Para Romina Pérez, el rechazo del sistema educativo tradicional es mucho más que una frase. “Fui excluida de la Universidad Central de Venezuela (UCV) porque para ingresar me pedían un dinero que no tenía. Gracias a la educación que ha impulsado la Revolución, podré ser ingeniera. Los hijos de los obreros, de los taxistas, de las amas de casa, tienen esa oportunidad en el rumbo socialista”, asegura.
Hace dos años, ella esperaba graduarse como técnica superior universitaria (TSU) en el Tecnológico de La Victoria, estado Aragua. Hoy, luego de que el presidente Hugo Chávez cambió la figura de esta institución a Universidad Politécnica Territorial (UPT), Pérez podrá satisfacer su anhelo académico.
El Mandatario Nacional, durante un acto celebrado la semana pasada en el antiguo tecnológico, creó las primeras Universidades Politécnicas Territoriales en el país. Además de la aragüeña, se hizo lo propio en Lara con la UPT Andrés Eloy Blanco; en Miranda, con la UPT Argelia Laya; en Apure, con la UPT Pedro Camejo; en Barinas, con la UPT José Félix Ribas; y en Táchira, con la UPT Manuela Sáenz.
“Menos mal que estoy aquí en esta carrera, en esta institución. Hoy me doy cuenta de que si no cambiamos el sistema, nuestros hijos no podrán sobrevivir a la locura capitalista. Allá (en la UCV) lamentablemente forman a los defensores de esa locura, apartando, por supuesto, a las heroicas excepciones”, reflexiona Pérez.
El acto de creación de las Universidades Politécnicas fue recientemente, pero Jannis Vílchez, alumno de esta inédita universidad aragüeña que fue bautizada con el nombre de Federico Brito Figueroa, añade que desde hace más de un año ya se impartían licenciaturas. “Nos faltaba la parte jurídica, y ya el Comandante dio el paso”, celebró.
El joven explica que a las cátedras se les unieron los planes de formación de grado adelantados por la Misión Sucre. “Una de las materias es proyecto, exclusiva para la vinculación con las comunidades. Ese es un tremendo paso para la trasformación definitiva de la institución”.
La rectora de la Universidad Federico Brito Figueroa, Betis Muñoz, quien lleva 16 años de labores en el centro de formación, refirió que el cambio satisface las demandas de estudiantes, profesores y la comunidad.
Muñoz señaló que las y los estudiantes aún cuentan con la opción de cursar su TSU, “pero si quieren proseguir, tenemos todas las facilidades para que lo hagan. El conocimiento se socializa y cada quien tiene el derecho a hacerse de él”, comenta.
Esta UPT ofrece cuatro Programas Nacionales de Formación (PNF): electricidad, mecánica, informática y administración. En La Victoria son atendidos 11.400 estudiantes; hay que añadir 4.300 en la extensión Maracay, y 1.800 más en Barbacoa, al sur de Aragua.
Además, “le damos soporte académico e institucional a los 35.000 cursantes de la Misión Sucre en la región. Ahora contarán progresivamente con los PFG relacionados con la agroindustria, mantenimiento y agroalimentación, entre otros”, precisó Muñoz.
El Gobierno Nacional otorga 1.400 becas, a lo que se suma el servicio de comedir (que beneficia a 1.600 personas cada día), la asistencia oftalmológica y odontológica, el servicio de transporte, la atención médica y la entrega gratuita de medicinas.
PRIORIDAD: EL TERRITORIO
Las Universidad Politécnicas son instrumentos del pueblo venezolano para contribuir al desarrollo integral y sustentable de cada uno de los territorios, en el marco de la construcción del Socialismo Bolivariano, a través de la formación integral liberadora.
