El maestro del Libertador es una de las tres raíces de la Revolución Bolivariana|Venezuela asumió el rumbo de la educación liberadora propuesta por Simón Rodríguez

La diputada de la Asamblea Nacional (AN) por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Xiomara Lucena, aseguró que Simón Rodríguez -quien nació en Caracas el 28 de octubre de 1769 y murió en Perú el 28 de febrero de 1854- es uno de los más importantes referentes históricos, no solamente de la educación latinoamericana, sino también del pensamiento político latinoamericano y caribeño.

Entrevistada por el Correo del Orinoco, señaló que por su destacada trayectoria fue el gran inspirador de notables personajes de nuestra historia. “A Simón Bolívar, siendo un niño, lo educó y lo formó para la libertad. También fue fuente de inspiración para Antonio José de Sucre y para Hugo Chávez Frías”, apuntó.

Hoy día, añadió la parlamentaria socialista, el maestro Rodríguez “sigue siendo el gran inspirador de la educación crítica, libertaria y emancipadora de América Latina y el Caribe”.

ÁRBOL DE LAS TRES RAÍCES

Basado en la obra de este ilustre personaje, precisó la integrante de la Cátedra de Educación Social y Derechos Humanos Simón Rodríguez, el Gobierno Bolivariano “trabaja en diversos espacios para lograr una educación que libere al ser humano”.

De hecho, asegura que en la Constitución Bolivariana se señala claramente que la educación y el trabajo son los pilares de la construcción de la nueva República. “Allí está presente la obra de Simón Rodríguez, porque el aseguraba que la integración de la educación y el trabajo contribuían en la construcción de un hombre emancipado”, agregó.

Sumado al pensamiento de Rodríguez, prosiguió, el proceso revolucionario socialista del siglo XXI iniciado hace 14 años por el presidente Hugo Chávez, también sentó sus bases en la ideología de Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, conformando una trilogía ideológica denominada árbol de las tres raíces.

“Esos tres hombres significaron el referente que hoy tenemos como raíz histórica de un proceso de emancipación y liberación en los pueblos de América Latina y el Caribe”, justificó.

REFERENTE PARA TODAS Y TODOS

Para las y los integrantes de la Cátedra de Educación Social y Derechos Humanos Simón Rodríguez, es importante que este personaje sea un punto de referencia tanto para los niños y niñas como para las y los jóvenes venezolanos y de manera muy especial para las y los educadores, destacó Lucena.

Aseveró que para los hombres y las mujeres que creen en la libertad, en la revolución y en la posibilidad de construir  la verdadera educación social, Simón Rodríguez constituye un modelo a seguir.

“Él nació pobre, ayudó a la liberación de las naciones hispanoamericanas y murió pobre y abandonado por quienes en aquel momento traicionaron la causa de la liberación emancipadora en América Latina”, describió.

TODOS LOS ESPACIOS

La Cátedra de Educación Social y Derechos Humanos Simón Rodríguez fue creada en el 2011 con intención de promover el concepto robinsoniano de educación social, explicó Lucena.

Este modelo de educación, detalló la diputada bolivariana, está expandido en todo el continente americano desde la visión de lo que significa la educación en todos los espacios.

“Simón Rodríguez lo reflejaba muy bien cuando señalaba que en el sistema republicano las costumbres que forman una escuela social producen una autoridad pública y no una autoridad personal, una autoridad sostenida por la voluntad de todos, no la voluntad de uno solo convertida en autoridad”, reseñó.

En ese sentido, refirió que cuando el presidente Hugo Chávez hablaba de llevar la educación a todos los espacios, se refería a que cuando el pueblo asuma de forma definitiva el proceso de formación y educación, será realmente liberado.

“La educación en todos los espacios no es solo la que se da en las escuelas, en los liceos y en las universidades, sino también la que se expresa en un Consejo Comunal y en una asamblea de calle cuando un colectivo se reúne y en una radio comunitaria cuando difunde el quehacer de su zona”, manifestó.

