Un “Rolo e’ Vivo” que se fue con su “¿Cuánto vale el show?” al cielo

Durante 55 años fue un ícono en la televisión venezolana como actor, animador y empresario

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“El me dijo una vez cuando era mesonero en el Tierra y Mar (Caracas), ‘mira muchacho te voy a dar un consejo. Cuando llueva llene sus peroles de agua porque siempre escampa’. Nunca olvidé esas palabras”, recordó Benjamín Rausseo, mejor conocido como “Er Conde del Guácharo”, al rememorar a un hombre de televisión.

Iba a contar otra anécdota… pero no aguantó las lágrimas y los oyentes del martes 30 de junio durante un programa de Román Lozinski en el circuito Éxitos, pudimos escuchar el llanto sincero de quien pierde “un verdadero amigo”. Y para muchas personas del mundo de la televisión o no, Guillermo “Fantástico” González lo fue.

Fueron muchos los mensajes al enterarse de su partida a los 75 años producto de un cáncer en Madrid, España, rodeado de su familia. Fue actor, animador (rama donde marco un hito al romper con el molde sobrio y acartonado de la época, aplicando una chispa que le era natural y por eso llegaba), productor y empresario, donde fue un “lince en los negocios” y se metió la “gran boloña”.

Nuestro primer recuerdo del también apodado “Rolo e’ Vivo” fue a mediados de los años sesenta, cuando junto a la también fallecida Rebeca González y Orlando Urdaneta participó como un “bobolongo” o persona medio torpe pero inteligente en el programa de aventuras Robert y Akela.

COMIENZOS

Nació en la Gran Canaria, España, pero a los cinco años emigró con sus padres a Caracas, Venezuela. Estudió bachillerato e ingresó en la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde comenzó a estudiar arquitectura, pero su norte era otro: el mundo de los espectáculos.

En otro cuento echado por el mismo González en una de las tantas entrevistas que dio en su vida, recordaba que en sus comienzos en la televisión se iba caminando casi todos los días desde su casa en la avenida Victoria en Caracas hasta RCTV, que estaba de Bárcenas a Ríos cerca del centro de Caracas, lo que equivalía a casi cuarenta y pico de minutos de caminata). Su argumento era que se ahorraba un medio por cada viaje en el transporte en autobuses, porque también estudiaba y necesita guardar por sus estudios.

Lo que era verdad, ya que también estudió en la Escuela Juana Sujo de Caracas, iniciándose como actor teatral en 1962 con «El extraño viaje de Simón El Malo». Allí lo ve el cantante, actor y productor televisivo Héctor Monteverde (el “Muñeco de la Ciudad”), quien lo contrata en 1964 para trabajar en la telenovela Historia de tres hermanas. Lo demás fue una historia de constancia y éxitos.

Con apenas 21 años se internacionalizó mudándose a Ciudad de México, donde colaboró durante dos años según datos de Wikipedia en Tele Sistemas Mexicanos (hoy Televisa), donde se desarrolló profesionalmente en televisión y teatro. Recibió el premio como mejor actor prospecto en 1967.

Sin embargo, con lo que aprendió y varias ideas que bullían por su siempre capacidad de innovar, regresó a Venezuela y a RCTV donde produjo, escribió, dirigió y actuó en los distintos espacios dramáticos del canal (sinceramente nunca nos gustó en el drama porque se sentía muy acartonado… Lo de él era definitivamente la comedia).

En 1976 salió al aire el programa de concursos para estudiantes de bachillerato Viva La Juventud (previamente existió uno muy sobrio: Oscar Martínez es competencia de Juventud, que desapareció a mediados de los setenta al fallecer el también actor y animador en una lamentable accidente de tránsito), donde debutó como animador junto a la también ya desaparecida Carmén Victoria Pérez), marcado por la jocosidad y donde se presentaban muchos cantantes.

Recordamos ese espacio, ya que cuando estudiábamos quinto año en el Liceo Independencia, cuando participamos en ese programa como público (nuestras promedios rayando en el diez y timidez en esa época no daban para responder como “cerebritos” o participar en algunos concursos). Pudimos apreciar en los denominados negros (espacios donde la publicidad da unos minutos libres) a una persona siempre alegre… pero detallista cuando veía que algo no salía muy bien.

