Un revolucionario para quien la pedagogía era un arma para la emancipación

El comandante Hugo Chávez consideraba que la robinsoniana era la mas importante de las tres raíces recuerda el profesor Alí Rojas Olaya, rector de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte)

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La historia ha querido hacernos creer que Simón Rodríguez era solo un maestro de aula, pero tenemos que ver a este hombre como lo que es: un político revolucionario cuyo legado, sostenía el comandante Hugo Chávez, era la mas importante de las tres raíces de la Revolución Bolivariana.

Así lo enfatiza, con motivo de cumplirse este 28 de febrero 154 años de la muerte del Maestro, el profesor Alí Rojas Olaya, rector de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), quien explica lo dicho, adicionando que la función fundamental de Rodríguez fue ser un político que utilizó la pedagogía como arma para la emancipación.

-Estamos hablando de un maestro revolucionario que está formando cuadros políticos. Tampoco cualquier cuadro político. El mismo Rodríguez lo describe en esta frase: “El 9 de diciembre de 1824 logramos sacar al último Virreinato en Suramérica, que fue el de Perú”, precisa.

-Es Simón Bolívar, emancipaba, lograba libertades, independencia, para que la gente pudiera defender esas libertades e independencia y tuviera la autodeterminación de crear sus propias leyes.

Rodríguez participa en la Conspiración de La Guaira, con Gual, España y Joaquina Sánchez y comienza a ser perseguido. Pues el movimiento había sido delatado. Huye al Caribe pero no escoge las islas francófonas cuyo idioma leía y hablaba y era un hervidero de revolucionarios, como Jean Baptiste Bideau, Lotremont, Toussaint de Louverture.

-Se va a Jamaica, que es una colonia inglesa, donde aprende su idioma y comparte en los cumbes con los esclavizados libertos y cimarrones. De allí pasa a Estados Unidos, donde labora en una empresa tipográfica en la que todo el personal es esclavo. No le cuentan la esclavitud: la vive.

Rojas Olaya afirma que Rodríguez parte para Europa, menos España, donde le esperaba la muerte. Va para Francia, Prusia, Inglaterra. En Alemania se va a formar científicamente. Se va a conectar con los socialistas utópicos, trabaja con químicos, físicos, matemáticos; va a conocer a la intelectualidad y va a ser testigo de “un hecho abominable, que es el auge de la Revolución Industrial”.

-Comprende que esa liberté, égalité y fraternité que escucha nombrar en Francia “… no es la libertad que uno quiere, es la libertad de comercio, la libertad que yo tengo de oprimirte, de convertirte en esclavo, y con ella lo que se logra es lo que dice Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El Gatopardo: eliminar a la aristocracia para darle la bienvenida a la burguesía; es decir, cambiar todo para que nada cambie”.

Alí Rojas Olaya

“Ya no son los aristócratas los amos, o sí son, pero ahora se llaman burguesía, mientras para el obrero, es lo mismo porque tiene que trabajar para otro” es el fin de esa cita.

CON BOLÍVAR EN ROMA

Allí solamente va a tener un respiro entre 1803 y 1805, porque uno de sus alumnos, Simón José Antonio, abatido y triste por la muerte de su esposa María Teresa llega a Francia, busca a Rodríguez, que está en su ciencia, creando, hablando alemán, ha aprendido ruso en Rusia, traduce Atala, del escritor francés François-René de Chateaubriand y va a formar un cuadro político, llamado Simón Bolívar.

El profesor Rojas Olaya comenta que el examen de prueba a este alumno fue el juramento del Monte Sacro, que conocemos porque Rodríguez lo sabe de memoria y lo recita en Amotape, Perú, el 28 de febrero de 1869 poco antes de su muerte y luego dice “… Mi única libertad es la que juramos en el Monte Sacro”.

Bolívar tuvo tres maestros, Rodríguez (1805), Miranda (1810 en Londres) y Petion (1816) las tres lumbreras de la humanidad, que le enseñan que la lucha es de clases, señala.

Rodríguez le ha dicho que “…no hay peor enfermedad que el capitalismo, que es la sed insaciable de riqueza” y lo ha escrito en su libro Las sociedades Americanas (1818).

En sus Observaciones sobre el terreno de Vincocaya, Arequipa, 1832, Simón Rodríguez asevera: “…Los empresarios meramente capitalistas son una ruina manifiesta de la industria bajo la apariencia de protección y nadie tiene derecho para ganar sino empleando su trabajo o arriesgando su capital. Hacer frente como empresa contando con el trabajo ajeno, sin comprometer sus intereses es la especulación mas sencilla, en cuanto a cálculo, y de ordinario la mas fácil porque cuentan con la miseria del obrero”.

También declara “…la división social del trabajo embrutece a los obreros”. Certifica que “… los medios de producción tienen que estar en manos de un gobierno verdaderamente revolucionario no pueden estar en manos de particulares”.

LA MAS IMPORTANTE DE LAS TRES RAÍCES

Luego el profesor Rojas Olaya aclara que Rodríguez estaba en conocimiento de que logramos la independencia, pero no todavía la libertad.

-Entonces el Maestro precisa: “… Entre la independencia y la libertad hay un espacio inmenso que solo con arte se puede recorrer”. Ese espacio es la cultura y el arte al que se refiere puede ser su obra, pero su obra fue escrita para el futuro, para los tiempos venideros y es hoy cuando la estamos aplicando

La voz del maestro Rodríguez sentenciaba “… Nada importa tanto como tener pueblo. Formarlo debe ser la única atención de los que se apasionan por la causa social”. Para Rodríguez “el socialismo es la causa social” y por eso el comandante Hugo Chávez nos obligaba a leerlo, reveló.

Cuenta minutos después que Robinson clamaba por la aplicación de su máxima “… Ojalá cada parroquia se erigiera en toparquía, pues una confederación de toparquías es el mejor de los gobiernos que pudiera existir”.

-Debemos saber que la Toparquía es la Comuna. El quería que las parroquias no fueran parroquias, es decir que no giren en función de un templo porque el templo no es precisamente signo de fe: es símbolo de poder, de dominio español.

-Quería que las comunidades estuvieran regidas por gobiernos comunales y en lo amplio por una confederación de toparquías, lo que en perfecto castellano es comunismo, continuó el entrevistado.

Porque toparquía es Comuna, Comuna viene de común, de comunión. El mejor Gobierno de todos los que puedan existir es el comunismo que viene de Comuna, de comunión, de compartir el pan. Porque el pan no es tuyo ni mío, es de todos.

-Por eso los enemigos de la Revolución dicen: “Hay que tratar de eliminar el Estado comunal” porque la obra de Simón Rodríguez radicó en acabar con el Estado liberal burgués, dijo para finalizar el Rector de la Unearte.

T/ Mercedes Aguilar
F/ Roberto Gil
Caracas