Ese concepto también se ve consumado en los eventos que organiza la cátedra, destaca Lucena, a los cuales  asiste con frecuencia y en abundancia el Poder Popular, “que es una expresión de la educación social”, así como educadores, educadoras y estudiantes de distintos niveles.

EDUCACIÓN LIBERADORA

La diputada asegura que Venezuela ha asumido el rumbo de la educación liberadora propuesta por Rodríguez: “esa que tiene gran pertinencia y que hace que los hombres y las mujeres asuman que en el siglo XXI el pensamiento es complejo y por eso hay que abordarlo de manera integral y no segregada”.

Dijo que la educación, como producto de esa complejidad que está presente en el siglo que estamos viviendo, tiene que integrar todos los elementos del pensamiento para crear un hombre y una mujer con un elevado nivel de conciencia social y de reflexión.

Al respecto, refirió que Rodríguez hizo mucho énfasis en unir la educación y la praxis, pues a través de estos dos elementos vamos a tener la posibilidad de construir un nuevo modelo económico que supere al rentismo petrolero. “Eso es imposible hacerlo sin la visión robinsoniana”, justificó.

Por ello, indicó que a través de la cátedra se proponen llevar a cabo diferentes procesos de investigación que nos lleven a reflexionar sobre la vigencia del pensamiento robinsoniano en el siglo XXI.

En su opinión, “el pensamiento de Simón Rodríguez trascendió el siglo XIX, porque nos llevó a la reflexión de la complejidad bajo la premisa de educarnos para el trabajo liberador”.

Recalcó que el presidente Chávez siempre nos hizo reflexionar sobre la premisa de inventar o errar, pronunciada por Simón Rodríguez. “Inventar significa liberarse de lo conservador, de lo establecido y lograr nuevos modismos, nuevas formas de hacer las cosas que nos lleven realmente a la liberación”, acentuó.

RODRÍGUEZ EL SUBVERSIVO

Sostuvo Lucena que la derecha del siglo XIX catalogó a Simón Rodríguez como un subversivo, entre muchas otras cosas, por su frase célebre “o inventamos o erramos”, y también por considerar que las niñas y los niños debían educarse en la naturaleza.

En la actualidad, contrastó, la derecha lo sigue considerando un subversivo porque su pensamiento está absolutamente vigente. “Si no fuera así la derecha no se ocuparía de criticar que coloquemos a Simón Rodríguez en la palestra y lo consideremos un referente”, argumentó.

Asimismo, aseguró que cuando desde ese sector se acusa a la revolución de utilizar políticamente el pensamiento de Simón Rodríguez mienten.  “Simón Rodríguez era un maestro, pero también fue un político.

En tal sentido, invitó a quienes realizan esas acusaciones a que lean profundamente a Simón Rodríguez, “para que se den cuenta de que todo ese pensamiento que aparenta ser solo educativo también es un profundo pensamiento político y de emancipación”.

Apuntaló que Rodríguez había sido olvidado en la historia de Venezuela, ya que solo se le recordaba en los textos escolares como el maestro de Simón Bolívar, “pero no decían que fue él quien hizo de Bolívar un hombre emancipador y rebelde”.

VIGENCIA PLENA

Consultado también por el Correo del Orinoco, el profesor Néstor Rivero resaltó que el pensamiento de Simón Rodríguez sigue teniendo una “vigencia impresionante” en nuestros tiempos.

“De él se ha dicho mucho, pero no lo suficiente”, comenta el autor del libro Educación y felicidad social, para quien una cosa es hablar de Simón Rodríguez y otra muy diferente es estudiarlo.

Uno de los aspectos del pensamiento robinsoniano con mayor pertinencia social que puede ser adaptado a este momento histórico, evalúa el docente, es la noción del ser humano como sujeto constructor de realidad. “Eso lo consideró Simón Rodríguez y luego lo recogió Paulo Freire”, pormenorizó.

