23° Congreso Mundial de Energía en Estambul, Turquía|Venezuela defiende equilibrio energético frente a especulación y tensiones geopolíticas

La delegación venezolana, encabezada por el presidente Nicolás Maduro, flanqueado por la canciller Delcy Rodríguez y el ministro de Energía y Petróleo, Eulogio Del Pino, emprendió una dinámica agenda de reuniones en Estambul, aprovechando la presencia en el Congreso Mundial de Energía (CME) de líderes y decisores del ámbito petrolero, para establecer alianzas estratégicas orientadas a la defensa del precio de los hidrocarburos.

Los esperados encuentros con el presidente Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, y Vladímir Putin, de la Federación de Rusia, podrían producirse hoy.

Tales gestiones se adelantan en el evento que reúne en Turquía a más de tres mil instituciones, de 90 países, empresas privadas y estatales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y grupos de interés relacionados con la energía.

El Congreso Mundial de Energía, como principal instancia de encuentro del Consejo Mundial de Energía, constituido en 1923, es una red de líderes y profesionales que promueven un sistema de energía asequible, estable y sensible al medio ambiente. Viene desde hace más de dos décadas planteándose la preocupación por el calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente por parte de países industrializados, como problema que afecta las posibilidades de mantenimiento de la vida en el planeta.

Las orientaciones de grupos permanentes de trabajo consideran aspectos asociados a la transformación del modelo de desarrollo industrial, por una orientación civilizatoria que privilegie el uso de energías alternas, sin perder de vista dificultades y contradicciones inherentes a la dinámica del mundo industrial y el papel de los países generadores de distintos tipos de energía en la actualidad.

Se debe tener presente que la Constitución Bolivariana cuenta con un Capítulo IX dedicado expresamente a los Derechos Ambientales, donde el Estado garantiza el equilibrio ecológico para las actuales y futuras generaciones, y en el Plan de la Patria (Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019), en su quinto objetivo histórico enfatiza el compromiso de “Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana”.

El Congreso Mundial de Energía abordará un tema específico en sus cuatro días de deliberaciones: Visión y escenarios de futuro (10 de octubre); Identificación de oportunidades de negocio, recursos y tecnologías (11 de octubre); el Trilema Energético (12 de octubre); y África y su papel para garantizar un futuro energético estable (13 de octubre).

Dos conceptos clave estarán presentes en los debates: la transición energética hacia 2060, que permita la reorientación de los procesos energéticos y contener el cambio climático; y el Trilema energético, relativo a tres aspectos fundamentales de la energía: seguridad de suministro, equidad social en el acceso y mitigación del impacto ambiental.

TRANSICIÓN ENERGÉTICA

La transición energética considera la posibilidad de transformar el modelo energético actual basado en energías convencionales y grandes infraestructuras de generación (térmicas, nucleares) hacia otro modelo energético que aproveche energías renovables, con eficiencia, con instalaciones en una escala más próxima al usuario, en perspectiva hacia el año 2060. Esto es relativo a requerimientos del ser humano en distintas geografías, que ameritan energía para transporte, procesos productivos y calefacción o refrigeración, según el caso.

La búsqueda se plantea propiciar precios accesibles, equilibrados, disminuir tensiones geopolíticas y atender condiciones de dependencia de países con respecto a fuentes energéticas. Es marco sensible la lucha contra el cambio climático; necesarios cambios culturales en modos de consumo; marcos regulatorios que enfoquen factores ocultos (por ejemplo, aquellos que encubren manejos especulativos); superar uso de la energía de carbón. La energía nuclear tampoco es deseable por su alto impacto y riesgo ambiental.

Capítulo especial que involucra a Venezuela es el tema de las energías de combustibles fósiles. Sigue siendo la principal fuente de energía y está estratégicamente inserta en el funcionamiento de las sociedades modernas, y en torno a los cuales hay desigualdades en las posibilidades de acceder a ella por parte de países dependientes.

Los combustibles fósiles están imbricados en una intensa demanda, en muchos aspectos contrarios al sostenimiento esencial del ser humano, como la energía requerida por el complejo militar industrial, máxima expresión del imperialismo. Se trata de un campo de la producción sometido a factores intermediarios; especulación e imposición manipulada de precios, en favor precisamente de las economías imperiales.

El uso de los combustibles fósiles tendrá una fase de predominio histórico en el cual se seguirán buscando equilibrios. Sin negar avances en cuanto a energías alternas, tales como la hidroeléctrica, solar (térmica y fotovoltaica), geotérmica y energía oceánica, en los cuales la Venezuela Bolivariana también ha emprendido búsquedas.

TRILEMA ENERGÉTICO

El Trilema Energético refiere a los complicados objetivos que afrontan los gobiernos para asegurar el suministro energético competitivo, proporcionar acceso universal a la energía y garantizar protección ambiental. Así lo enfoca Martha Camacho Parejo, quien se ha desempeñado como secretaria general del Comité Español del CME. (Separata del número 38 de Cuadernos de Energía, 2012. Madrid: Publicación del Club Español de la Energía).

Allí se describen los tres factores seguridad energética, equidad social e impacto ambiental.

Seguridad energética: gestión eficaz del suministro de energía a partir de fuentes nacionales y externas (tanto para importadores como exportadores netos), fiabilidad de infraestructuras y capacidad de empresas para satisfacer demanda actual y futura. En cuanto a países exportadores netos como Venezuela, se refiere a la capacidad de mantener ingresos procedentes de mercados de ventas al exterior.

Equidad social: se refiere a accesibilidad y asequibilidad del suministro de energía para toda la población.

Mitigación del impacto ambiental: eficiencia y ahorro energético (desde el punto de vista del suministro como de la demanda) y desarrollo de oferta de energía renovable y de otras fuentes bajas en carbono.

T/ Cristóbal J. Alva R.
F/ Prensa presidencial y Agencias