Cada vez, con mayor fuerza, desde distintos círculos políticos y medios de prensa se menciona aquí la posibilidad de que una mujer podría llegar a la presidencia de Sudáfrica en un futuro próximo.
El presidente Jacob Zuma hizo alusión más de una vez el pasado año que el país estaba listo para una mujer presidenta y que ello podría suceder en cualquier momento.
«Es una cuestión de tiempo y creo que no está muy lejos», comentó Zuma en agosto de 2014, recordó un artículo publicado este viernes en el diario Daily Maverick.
Ahora el tema ha tomado impulso desde que en la recién celebrada Conferencia de la Liga de Mujeres del Congreso Nacional Africano (Ancwl), la presidenta electa de la organización, Bathabile Dlamini, hizo afirmaciones al respecto.
Más allá de los nombres que barajó la periodista en su trabajo «vamos a considerar las posibilidades reales en el ANC, que es probable que siga siendo el partido gobernante en las próximas elecciones (2019)», subrayó.
Pero es de interés la consideración de que «hay mujeres que tienen el pedigrí y antigüedad» para ocupar el cargo más importante de la nación.
No obstante lo prematuro para las especulaciones, lo cierto es que las féminas están logrando un protagonismo cada vez más elevado en el escenario de la vida nacional, gracias a las reformas radicales impulsadas por el ANC en la década de 1990, destacan los observadores.
Las sudafricanas – que representan el 51,46 por ciento de los habitantes del país-, han tomado su legítimo lugar en el Parlamento, el gobierno, el sector privado y la sociedad civil.
Sin embargo, aún se enfrentan importantes retos, pues son vulnerables a los riesgos sociales tales como la violencia, el abuso, la violación, el desempleo y la pobreza.
Antes de 1994, el Parlamento tenía apenas un 2.7 por ciento de representación femenina. Tras las primeras elecciones democráticas, la cifra se elevó a 27.7 y en los comicios de generales de 2009 alcanzó el 42 por ciento.