Pero también existe otra idea importante de Simón Rodríguez, que es la de la escuela social, la cual planteaba que la República debía asumir la instrucción y la formación de las personas, lo que en el siglo XX fue llamado Estado Docente. Además considera como relevante el concepto de felicidad social que manejó Rodríguez.

Según el profesor Rivero, hoy en día podemos encontrar a un Simón Rodríguez totalmente crítico que tiene mucho que decirnos en este siglo XXI y en esta América Latina que se abre hacia las posibilidades de un modelo pluripolar.

PULPERÍA ESCOLAR

El gran obstáculo que enfrentó Simón Rodríguez para impulsar su programa fue esa especie de “pulpería escolar” que se conformó a lo largo del siglo XIX, referenció el profesor de historia.

“En todas las constituciones de Latinoamérica, desde 1811 en adelante, se estableció el principio de la libertad de enseñanza, el cual ofrecía la posibilidad de crear una escuela privada a quienes tuvieran la capacidad de hacerlo, y ese fue el modelo educativo que se impulsó en Venezuela durante 200 años”, describió.

No obstante, precisó que cuando se desarrolla a través de la

Constitución de 1999 el modelo de educación sistemática, que va desde el maternal hasta la universidad, vuelve a colocarse en el tapete la propuesta robinsoniana de que el Estado es el que debe asegurar la inserción en el sistema educativo e ir más allá de una educación meramente instrumental.

Reconoció que hasta que llegó Hugo Chávez al poder en 1999 e impulsó las misiones educativas, los distintos gobiernos nunca habían logrado resolver el dilema que había entre dar una educación de calidad, para que los sujetos se insertaran en la sociedad  manejando ciertas destrezas productivas, y fomentar a su vez un alto nivel de desenvolvimiento ciudadano, que a su juicio es donde está la gran falla.

“En este momento podemos observar que de muchas de nuestras instituciones egresan anualmente diversas promociones de universitarios, quienes pueden tener mucha competencia en un campo específico, pero definitivamente no tienen ninguna vocación de ciudadanía ni de compromiso con la comunidad”, lamentó.

MEDIOS EN SU CONTRA

Otro de los impedimentos que entorpecieron la ejecución total de los planteamientos de Simón Rodríguez fueron los medios de comunicación, evidenció el profesor de historia.

Tal y como lo señala el artículo número 5 de la Constitución Nacional, aclara Néstor Rivero, desde el punto de vista teórico la educación en Venezuela garantiza la formación de una personalidad integral, de ciudadanas y ciudadanos críticos con mucha conciencia de responsabilidad social.

Sin embargo, reconoce que “en la práctica, esa conciencia y ese trabajo vienen siendo demolidos por una perspectiva mercantilista de la industria del entretenimiento y la recreación”.

A juicio del docente, el impulso en la formación de personalidad y los valores ha estado siendo arrebatados a las y los jóvenes por el imponente influjo de los grandes medios de comunicación que atienden a las estrategias de la industria del entretenimiento.

Por tal motivo, estima necesario que las y los docentes monitoreen el papel de los medios, dado que los mismos tienen demasiada presencia en la subjetividad de estos tiempos donde estamos interconectados con la televisión, el internet y las redes sociales.

“Las estrategias exigen un Robinson del siglo XXI que se ponga a tono con lo que son las exigencias de ciudadanía, y no con las exigencias de lucro que están detrás de la masificación racional que promueve la industria del entretenimiento”, acentuó el docente.

PEDAGOGÍA CRÍTICA

Por su parte, Amalia Sanoja, docente jubilada de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), indicó que lo que se busca mediante la aplicación del pensamiento robinsoniano es que la formación de las y los estudiantes sea de reflexión.

Dijo que en este momento la pedagogía crítica es la doctrina de la educación en Venezuela. “No queremos personas que repitan frases sin saber qué están repitiendo, queremos personas que piensen, que reflexionen y que reconozcan la diversidad de la población”, sentenció.

