie, sino que se debía medir las correlaciones de fuerzas políticas de las luchas de los pueblos, y que en ese sentido no tenía dudas de que frente a esa ofensiva neoliberal los pueblos acompañarían a Venezuela, Cuba y Nicaragua

Planteó que así fue, y en los años siguientes de luchas ininterrumpidas, Venezuela y Cuba, en resistencia heroica, aguantan la guerra de amplio espectro. En 2018 se produce el triunfo de Manuel López Obrador en México y luego el triunfo electoral de una gran unidad de distintas fuerzas populares en Argentina.

“Eso cambia el mapa político de nuestra América”, aseguró la ponente.

Klachko criticó la postura de cierta izquierda que postulaba que el reflujo que afectó a estas democracias populares representaba el final del ciclo progresista.

A esta intelectualidad la tildó de agorera, a veces financiada por el imperialismo, “de una supuesta izquierda, que yo no llamaría ultraizquierda, sino que es una izquierda que se dice autonomista, es una postura intelectual seudo progresista, que se refugia en las cuestiones ambientales o algunas reivindicaciones femeninas, y en otros movimientos que como siempre los enemigos pretenden penetrar, desvirtuar o manipular”, expresó.

Klachko llamó “octubre caliente” lo ocurrido meses atrás con la insurreción antineoliberal, pero también porque estuvo en juego la continuidad de los procesos en Bolivia y Uruguay, y cuyas derrotas no estaban en los cálculos.

Argentina

Con respecto a los triunfos de México y Argentina, que representan la segunda y tercera economías más grandes de América Latina, consideró que se trata de una afrenta para el imperialismo, ya que estos dos países pasan a sostener posturas soberanas y dignas, ya no son los “perritos falderos”, que proponía en su momento Pedro Pablo Kuszynski para los pueblos de esta región con respecto a Estados Unidos.

“Pero además”, aseveró la expositora, “tenemos que en los países gobernados por la derecha se dan procesos insurreccionales. En Haití de manera continuada desde hace mas de dos años, pero agudizada en estos últimos meses, se da un proceso insurrecional contra esa fuerza de ocupación colonial multinacional, en la que desgraciadamente intervienen algunos gobiernos progresistas. Tenemos los casos insurreccionales de Ecuador contra la traición de Lenín Moreno, y en Chile, que sabemos la importancia que tenía Chile, la buena alumna, el modelo supuestamente exitoso. Entonces, esos procesos insurreccionales… y también la resistencia al golpe en Bolivia, que también tiene tintes insurrecionales que debemos profundizar…. Vienen a establecer ese momento bisagra. En estos países se muestra una alta disposición de las masas al combate en las calles, desbordando las luchas absolutamente por fuera de las instituciones, cuestionando el orden institucional que evidencia una crisis de representación política, que es la expresión de unas crisis más profundas que son las crisis orgánicas que se dan en eso casos nacionales y en otros”.

Al revisar el caso argentino, donde no hubo jornadas violentas como en Ecuador, Chile, Haití, dijo que muchos se preguntaban por qué no se reaccionaba como en Ecuador, por ejemplo. Afirmó que en los últimos cuatro años hubo una importante memoria de lucha y que en estos años no hubo un día en que no se produjeran protestas, movilizaciones, con un momento de inflexión en diciembre de 2017, cuando la clase dominante argentina pretendió avanzar con reformas estructurales dentro de un modelo occidental.

“En Argentina”, expuso, “cuando pretenden sacar por ley la Reforma Previsional en diciembre de 2017, todas esas luchas que habían estado dispersas o fragmentadas se unifican en las calles con un combate de masas en la plaza de Mayo contra las fuerzas de seguridad, pero, además, es un punto de inflexión, porque a partir de allí se establece una unidad de acción de las fuerzas organizadas, del movimiento obrero que es muy fuerte, unificado, y también las diversas organizaciones sociales y populares más recientes, surgidas en la última década, herederos del ciclo de rebelión popular del 90 contra el neoliberalismo, que permanece, construye y que se activaron al regresar el neoliberalismo con Mauricio Macri”.

Indicó que en el Gobierno de Macri se hicieron cinco paros nacionales, cinco huelgas, que en Argentina paralizan todo el país. Además, los argentinos tenían frescas las conquistas logradas en los gobiernos de los Kirchner. Hubo una articulación de diferentes fuerzas con dirigente del kirchnerismo y así se logra una alianza que permitió al Frente de Todos, canalizar el descontento y lograr la victoria electoral.

Pueblo activado

Klachko planteó que en Argentina hay una clara visión de la lucha del poder por la vía electoral, por lo cual no se puede comparar con los procesos insurreccionales vividos en otros países.

Igualmente señaló que la clase dominante en el Gobierno no pudo aprobar a su conveniencia las reformas estructurales.

“Esa ley de reforma previsional que aprobaron no es la ley que hubieran querido. No es la ley que exigía el FMI, que desembarca en el ultimo año del Gobierno de Macri y toma el timón de la economía del país, con su políticas de siempre. Tampoco pudieron de ninguna manera ni siquiera plantear la ley de precarización laboral, llamada de reforma laboral. Esto habla de la fortaleza del movimiento popular”, expresó.

