Durante la participación de Venezuela en la 77° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, a través de una carta pública, exigió a los organismos multilaterales garantizar los derechos de todos los migrantes de todo el mundo.
«Lo hacemos con la autoridad moral de ser un país que por más de 100 años ha sido receptor de buenas prácticas hacia la población migrante», dijo en la misiva leída por el canciller de la República, Carlos Faría.
Asimismo, solicitó una rendición de cuentas sobre los recursos supuestamente asignados a la atención de migrantes venezolanos. .
Alertó a los pueblos del mundo «sobre el rebrote de la xenofobia y aporofobia, los discursos de odio y la intolerancia en general, incubada por movimientos neofascitas y neonaciz, que encuentran cobijo en partidos ultraconservadores y de extrema derecha».
Refirió que la guerra económica a la que el imperio ha sometido al pueblo venezolano en los últimos años, «ha dejado heridas profundas en la sociedad, entre ellas la migración inducida de la cual hacen alarde los medios de comunicación con fines políticos y propagandísticos quienes lo han propiciado y aupado con promesas falsas y bloqueo de sus condiciones de vida».
Señaló que, no obstante, esos mismos medios de comunicación nada dicen acerca del 60% de la población venezolana que migró y que ha retornado voluntariamente, huyendo de las condiciones de esclavitud, explotación, malos tratos y la persecución de la que son objeto en muchos países del mundo.
Afirmó que el Estado venezolano es el único que dispone de una política de repatriación a través de su aerolínea Conviasa, que es permanentemente boicoteada por las sanciones ilegales.