Estas instituciones fortalecen la generación y la apropiación social del conocimiento y la vinculación activa con los proyectos de desarrollo, empresas socialistas y comunidades, en función de las líneas estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Las UPT fortalecen la nueva geopolítica nacional y la democracia protagónica. Es decir, una de sus principales funciones es acompañar la conformación de las Comunas, como entes del nuevo Estado Revolucionario.
Las casas de estudio se entrelazan, a su vez, con la Misión Alma Mater, que busca la soberanía tecnológica para fortalecer el nuevo modelo de producción socialista. Las normas de estos espacios son la solidaridad, la cooperación y la lucha contra todas las formas de explotación, exclusión y dominación.
PROYECTOS A LA MEDIDA
La Universidad Politécnica de Aragua ahora se ocupará, entre otras cosas, de la investigación, diseño, construcción, recuperación y certificación de equipos y materiales, además de las pruebas eléctricas de alta tensión para el mejoramiento de los sistemas de distribución de Elecentro.
De igual forma, apoyará la certificación y comprobación de piezas mecánicas con base en las normas industriales, en alianza con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas Socialistas del estado Aragua.
Otro proyecto es el diseño y creación de empresas socialistas de mantenimiento de equipos médicos, vinculadas con la maestría en ingeniería Biomédica y con Barrio Adentro. También se conformarán empresas de producción social de fabricación de motores de potencia media, relacionadas con la maestría de ingeniería eléctrica.
APOYO A LA CREACIÓN
La invención y la creación por parte de estudiantes y profesores tiene su lugar en la nueva educación. Igualmente, la atención a los problemas y carencias de las comunidades.
Una de esas carencias está relacionada con la construcción de viviendas. Sorenia Rodríguez aguzó el oído, junto a sus compañeros de aula de la UPT de Aragua, y escuchó claramente el pedido comunitario.
“Presentamos un proyecto con el fin de ayudar a la autoconstrucción de viviendas. Hicimos una maquina ‘ponedora de bloques’. Se llama así porque puede fabricar hasta 2.200 bloques en cada ciclo de minutos programados”, relata.
“Esta máquina requiere solamente dos operarios. Uno, que vierte el material en la ponchera, y el otro, que ejerce lo que llamamos la tracción. Además, la maquina es sumamente económica, si se compara con lo que costaría en el mercado capitalista”, destaca.
Rodríguez señala que un bloque en cualquier concretera puede costar 3,1 bolívares, pero los del aparato elaborado por la Universidad no llega a 2 bolívares. “Con esos bajos precios se puede ayudar de manera precisa a las comunidades aragüeñas y del todo el país en esa área tan importante”, refirió.
Otro estudiante que se atrevió a promover su proyecto fue Walter Morales. El estudiante plantea un autogenerador de electricidad de eje horizontal para uso doméstico. “Todo el mundo estuvo de acuerdo con la idea. Sencillamente porque el cambio climático y el problema en el mundo con respecto a la energía dieron razones suficientes”, justificó.
“Esta es una fuente alternativa y limpia para abastecer de electricidad a hogares que estén conectados a la red. Es ventajoso para lugares aislados, como caseríos y comunidades pequeñas”. El aparato toma la forma de un molino de viento, que utiliza la brisa para llevar energía, destaca Morales.
CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO
Para el diputado Carlos Escarrá, estas nuevas universidades son elementos transformadores que hallarán un espacio, a petición del presidente Chávez, en el Consejo Federal de Gobierno, con lo cual se romperán decrépitas cadenas burocráticas.
“Cuando nosotros hablamos de una universidad territorial, estamos rescatando la visión de la nueva organización del Estado. De la nueva organización del territorio. Es decir, de la nueva Geometría del Poder”, definió Escarrá.
“Si hablamos de una universidad territorial como el caso de la de Aragua, evidentemente es para que incluya los 18 municipios que conforman la entidad. El desarrollo vendrá por esas acciones conjuntas y coordinadas, con el impulso de la invención y de la creación en concordancia con las Comunas”, agregó.
