La Unión Europea (UE) prevé aprobar este lunes una de las rondas más “duras” de sanciones en contra de Siria e Irán.
Los 27 ministros de Exteriores de la UE, que se reúnen desde esta mañana en Luxemburgo (justo tres días después de que esta institución internacional fuera galardonada con el Nobel de la Paz) impondrán más medidas restrictivas, que buscan inquietar el sector energético, de transporte y financiero de Irán.
Estas nuevas sanciones impiden toda transferencia entre bancos europeos y entidades iraníes: unas medidas con una presión «significativa» sobre Teherán, según indicaron a Efe fuentes diplomáticas.
También extenderán las sanciones individuales, entre ellas los activos de 34 empresas, y prohibirán las importaciones de gas natural iraní.
Los Estados miembros tampoco podrán abanderar buques iraníes ni suministrar petroleros para el transporte del crudo.
El bloque europeo también intentará llegar a un acuerdo para sortear el veto de Rusia y aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSONU) que posibilite una intervención militar en Siria, según afirman fuentes diplomáticas.
En este sentido, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, aseguró que los países occidentales y Estados Unidos han impuesto sanciones a Irán desde hace 33 años y no han conseguido sino incentivar el progreso del país persa en todos los campos.
Las sanciones del Occidente contra Irán están destinadas a frenar, supuestamente, el programa de energía nuclear de Teherán, considerado por ciertos países occidentales como un programa bélico.
Irán ha advertido en reiteradas ocasiones sobre las negativas repercusiones que dejarán las sanciones antiraníes sobre la economía mundial.