El chavismo es una fuerza de acciones positivas para el beneficio del pueblo. Nos alegramos con la estabilización de los precios del petróleo, con las señales de solidaridad y el respeto a la soberanía nacional. El chavismo goza cada vez que iniciativas como los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) van solucionando problemas concretos del pueblo. Los chavistas somos la fuerza moral, formada al calor de las enseñanzas del comandante Hugo Chávez y el ejemplo del presidente Nicolás Maduro Moros.
La oposición, en cambio, se amarga cada vez que hay una buena noticia para el país, buscan que los malos vecinos del Norte se metan en nuestros problemas, como si Venezuela fuera el “patio trasero” de la Casa Blanca.
La derecha es destructiva y se asocia a los peores valores del país y del orbe. Antibolivarianos por definición, se alegran por la caída de los precios del petróleo, por la sequía en todo el país, por algún desorden y saqueo (previamente provocado por ellos). El malestar de los venezolanos es el éxito de la oposición, cada vez que le va mal al país le va bien a los adecos, copeyanos y sus derivados en los partiduchos neofascistas.
¿Por qué hay que aceptarle a una fuerza política su alineación con gobiernos extranjeros para hacerle daño a la soberanía popular? ¿Cuál es el derecho que se abrogan las derechas para oponerse a la tranquilidad de todas las venezolanas y todos los venezolanos? ¿Por qué la población debe aceptar como “natural” la intromisión de la Casa Blanca y los Borbones en la política interna de Venezuela? ¿Por qué la derecha hace propaganda de guerra para dividir la FANB y ver qué pedacito se “llevan” para sus aventuras antinacionales?
Es necesaria una reflexión nacional respecto a la ciudadanía y la identidad. Los valores constitucionales promovidos para el bienestar colectivo de las y los venezolanos están permanentemente agredidos por la fuerza contrarrevolucionaria que quiere imponer la guerra sobre el deseo de paz social, política y económica que ansiamos todas y todos.
Maduro prendió 15 motores, da vida a los CLAP y avanza, es necesario ayudarlo. ¡Venceremos!