Unesr, núcleo Canoabo, busca renovarse en tiempos de pandemia

Yulitza Breto, directora, y Luis Parra, subdirector académico, sostienen que no hay un hogar en Canoabo, parroquia del municipio Bejuma, donde no haya un egresado del núcleo de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Unesr). Tal ha sido, desde hace más de 40 años, el impacto social de esta institución universitaria en la zona y en los Valles Altos de Carabobo, formados además de Bejuma por los municipios Montalbán y Miranda.

Una de las expresiones que con orgullo vocean los canoaberos es que este núcleo de la Unesr por más de 30 años fue la única institución universitaria en Venezuela donde se estudiaba la carrera de Ingeniería de Alimentos. Desde el año pasado, afirman Breto y Parra, la Unesr, cuyo rector nacional es Enrique Ramos, extendió la carrera a otros núcleos, tales como los de Maracay y La Grita.

“Somos los pioneros a nivel nacional en formar los ingenieros de alimentos”, señala Luis Parra.

“Los ingenieros de alimentos en Venezuela han salido de aquí”, dice Augusto Martínez, mientras pastorea el pequeño rebaño de ganado de doble propósito por las áreas adyacentes a la entrada de la universidad.

Actualmente el profesorado, los facilitadores y el estudiantado culminan el proceso de evaluación del lapso académico que a partir de marzo pasado se continuó a distancia de acuerdo a lo dispuesto por el Gobierno Nacional debido a la pandemia de la Covid-19.

“El Plan Universidad en Casa ha dado resultados, a pesar de la conectividad de internet”, asegura Yulitza Breto.

El núcleo Canoabo, que lleva el nombre de su fundador, Félix Adam, fue creado por la Unesr el 8 de octubre de 1976. Para la ubicación de la subsede se tomó en cuenta la posición geográfica de la zona y su actividad económica eminentemente agrícola.

“Estos terrenos antiguamente pertenecían a una granja agrícola del Ministerio de Educación. Se separaron los terrenos, quedó la universidad por un lado, y en el otro espacio lo que es hoy la Escuela Técnica Agropecuaria Carlos Sanda. La idea de este núcleo era formar profesionales vinculados con la comunidad para ir solventando y apoyando la problemática productiva de la región ya que esta es una zona agrícola. Las carreras que se dictan son Ingeniería de Alimentos, Administración de Empresas Agropecuarias, licenciatura en Educación, mención Aocencia agropecuaria. A partir de 2019 se incorpora al Programa Nacional de Formación la carrera de Medicina Veterinaria. Estamos ahorita en la planificación para incorporar la licenciatura en Agroecología. Actualmente estamos dictando posgrados en biotecnología de alimentos y gerencia estratégica. Estamos inscribiendo la segunda cohorte”, informa Luis Parra.

La directora Yulitza Breto y Parra destacan que en una parroquia como Canoabo un muchacho puede estudiar desde jardín de infancia hasta posgrado sin salir del pueblo.

“Por supuesto, el estar en un pueblo donde se tienen todos los niveles educativos, esto le da un impacto económico, social y político a la población de Canoabo. También el apoyo a los productores agrícolas de la zona. Hoy podemos decir que no hay una aquí casa donde no haya un egresado de la Unesr, núcleo Canoabo, ya sea en ingeniería, administración, educación, pero de una u otra forma estamos en todas las casas del pueblo”, dice Parra.

Además el núcleo recibe estudiantes de toda Venezuela y de otros países.

“Recibimos gente de todas partes de Venezuela, de Guárico, Apure, Maracay, Valencia, Yaracuy. Por los convenios del Gobierno Nacional tenemos estudiantes de Bolivia, El Salvador, Ecuador. En una oportunidad tuvimos de Islas Vírgenes, a través del convenio ALBA de intercambio educativo”, detalla Breto, quien desde diciembre asumió como directora del núcleo.

La Unesr, núcleo Canoabo, tiene una matrícula de unos 1.200 estudiantes. Dispone de residencia estudiantil, sala de odontología (el hampa sustrajo equipos), comedor, biblioteca, espacio virtual (aunque la conectividad de internet es casi nula), servicios de transporte, becas estudiantiles y trabajo estudiantil remunerado.