En 1979 surge Fantástico (siendo recordado su saludo ‘Qué tal mis queridos caramelos tropicales, apreciadas fieras’), un programa sabatino maratónico de variedades de RCTV, que nunca pudo destronar definitivamente a Sábado Sensacional. Sin embargo, dentro del mismo creó el segmento ¿Cuánto Vale el Show? que apareció por primera vez en pantalla en 1980.

Dicho en el argot de la época, fue un “palazo” o éxito, ya que fue un programa, si no pionero, que marcó pauta entre los del género de concursos en televisión venezolana, ya que en el mismo competían artistas aficionados como cantantes, músicos, bailarines delante de un jurado calificador. Al poco tiempo lo sacó individualmente arrasando sintonía durante años y en los distintos canales donde lo emitió.

GRAN NEGOCIANTE

Creativo siempre, paralelamente a comienzos de los años setenta se metió en un negocio que le fue rentable, como lo fue producir obras en el denominado teatro comercial, de comedias ligeras donde aparecían actrices ligeras de ropa con textos básicos de doble sentido, teniendo como base el Teatro Chacaíto en Caracas, muy al estilo de las comedias italianas de la época (por cierto, el comediante italo Lando Buzzanca fue uno de sus ídolos). A pesar de ser acribillado por quienes ejercían el teatro de autor o el clásico, (Grupo Rajatabla entre ellos), este fue un negocio que le generó por una década millonarias ganancias.

Como dijimos, hacer negocios siempre fue su fuerte. Decidió irse de RCTV, que también vio como este caballero al igual que Renny Ottolina en su momento, generaban con su imagen millones en publicidad.

Fundó su propia productora para hacer el programa Fantástico, emitido durante tres años en Venezolana de Televisión (VTV), sacando el programa Fantástico Presenta y la telenovela infantil Crecer con papá.

Fundó Televen donde tuvo el 50% de las acciones. Fue vicepresidente de producción y ventas en los comienzos de este canal, pero a los tres años vendió sus acciones. Pero esa alma negociante no descansaba y se fue a Maracaibo, donde fundó Televiza, Canal 7, siendo el presidente de la junta directiva y productor general.

En ese estado también creó las emisoras Fantástica FM, Ondas del Lago FM, Fabulosa Stereo y Favorita Stereo, entre otras. Al mismo tiempo en Margarita inauguró la emisora Super K la Karibeña y creó el Banco Insular, siendo accionista y director. Sin embargo, a los cuatro años vendió sus acciones y se devolvió a Caracas.

Su siguiente parada fue en Venevisión, donde produjo y animó Cuanto vale el show y La Gran Boloña hasta el año 2008. A partir de este momento fue asesor para constituir canales de televisión en Perú, Colombia, Chile, República Dominicana y en Miami, Estados Unidos.

Definitivamente lo suyo era negociar. De hecho, a finales de los ochenta en el caraqueño Hotel Tamanaco, ya en labores periodísticas, escuchamos su conversación con otros asesores por una intérprete pop (bella por cierto) que él patrocinaba. Seriamente señalaba cómo debía manejarse esta artista.

El otrora cantante y hoy gran productor de televisión y empresario, Hugo Carregal, asi como otras personas que fueron sus amigos más cercanos y otros no tanto, aparte de otros que nunca lo fueron, reconocieron su labor filantrópica, “siempre callado sin decir lo que hacía”, como señaló Carregal.

El mismo “Er Conde de Guácharo” señaló que su primer oportunidad en la televisión se la dio González en un programa de concursos. Carregal citó una frase que siempre utilizaba Guillermo al final de sus programas y que en esta oportunidad suena oportuna: “Vayan con Dios, pero regresen”.

Ya no regresará “Fantástico”… pero seguro que negociará con San Pedro y montará su ¿Cuánto Vale el Show? en el cielo.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Archivo CO
Caracas