Columna Multitud|Vencer definitivamente el egoísmo (Opinión)

La multitud organizada en red, en nodos, en colectivos de prácticas revolucionarias, garantiza el ejercicio de una democracia participativa y protagónica que conserva, además, los valores de la diversidad, la pluralidad y la singularidad de los individuos y las culturas. Más que nunca, este proceso político que protagonizamos es un desafío democrático que debe incluir a todos los venezolanos en la búsqueda de la dignidad y de la justicia. Las fuerzas políticas del Poder Popular serán el espacio que convoquen a la imaginación, la creatividad y la iniciativa de todas las voluntades de nuestro pueblo. Estamos comprometidos con esta idea y no abandonaremos el compromiso que tenemos en la construcción de una sociedad equitativa, largamente esperada -y luchada- en Venezuela

El 13 de abril, su ejemplo, su potencia histórica, nos permite experimentar nuevas formas de organización y de politización multitudinaria que actualice los tiempos que vivimos. La participación de un movimiento de movimientos, tenaz y maduro, guiado por causas y espacios comunes de trabajo y discusión colectiva, nos permitirá avanzar en la creación de espacios radicalmente democráticos, verdadero soporte de la revolución que avanza, y base para la construcción del socialismo del siglo XXI.

Toda revolución es un enorme desafío que obliga a cambiar paradigmas, sacudir esquemas y cuestionar todas las estructuras existentes. Si no, es cualquier cosa menos una revolución.

El proceso revolucionario es un tremendo reto porque además tiene que tomar en cuenta errores cometidos en el pasado histórico en nombre del dogmatismo y el sectarismo, y reinventar la tradición de las luchas sociales con la finalidad de vencer definitivamente el egoísmo, el individualismo y los intereses de los poderosos.

Este es el espíritu que nos impulsa a construir el socialismo del siglo XXI, y que conlleva una doble manera de pensar nuestra acción: no cometer errores conocidos que le sirvan después a los enemigos del pueblo para reposicionarse, e inventar formas de convivencia y comunidad que sean sustentables y duraderas en el tiempo.

T/Juan Barreto Cipriani