Esta es una visión totalmente distinta de la promovida por la universidad tradicional. La idea es que estas universidades revolucionarias sean un ejemplo para Venezuela y el mundo, expresó el legislador del Partido Socialista Unido de Venezuela y candidato a la Asamblea Nacional.
Escarrá exhortó, por otra parte, a los estudiantes y a los profesores de las llamadas universidades autónomas a seguir luchando por esos espacios “que fueron secuestrados por la oligarquía local”.
EL NOMBRE, REFLEJO DE UNA INTENCIÓN
En el caso de la UPT de Aragua -antes Tecnológico La Victoria, fundado en 1959- el cambio curricular y la vinculación con las comunidades no son las únicas cosas que cambian.
Ahora, la universidad lleva con orgullo, a decir de los estudiantes, el nombre de Federico Brito Figueroa (1921-2000), intelectual oriundo de La Victoria, profesor de ciencias sociales y doctor en Antropología.
El investigador es autor de 70 títulos, entre libros, folletos y revistas en los cuales expuso su posición política e ideológica vinculada con el movimiento revolucionario mundial.
AL CALOR DEL FUEGO PATRIO
Edgardo Ramírez, ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, aseguró que “estamos haciendo feliz al Libertador Simón Bolívar. Hoy lo reivindicamos en el compromiso y en la acción del comandante Hugo Chávez Frías. Lo ha resucitado el pueblo. Las ideas de hombres y mujeres que hace 200 años hicieron patria y liberaron a Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, y crearon a Bolivia, ahora pasan a otra generación por la liberación total”.
“Con nuestra moral”, sentenció, “estamos arrodillando al imperio de los Estados Unidos. Estamos derrotando la oligarquía de la Iglesia católica. Estamos construyendo lo más hermoso que puede tener la humanidad que es el socialismo”.
En ese contexto histórico “es de vital importancia la creación de estas universidades politécnicas territoriales. Porque ahora esas universidades tienen que acompañar el proceso histórico. Porque su concepción es socialista”.
Ramírez aseveró que las revoluciones se hacen para atender a los más necesitados; por ello este esfuerzo destinado a democratizar la educación. “A los explotados, a los condenados, a los olvidados nos debemos, y por ende, también las universidades revolucionarias. Es significativo el nacimiento de estas instituciones al calor del fuego sagrado que arropa a toda Venezuela”.
NUEVO MODELO
Mario Suárez, vicerrector administrativo de la UPT de Aragua, acotó que la nueva educación se basa en el diálogo permanente entre los estudiantes, con los profesores y los voceros de las comunidades, a fin de crear y fortalecer la cultura de la cooperación y el aprendizaje compartido.
“Los grupos se forman con la teoría y la práctica. Las unidades curriculares (materias) no están fragmentadas, como lo plantea la educación tradicional. Más bien están integradas entre ellas. Eso permite que el mundo también se conciba como un todo; lo que le pase a nuestros hermanos latinoamericanos nos afecta a todos, por ejemplo”.
“Aquí se abren las puertas no sólo para el conocimiento académico, sino también, para la discusión política, social, cultural, ambiental y hasta económica. Es un salto adelante, pues recogemos el ideario de Simón Rodríguez y Paulo Freire, entre otros precursores por una educación para las mayorías”.
GALPÓN ABANDONADO, GALPÓN RECUPERADO
Luego de la exhortación que realizara el presidente Chávez a fin de rescatar los espacios y galpones abandonados para entregarle una parte a la Universidad Politécnica Territorial Luis Brito Figueroa, el alcalde del municipio Ribas (La Victoria), Juan Carlos Sánchez, adelantó que 64 construcciones de estas características pasarán a revisión.
Sánchez ratificó que, junto a las autoridades rectorales de la UPT de Aragua, analizarán las características de los galpones que pudieran servir para el provecho de la nueva universidad. La propuesta de expropiación se presentará posteriormente al Gobierno Nacional.