Durante la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas|Venezuela condena actos de terrorismo internacional en cualquiera de sus manifestaciones

Ante las Naciones Unidas en su sede en Ginebra, Delcy Rodríguez, canciller de la República Bolivariana de Venezuela, destacó que está demostrado que el armamentismo es una de las fuentes de riquezas que se reconstruye constantemente, y además, tiene un enorme impacto mundial.

Rodríguez detalló que se estima que más de dos billones de dólares son invertidos en el comercio legal de armas, «sin contar con las cifras ocultas y desconocidas del tráfico ilegal».

Apuntó que la Conferencia de Desarme es el foro multilateral idóneo para tratar este asunto debido a que es parte esencial del sistema multilateral y este debe recuperar su misión sin más vacilación y adoptar, con urgencia, un programa de trabajo amplio y equilibrado, que tenga en cuenta las prioridades relacionadas con el desarme.

«Las reglas jurídicas internacionales en pro de proscribir la amenaza contra la paz y la seguridad internacional, se ven violentadas por el comportamiento de doble rasero de los países amantes del armamentismo», afirmó.

Aseguró que Venezuela apuesta a la implementación en —todo el mundo— de las zonas excluidas o libres de armamentos nucleares. «Las estimaciones sobre gastos anuales en servicios sociales básicos para todo el planeta implicarían unos 40 mil millones de dólares aproximadamente durante 10 años (un total equivalente a 400 mil millones de dólares), es decir, menos de la mitad de los costos que se dedican al insólito mundo del armamentismo».

Añadió que «los pueblos que invocamos y practicamos la paz, seguimos a la espera de un desarme nuclear general y completo porque es la única garantía absoluta para la paz y la seguridad internacional».

La canciller bolivariana apuntó que existe un grave riesgo que armas de destrucción masiva lleguen a manos de grupos terroristas, por lo que indicó que la exploración y utilización del espacio ultraterrestre debe realizarse exclusivamente con fines pacíficos, en beneficio de todos los países, independientemente de su grado de desarrollo económico o científico.

Resaltó que América Latina y el Caribe es una zona de paz, tal y como se declaró en diversos espacios de integración regional como la Unasur. Celac, Mercosur y Alba-TCP; asimismo, destacó que Venezuela es miembro del tratado de Tlatelolco, que ha creado la zona libre de arma nucleares más densamente poblada del planeta.

Por estas razones —explicó la canciller— Venezuela condena los actos de terrorismo internacional en cualquiera de sus manifestaciones y mucho más como miembros activos del consejo de seguridad y el consejo de derechos de la ONU.

«El terrorismo internacional de nuevo género que pretende acabar con los derechos humanos de los pueblos a costa del fomento de la violencia armamentista, merece el más absoluto rechazo. Ese terrorismo internacional que suele esconderse tras telón de grupos difusos creados o construidos, no son más que expresiones de actos de agresión de nuevo cuño y acciones injerencistas encubiertas para desmontar la soberanía de los estados».

Sentenció que «no puede quedar de lado el caso del Estado palestino que sufre a diario de acciones guerreristas y también terroristas con un claro propósito genocida».

Rodríguez insistió en que es vital recordar «los terribles sufrimientos ocasionados a la población civil de Hiroshima y Nagasaki, (en Japón) que dejaron una huella dolorosa, imborrable, en la humanidad y constituyó un brutal, y totalmente desproporcionado, crimen de guerra, único en la historia».

T/Prensa MPPRE
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