Consideró que es el pueblo como categoría política el que está activado en esas insurrecciones populares. Se tata de un pueblo en el que por supuesto se dan las contradicciones de clase. Sostuvo que además la lucha de clases no hay que verla como monolítica, una clase contra otra. Se constituyen alianzas y lo que hay que ver en estos procesos insurreccionales es qué nuevas alianzas están, porque no son las mismas en Ecuador, de aquellas que llevaron la Revolución Ciudadana, no son las mismas en Chile, que está todo por hacerse, porque hay 46 años de aplacado el movimiento popular y el protagonismo de algunos movimientos sociales, como el de mujeres, las y los mapuches, los estudiantes, ese conjunto heterogéneo forma parta de la unidad social.

Con relación a los procesos sociales, señaló que cada proceso tendrá su tiempo para poder articular nuevos liderazgos, nuevas organizaciones que puedan expresarse políticamente y disputar el poder.

“El gran peligro de estos agoreros de fin de ciclo, de estos seudo progresistas y buena parte de la izquierda trotskismo, que es una izquierda testimonial, que hoy mismo en Argentina se está oponiendo a la Ley Orgánica de Solidaridad que está proponiendo votar el Gobierno argentino, y que junto con la derecha, el trotskismo en Argentina junto al macrismo son los que se están oponiendo a que salga la ley madre que continúe las reformas que el nuevo Gobierno pretende imponer. Los patronales del campo ya están anunciando un paro nacional de 48 horas, con cortes de ruta para la semana que viene. Esa triste confluencia, quieran o no, que estos compañeros hacen, pero que además, lo preocupante es que no tienen ningún sentido de vocación de poder. Todo lo contrario, esa izquierda seudo progresista lo que hace es tratar de despojar a los pueblos de la idea de la disputa de poder…”.

Radicalizar la democracia

El historiador Pedro Calzadilla, quien preside la Red de Intelectuales, abrió un paréntesis entre el debate y las ponencias para leer una carta a propósito del seminario de Gloria Gaitán, hija de Jorge Eliecer Gaitán, asesinado en Bogotá en 1948.

Gloria habló de Colombia, la que nació en 1819, se refirió a Bolívar, y a un nuevo concepto político llamado “democracia continua”, dentro del esquema de radicalizar la democracia.

“Vivimos una crisis de representatividad”, leyó Calzadilla. “Hoy 17 de diciembre en su grupo Infonuevo, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Francia, Michel Mujica, a buena hora, nos recuerda que en la fecha no solo se conmemora la muerte del Libertador Simón Bolívar, ocurrida en 1830, sino que por igual se celebra el bicentenario del nacimiento jurídico y político de la República de Colombia, que por iniciativa del Libertador y mediante la expedición de la Ley Fundamental de la República de Colombia establece que ‘Las Repúblicas de Venezuela y de la Nueva Granada quedan este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia’. Esta ley en su artículo segundo señala que su territorio será el que comprendían la antigua Capitanía General de Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada”.

“Con ello se resalta no solo la importancia de nuestra unión, que debía ser indisoluble, sino que resalta el hecho de que dejamos de ser Capitanía General y Virreinato gracias al tesón de Bolívar, que logró que aceptáramos ser repúblicas, hecho de no poca monta y que solemos olvidar cuando elogiamos sus hazañas, poniéndole énfasis al hecho de que nos liberó e independizó de España cuando su meta crucial fue cambiar la estructura política monárquica que teníamos en una estructura republicana, logro cuya dimensión y grandeza hemos perdido de vista en la hora de ahora”.

Gloria Gaitán aseveró que valía la pena rememorar los obstáculo que tuvo que vencer Bolívar para lograr el cambio de sistema político. Habló del “sabio Caldas”, quien llegó a plantear que se continuara bajo la estructura monárquica y que se le diera a los criollos la nacionalidad española y que el cambio consistiera en la administración pública.

Señaló que hoy por hoy vivimos una rebelión antineoliberal, pero no antisistema, “como si la política económica no fuera fruto perenne y resultado obligado de los mecanismos y filosofía misma del sistema dominante. El neoliberalismo es un apéndice indisoluble de la democracia representativa, y no puede superarse si no se modifica de plano el sistema que lo genera, que es es precisamente la llamada democracia representativa, en la que se delega el poder ciudadano en pocos representantes a expensas de la expoliación de los derechos de participación directa y permanente de todos y cada uno de los ciudadanos, tanto en su diseño como en su aplicación, derechos que en una verdadera democracia deberían ser inalienables”.

Al final citó al constitucionalista francés Dominique Rousseau, autor del libro Radicalizar la democracia, en el que plantea la “democracia continua” y describe la estructura política que ha de tener este sistema llamado a reemplazar la representatividad que le han dado a las repúblicas como forma de gobierno…”.

T/ Manuel Abrizo
F/ Miguel Romero
Caracas