De sus aulas han egresado en los últimos años unos 50 estudiantes extranjeros.

Dando la batalla

Ambos directivos concuerdan en que la situación del país como consecuencia de la guerra económica y la agresión permanente del imperio estadounidense ha afectado al sector universitario, al igual que a las otras instituciones educativas.

“En estos años hemos tenido los altibajos a que toda institución está sujeta, pero aquí estamos dando la batalla, la lucha para lograr la victoria correspondiente en la formación de profesionales”, dice Parra.

-¿Ustedes no se han visto afectados en el aspecto profesoral?

-Tenemos 92 profesores -responde Parra. Afortunadamente en el núcleo no hemos tenidos profesores que hayan formado parte de la diáspora, de una parte por el compromiso que se tiene con el país y con la patria. Tenemos que estar claros en que muchas universidades perdieron su material humano porque se acuchillaron ellos mismos con su discurso. Esa parte de convertir a la universidad en un partido político contra el Gobierno lo que hizo fue alejar a sus estudiantes y profesores. En la Unesr afortunadamente la conciencia patria ha prevalecido por encima de las aspiraciones personales y egoístas por lo que la plantilla de docentes se ha mantenido. Tenemos algunas debilidades, pero estamos activos. La mayoría de los profesores son de la zona, de Bejuma, Montalbán, Canoabo, Miranda.

Yulitza Breto considera que el rector Enrique Ramos se ha empeñado en que la Unesr sea la universidad popular y productiva que indican sus postulados.

“Por ahí es que vamos. En aras a eso el rector ha firmado convenios con varias instituciones. Nosotros, por nuestra parte, estamos sembrando siete hectáreas de maíz amarillo después de más de cinco años sin sembrar. Estamos enmarcados en el proceso productivo que propone el presidente Nicolás Maduro”, dice la directora.

Explica la profesora que el núcleo tiene una infraestructura productiva e instalaciones que pone a la disposición mediante convenios ganar-ganar tanto con el sector público como el privado.

Entre la infraestructura e instalaciones menciona los galpones para cerdos, aves, conejos, espejos de agua para cría de peces, área apícola. Parte de estos galpones, sobre todo los de cerdos y aves, requieren de cierta inversión.

En los galpones para aves, explica Parra, se pueden meter 20 mil pollos de engorde por ciclo. Otros dos galpones, una vez repotenciados, incorporarían 15 mil pollos más a la rotación. Los galpones tienen problemas con el techo.

En un principio se hicieron convenios con empresas privadas, pero no eran equitativos.

“Queremos unos convenios más justos, que nos permitan reactivar las áreas. La parte de cerdos también estuvo activa, pero cuando comenzó la escalada de aumento de los pecios del alimento procesado se tuvo que cerrar”, dice.

“Estamos abiertos a cualquier convenio ganar-ganar en las áreas donde se nos ha hecho más difícil reactivar como es la parte de cerdos, aves, y conejos. Son áreas en las que tradicionalmente no las han vendido en función de los alimentos concentrados, y manejarnos con ese rubro con la situación que tiene el país y que afecta a la universidad entonces ha sido bien complicado reactivar esas áreas. Tenemos diferentes planes, proyectos, y la parte de investigación que desarrollamos buscando vías alternativas para reactivar esa producción dependiendo en menor proporción del alimento concentrado. Es factible, sí se puede. Lo que tenemos es que cambiar la concepción que nos han vendido de la metodología y lapsos de tiempo de producción en estos rubros agropecuarios. En la apícola tenemos 14 colmenas en producción. Recolectamos miel. Se sacan dos o tres cosechas al año”, explica Parra, un ingeniero agrónomo de la UCV, quien lleva más de 20 años en Canoabo como docente de la Escuela Técnica Agropecuaria y como profesor de la Unesr.

