Por Francisco de Asís|Una cuestión de enfoque (Opinión)

En lo político, sin menospreciar la importancia de los datos objetivos cuando se tienen, valen mucho las percepciones, las intuiciones, los instintos. Supongo que entienden a qué me refiero.

¿Qué va a pasar? Y sobre todo, ¿qué va a pasar con las elecciones?

En un momento como el actual, no es fácil para nadie medir el impacto electoral del malestar generalizado a causa de la situación económica.

Sin embargo, a riesgo de equivocarme, quiero hablar hoy de mis instituciones.

Lo primero es afirmar que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) parece estar en el mejor momento de su historia desde el punto de vista de organización y de ánimo para ir a la batalla. Me ha tocado ser testigo participante de algunas experiencias del partido a nivel nacional en varios estados, particularmente con los delegados y los jefes de los CLP en el área de la formación de los cuadros. Y no he podido dejar de entusiasmarme al haber visto con claridad que el compromiso con el comandante Hugo Chávez y con el presidente Nicolás Maduro es general en todo el partido y está cargado de intensa emotividad.

¡Como nunca! Tal vez debido a la conciencia del periodo que se vive. Seguramente. Pero el hecho es que uno no puede dejar de percibirlo.

En este momento, repito, como nunca antes, vivimos en un estado permanente de tensión positiva, como de ánimo de lucha. Pareciera sentirse que, si dependiera de la voluntad de trabajo del partido, la victoria sería contundente.

Sin embargo, debo advertir que no solo es suficiente la voluntad del partido. Creo que también es una cuestión de enfoque en la manera de confrontar la batalla electoral que ha comenzado. Al respecto quiero dar mi opinión.

Más allá de los temas de organización, yo pienso que la tarea argumental del PSUV y de los otros partidos del Polo Patriótico debe ser dedicarse de lleno a reorientar la molestia del pueblo hacia los verdaderos culpables. Hacer que el pueblo entienda con claridad que no es un asunto de aciertos o errores del Gobierno. Sino que detrás de los sufrimientos del pueblo está la derecha económica y política, que no merece ser premiada por ello sino, al contrario, rotundamente castigada.

Es el propio pueblo, por su amor y su lealtad a Chávez el que merece la victoria que estamos construyendo. No tengo duda: si ello se llega a comprender bien, en diciembre lograremos un gran triunfo.

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