Self-Assembly Lab en el MIT, es un laboratorio de investigación interdisciplinaria que inventa tecnologías de materiales programables, destinadas a volver a imaginar la construcción, fabricación, montaje y funcionamiento de productos de autoensamblaje.
En una entrevista realizada y publicada el portal web de la BBC Mundo http://www.bbc.co.uk/mundo, se muestra un video del estudio, el cual enseña como la turbulencia del agua al pasar las horas, une las partes hasta formar una silla.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), examinando las posibilidades del autoensamblaje, ya fueron capaces de crear modelos que se pueden ensamblar a sí mismos.
El secreto es la particular combinación de imanes y el engranaje único en cada pieza, pues existe una sola manera de que encajen juntos. Tienen la capacidad de ensamblarse y formar estructuras, pues su forma y la posición de imanes en sus costados, garantizan la repetición de su patrón.
El director del Self-Assembly Lab, Skyler Tibbits, durante la entrevista realizada por la BBC Mundo indicó que, «todo lo que se necesita es aplicar un poco de energía. Puede ser accionado a través de cambios en la temperatura, la luz del sol o la humedad».
Así mismo, en cuanto a ideales más ambiciosos para el futuro, Tibbits adelantó, «estamos proponiendo que se pueda hacer esto a una escala más grande, productos, componentes electrónicos que se puedan autoensamblar o incluso usar en infraestructuras más grandes como edificios o estaciones espaciales».
El director acotó que la otra categoría que estudian los investigadores es la de los materiales programables, «se resume a ver o crear nuevas formas de productos; productos en los que los materiales son más adaptables y se transforman a sí mismos para adaptarse al medio ambiente, al usuario o a diferentes escenarios».
El estudio explica que al imprimir una lámina de material especial sobre fibra de carbono, permite que se curve en posiciones específicas al exponerse al calor, permitiría por ejemplo que partes de una aeronave cambien de forma a diferentes velocidades y altitudes.
A su vez, los investigadores dicen que no es un mundo de materiales inteligentes, no todavía, pero es un paso hacia un futuro en el que el diseño no es exclusividad de los humanos.
Tibbits finalizó la entrevista con que, «en el futuro estamos pensando que la máquina puede ser un colaborador, no le envías quizá el producto fina, sino que ella propone algo que no le habías enviado, propone una solución de un diseño potencialmente mejor a lo que habías pensado».
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