La intención de trabajar con este tipo de pedagogía, asintió, es que todo el aprendizaje se adquiera desde el punto de vista del análisis crítico, acompañado además de una serie de valores similares a los que ofrecía Simón Rodríguez.

Señaló que para algunos estudiantes universitarios, formarse bajo el concepto robinsoniano ha sido todo un descubrimiento, mientras que para otros representa  la continuidad de un aprendizaje que han venido adquiriendo desde la educación básica, pero en resumen, señala que todas y todos “están dispuestos a continuar con esa doctrina porque se sienten identificados”.

FIRMAS PARA RESCATAR EL LEGADO

En los próximos días, la Cátedra de Educación Social y Derechos Humanos Simón Rodríguez llevará a cabo un proceso de recolección de firmas en todo el país, a fin de solicitar el apoyo de las venezolanas y los venezolanos para que en cada estado se construya un espacio cultural dedicado a Simón Rodríguez, anunció Xiomara Lucena.

“Creemos que la memoria de Simón Rodríguez será expresada en las nuevas generaciones en la medida en que se conozca su obra y su pensamiento”, precisó la parlamentaria y docente.

Dijo que la idea es crear plazas y bibliotecas dedicadas al intelectual, quien durante su exilio en Jamaica, al huir de las persecuciones españolas, también se identificó como Samuel Robinson, en honor al profeta bíblico que lleva ese nombre.

En esa misiva también solicitarán que se rescate en Perú la casa donde murió Simón Rodríguez el 28 de febrero de 1854, “para que de esta manera su legado sea verdaderamente parte de la memoria histórica y presencial de las venezolanas y los venezolanos”, añadió la diputada.

ESTÁ PRESENTE EN LA COLECCIÓN BICENTENARIO

En palabras de José Azuaje, profesor del Instituto Pedagógico de Caracas y de la Universidad Central de Venezuela (UCV), es fundamental la inclusión del pensamiento, la obra y la práctica educativa de Simón Rodríguez en la Colección Bicentenario.

“No es solamente darlo a conocer como un personaje histórico, sino como un personaje cuyo pensamiento tiene absoluta vigencia para todo este proceso que estamos viviendo, donde se trabaja por una educación liberadora”,  apuntó.

Su legado fue tomado en la Colección Bicentenario como un pilar fundamental, prosiguió, a tal punto que sus ideas están plasmadas no solo en los textos de historia, sino que también se encuentran en los de matemática, ciencia  y literatura, porque a través de su pensamiento se puede afianzar una educación popular al servicio del pueblo.

“Independientemente de cuál sea el área, con todos los libros de la colección queremos contribuir a la formación de ese republicano y esa republicana que necesita esta patria, y el pensamiento de Simón Rodríguez se ajusta perfectamente a esta época”, refirió.

EDUCACIÓN POPULAR

Según el catedrático, uno de los rasgos fundamentales del pensamiento robinsoniano que mayor preponderancia ha tenido en el proceso revolucionario es la educación popular, mediante la cual “se trata de crear voluntades, es decir, de educar para luego encontrar a quien haga”.

Azuaje, quien recordó que para Rodríguez instruir no era lo mismo que educar, considera que el pensamiento  de este gran maestro todavía está en construcción, puesto que hasta ahora solo hemos podido aproximarnos una parte del mismo.

“En 14 años de lucha sostenida, primero con el presidente Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro al frente del gobierno, hemos tratado de que esa idea y esa acción avancen y calen en todo el sistema educativo venezolano”, reflexionó.

La Colección Bicentenario, surgida en el 2011y distribuida únicamente en el sistema de educación básica, ha sido una herramienta fundamental para llevar a cabo esa tarea, dilucidó. Hasta ahora se han distribuido de manera gratuita unos 85 millones de textos a escala nacional en estos tres años.

T/ Héctor Escalante
F/ Miguel Romero y Roberto Gil