El ingeniero y profesor Luis Pérez Bolívar, subdirector de Integración Comunitaria, al conducir un recorrido por las instalaciones por el área de siembra y apicultura, destaca la capacidad y potencialidad de los galpones de aves y de cerdos. Los galpones para la cría de cerdos vierten las aguas residuales en una laguna de oxidación y tienen un biodigestor para obtener gas. Dice que igualmente disponen de espacios para la obtención de abono líquido mediante la cría de lombrices.

Yulitza Breto detalla que la situación geográfica ha influido un tanto en la situación de la universidad, por lo apartado de Canoabo, y los problemas de transporte, pero también el bloqueo estadounidense y la guerra económica.

“Tenemos toda la voluntad de aferrarnos al Plan de la Patria. En este momento solo tenemos activa la parte de ganado vacuno y el área apícola. Los otros espacios están abiertos a los convenios a que haya lugar para ponerlos en marcha nuevamente”, asienta.

Mini planta láctea

El núcleo tiene una mini planta de lácteos, de propósitos educativos, que ha dejado experiencia y buenos resultados en el pasado reciente.

“Cuando reventó la pandemia”, refiere la directora, “estábamos en conversaciones con los productores de la zona para arrimarnos y producir las diferentes cosas que allí se pueden elaborar como mantequilla, natilla, nata, leche condensada, leche en polvo, yogur, leche pasteurizada y los diferentes productos, ya que se pueden enlatar alimentos y envasar jugos. Es una min plan de lácteos, pasteurizadora y homogeneizadora”.

Parra agrega que la planta tiene una capacidad de recepción de 1.500 litros diarios de leche. De lograrse un convenio con los productores locales que permita reactivar la planta se tendría un enorme beneficio para los ganaderos, la comunidad universitaria y el pueblo de Canoabo, ya que los productos que allí se elaborarían no entrarían a la cadena de comercialización especulativa, sino que llegarían directamente a las comunidades.

“Definitivamente no me canso de decirlo, nuestro empeño es constituirnos en la universidad popular y productiva que requiere el momento país. Para ello tenemos toda la disposición, el excelente capital humano con el cual contamos. La situación de la pandemia nos ha frenado un poco, pero no nos ha detenido, ya que estamos trabajando la tierra y buscando tener activas todas nuestras áreas productivas”, dice Yulitza Breto.

Necesario es vencer

Jesús Narváez ya concluyó sus estudios de veterinaria en el núcleo de la Unesr, ubicada en el municipio Biruaca, estado Apure. Mientras llega el momento del gran acto de graduación, que espera sea presidido por el presidente Nicolás Maduro, se encuentra en tareas de trabajo voluntario en la estación experimental Santa Ana perteneciente a la Unesr, núcleo Canoabo. Allí se sumó al plan de siembra y a trabajos de rescate de la estación.

La estación Santa Ana, ubicada a pocos minutos de Canoabo, dispone de lagunas para cachama, cinco galpones para la cría de pollos, un aprisco para mantener ovinos y caprinos, porquerizas, una sala de incubación para 19.200 huevos.

El trabajo voluntario se programó con la FCU de la Unesr.

Narváez recordó que en una jornada de gobierno de calle el presidente Nicolás Maduro aprobó el PNF de Medicina Veterinaria, de la cual este año están egresando 250 médicos veterinarios de los 500 estudiantes que se inscribieron.

Antiguamente en Apure para estudiar veterinaria había que trasladarse al estado Guárico, ya sea a Zaraza, o a San Juan de los Morros, a la Universidad Rómulo Gallegos.

“Aquí estamos”, dice, “en el plan de siembra, como lo ordenaron el presidente Maduro y el ministro César Trómpiz, colaborando con la estación Santa Ana. Llegamos los estudiantes a demostrarles a los trabajadores, a la comunidad, que sí podemos, que sí debemos sembrar y mantener nuestras estaciones experimentales productivas para que toda la comunidad se sume al proceso de siembra y contribuyamos a la Venezuela potencia. Estamos preparando más tierra y nos proponemos sembrar diez hectáreas”.

T/ Manuel Abrizo
F/ CO
Canoabo