Resulta inconcebible que gente de la oposición critique las medidas económicas adelantadas por el Gobierno Bolivariano para frenar definitivamente la especulación.
Los grandes empresarios, el poder económico y la derecha recalcitrante jamás le ha importado el bienestar de nuestro pueblo. La expoliación heredada de la colonia aun persiste en la sociedad venezolana.
Es grotesca la actitud asumida por los golpistas cuando justifica el robo constante a que someten los venezolanos diariamente. Embarcados junto al imperio en montar un golpe de Estado, no escatiman esfuerzos para generar zozobra e incertidumbre.
La guerra económica define los parámetros usados para desconocer la constitucionalidad del Estado y arremeter contra la Revolución Bolivariana.
Las acciones contundentes tomadas por el presidente Nicolás Maduro Moros acabarán con la usura. La costumbre de hambrear al pueblo tiene que desaparecer. Los colectivos nacionales no pueden seguir soportando la especulación desmedida impuesta por el capitalismo, se hace necesario aplicar el peso de la ley para sentar precedentes.
El saboteo económico, ideado por los enemigos de Venezuela, pretende crear una matriz de opinión nacional e internacional que visualice al país como un lugar de crisis constantes y dificultades financieras. Se atenta entonces contra la soberanía para desmoralizar a sus ciudadanos.
Sin embargo, la conciencia forma parte de la identidad del venezolano. Los temores y miedos quedaron atrás porque aprendimos a respetar los logros alcanzados por la Revolución; no dejaremos que nos quiten la libertad de pensamiento y acción que nos legó el comandante Hugo Chávez.
Así, estamos dispuestos a defender la Patria, a enfrentar las amenazas y seguir luchando para conservarla.
Quienes piensan que se repetirán los sucesos del 2002 están equivocados. La desestabilización será derrotada, no permitiremos que continúen abusando de la tranquilidad y la paz nacional.
¡Basta de infamias y calumnias! Venceremos cada intento de ignominia que venga de la derecha fascista.