Una batalla del Pacífico que no se queda entre buenos y malos

La cinta bélica en «Midway: batalla en el Pacífico», ambientada en la II Guerra Mundial, es un trabajo que no se queda en la fórmula conocida de buenos y malos; o el lugar común de que se deben respetar las órdenes hasta el final. También tiene sus efectos especiales a borbotones, pero cosa rara, toca el cómo se jugaron las piezas para llegar a ese punto tan desgraciado que es una guerra entre dos países o más, donde todos pierden al final. Hay acción, pero también hay reflexión de cómo decisiones individuales afectan a una nación, un ejército o simplemente a seres humanos en pugna.

La historia se centra en los soldados y pilotos que cambiaron el curso de la Segunda Guerra Mundial para Estados Unidos durante la batalla de Midway en junio de 1942. Las fuerzas navales japonesas y gringas lucharon durante cuatro días en un careo que, de haber ganado los nipones, pudo haber llevado la invasión japonesa hasta la misma costa oeste gringa. Dirigida por Roland Emmerich y escrita por Wes Tooke, está protagonizada por Woody Harrelson, Luke Evans, Mandy Moore, Patrick Wilson, Ed Skrein, Aaron Eckhart, Nick Jonas y Dennis Quaid, entre otros.

Como el mismo director señaló y se aprecia muy bien en este trabajo de dos horas y pico de duración, tiene  tres perspectivas: «Tenemos la de los japoneses, la de la inteligencia naval y su almirante principal que estaba bajo libertad condicional, y la de los pilotos del Enterprise. Esas son nuestras tres historias, que proporcionan los tres ángulos diferentes que se necesitan».

Destacó que la ficción en este trabajo es mínima: «Nos dábamos cuenta de que no teníamos que inventar nada. Lo que hicieron fue increíble y esta serie de eventos que realmente sucedieron, nos brindó todo el material para el guion. Fue desafiante: la batalla en sí fue supercomplicada, pero también fue impulsada por muchos factores diferentes. Nosotros tratamos de apegarnos lo más posible a los hechos reales por el simple hecho de que son tan fascinantes, que no quieres inventar nada».

Cosa curiosa es que no se quedó en la tónica de quiénes son los buenos y los malos, sino que explica la posición geopolítica de ambas naciones para tomar la decisiones que tomaron, como este director acotó: «Creo que tienes que entender la posición japonesa dentro de la guerra. Lo que me inspiró un poco fue una película llamada ‘A Bridge Too Far’, en la que también entran en detalle contando un poco cuál era el pensamiento alemán. En cierto modo, creo que ilumina a las personas, muestra que también son humanos, muestra que también son valientes. Simplemente, siguen órdenes. Creo que quienes hoy eligen hacer una película de guerra y mostrar a un lado realmente como los malos y al otro lado, como los buenos no le hacen justicia a la guerra, porque la guerra no es algo bueno y debes mostrar las motivaciones de ambas partes.

Por su puesto que Roland Emmerich reconocido por aplicar emoción en los efectos especiales en cintas como «Día de Independencia» y «Godzila», no los iba a dejar pasar en esta cinta. Sin embargo, los mismos fueron dosificados acercándose más a cómo sería un avión atacando un barco, que inventado escenas, (aunque se dio par de libertades) que no sucederían ni en sueños. A los amantes de las producciones bèlicas bien hechas y hasta reflelxivas, esta es una alternativa por Cinex y Cines Unidos en Venezuela.

T/Eduardo Chapellín
F/Cortesía Richard Romero
Caracas