Por Néstor Rivero|Los truenos de Zeus (Opinión)

Hace ya algún tiempo Zeus se escapó del dulce cerco de intrigas en que le mantenían otros dioses, para iniciar su recorrida de noche por calles y callejones de Atenas y, con disfraz de mendigo, ir tocando alguna puerta amable que quisiere abrirle con disposición a compartir tertulia y alguna humilde taza de café.

Ya no siguió escuchando Zeus a reducidas élites que imponían su voluntad en el tablón de las alturas del Olimpo, a cuyo alrededor se congregaba el círculo de los dioses, y de cuyas conclusiones siempre salían pediendo los pueblos «¡Por una vez, basta!», dijo el monarca miotológico. «Veamos ahora cómo salen las cosas si quien las dirige es el pueblo». Y eso comenzó a ocurrir con el referéndum griego del pasado domingo 5 de julio. Día coincidencialmente de independencia para la patria de Bolívar y Hugo Chávez, quienes tal vez ahora cuenten con un escaño en la tertulia de los cielos.

La Grecia actual liderada por Alexis Tsipras y la coalición Syriza -y que ha contado también con el talento académico de Yanis Varoufakis, el renunciante ministro griego de Finanzas y espadachín de los derechos del pueblo, delante de los mosqueteros del FMI, si bien de una parte acaba de confirmar su decisión de no plegarse a los términos dsproporcionados que pretende el FMI y el Banco Central Europeo y CE, de otra parte debe reconocerse que afronta serias dificultades para el cumplimiento de las obligaciones habituales que el país atiende en el campo financiero, interna y externamente.

De hecho ya se aplican medidas a los bancos helenos, que restringen la capacidad de circulación de masa monetaria en la calle. Y el pago de los tramos de la deuda griega con los acreedores necesita nuevas condiciones de renegociación; no se niegan a las conversaciones.

Y de eso se trata, de revisar los términos del acuerdo entre la nación griega y la troika. Hacia allí apunta el referendum del pasado 5; no al abandono abrupto de la Unión Europea por Grecia: eso es lo que nos indica la dinámica de los últimos sucesos.

Y ello es inteligente, por cuanto el pueblo griego ha sido llevado por los llamados organismos multilaterales -y gobiernos entreguistas que solo perseguían acrecentar las cuentas bancarias de sus altos funcionarios- a un foso. Muy parecido a la Venezuela de la IV República ¡Ahora Zeus habla desde los pueblos!

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