Un buen día en el vecindario plantea el tema de la televisión de servicio social

Desde mañana viernes estará en las salas de cine de Venezuela la película Un buen día en el vecindario, un filme dirigido por Marielle Heller y con un reparto liderado por Matthew Rhys y Tom Hanks, inspirado en la vida real y basado en un trabajo periodístico publicado en una reconocida revista estadounidense, en el cual su autor, Tom Junod, plasmó la influencia que causó en él Fred Rogers (Fred McFeely Rogers) un educador, músico, ministro presbiteriano y presentador de televisión que entendió el potencial de la pantalla chica como una herramienta pedagógica de profundo impacto.

Un buen día en el vecindario es una película que expone en un lenguaje ligero y sumamente potable, una serie de temas de profunda complejidad. Con su discurso, puesta en escena y estética de gran sencillez la composición audiovisual, por una parte invita a la audiencia a revisarse de manera profunda, a recordar su infancia, a entender la importancia de mantener vivo su niño interior y a observar cómo maneja sus emociones.

SENCILLA Y PROFUNDA

Por otra parte, la cinta devela algunas claves biográficas sobre Fred Rogers o Mr. Rogers, un ser excepcional, que utilizó la televisión como verdadero servicio social y se dedicó especialmente a la estimulación de la inteligencia emocional en los niños, con la intención de formar ciudadanos capaces de enfrentar de manera adecuada situaciones tal vez cotidianas, comunes, pero espinosas y complejas, que usualmente son tratadas como tabú en las esferas infantiles, como la muerte de seres queridos, el divorcio de los padres, momentos que involucran sentimientos como el miedo, la ira, la necesidad de perdonar, etcétera.

En una sinopsis simple basta con decir que Un buen día en el vecindario cuenta la historia de Lloyd Vogel, un adicto al trabajo, reconocido y cínico periodista, interpretado por Matthew Rhys, acostumbrado a temas de investigación difíciles que es prácticamente obligado por su jefa a escribir un artículo sobre un querido ícono de la televisión, conductor de un programa infantil (El vecindario de Mr. Fred) Fred Rogers, encarnado por Tom Hanks.

VIAJE HACIA UNO MISMO

Para Vogel, quien acaba de ser padre y atraviesa un conflicto existencial a causa de las deterioradas relaciones con su padre, resulta extraña y tal vez chocante la bondad y el genuino interés de Rogers hacia todas las personas que se consigue en el camino.

En el encuentro entre ambos se intercambian los roles de entrevistador y entrevistado y en ese proceso Vogel termina sorprendido y removido con la revelación de sí mismo provocada por el presbítero, desde su perspectiva infantil adquirida por su experiencia como pedagogo, y con preguntas básicas planteadas con la curiosidad de un niño, pero capaces de aflorar el abanico de emociones que el periodista se empeña en sumergir, hasta que entiende la necesidad de liberarse y dejarlas salir a flote, para finalmente aprender a perdonar.

SU INFLUENCIA

Con este trabajo Marielle Heller da muestras de su destreza como directora al confeccionar una estructura narrativa que intercala el formato del programa de televisión de Mr. Rogers con situaciones vinculadas con la cotidianidad y el conflicto de Vogel y al potenciar un enérgico contrapunteo interpretativo entre Hanks y Matthew Rhys, tal vez con una carga superior en el primero por la amplitud de matices del personaje, rente al otro con pocos tonos de grises.

En general, aunque desgrana buena parte de la conformación del personaje en muchos aspectos, no se trata propiamente de una película biográfica sobre Fred Rogers, sino sobre su influencia.. Más aún, el filme asoma algunos elementos que no se desarrollan y terminan dejando al particular presentador de televisión en una zona oscura que muy probablemente el público se interesará en aclarar por sus propios medios.

En la edición de este año de los premios Oscar, esta cinta tiene una sola nominación, para Tom Hanks en el renglón de mejor Actor de reparto.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Archivo CO
Caracas