Pedro Hernández C. | Un antes y un después (Opinión)

Se dice que el hoy es el futuro del pasado y la antesala efímera del futuro.

El pasado: viernes 27 de febrero de 1987; Hoy: martes 4 de febrero de 1992; el futuro: domingo 6 de diciembre de 1998.

El 4 de febrero de 1992 fue el día en que la historia de Venezuela se fraccionó en dos momentos: un antes y un después.

El miércoles 4 de febrero de 2015, en el Cuartel de La Montaña, donde reposa el cuerpo inmortal Comandante Supremo y Padre de la Revolución socialista venezolana, se le hizo los actos de respeto y agradecimiento por su lucha y el haber iniciado los pasos de la futura independencia económica y de las potencias extranjeras.

Existen antecedentes (causas) que “justifican” actuaciones (efectos) que originaron el 4 de febrero, que enumeramos a continuación:
1. Pequeñas causas producen pequeños efectos.
2. Pequeñas causas producen grandes efectos.
3. Grandes causas producen grandes efectos.
4. Grandes causas producen pequeños efectos.

La actuación de esos jóvenes militares se encuadra en la tercera consideración: grandes causas producen grandes efectos. Lo que se celebra, entonces, el 4-F no es la derrota militar, lo que se celebra es la génesis de la derrota del Pacto de Punto Fijo y el inicio de la liberación de Venezuela de las potencias extranjeras. Es decir, la derrota militar obtenida, en la práctica, fue una gran victoria política.

Como anécdota histórica: los vietnamitas celebran la victoria sobre Estados Unidos, a pesar de que en la fecha de la firma de la paz, 27-01-1973, según narran algunos testigos, hubo un coloquio entre los firmantes, palabras más palabras menos, los estadounidenses señalaron: nosotros no perdimos una batalla en esa guerra; le respondió el vietnamita, tal vez haya sido así, pero perdieron la guerra. A pesar de haber sido derrotados en los diferentes encuentros militares, los vietnamitas celebran los 27 de enero de cada año el objetivo último de toda guerra: la victoria.

Debemos dejar claro que el movimiento del 4 de febrero de 1992 fue una insurrección de un pequeño número de militares de baja graduación que protestaron ante el Gobierno y el mundo de los atropellos de las políticas adeco-copeyana contra el pueblo venezolano.

Los golpes militares están formulados y acompañados por las castas militares y políticas de un país con el objeto de derrocar un gobierno constitucional, con el fin de imponer un régimen diferente (en general de porte despótico).

T/ Pedro Hernández C.