Este sábado, la gran mayoría de las venezolanas y los venezolanos celebrará la salida definitiva de nuestro país del organismo convertido, desde su fundación, en un instrumento al servicio de los intereses imperiales
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“Cómo no me voy a reír de la OEA si es una cosa tan fea, tan fea que causa risa”. Muy niños, la ácida canción del trovador cubano Carlos Puebla nos ofreció el primer acercamiento con un organismo sobre el cual conoceríamos mucho más en el transcurso de los años, especialmente en las últimas dos décadas.
El tiempo nos iría dando luces sobre el organismo, definido con inapelable puntería por el entonces canciller cubano Raúl Roa, a raíz de la expulsión de su país a comienzos de los 60, como “el ministerio de colonias estadounidenses”. Una y otra vez, la historia fue dándole la razón. En el ente se callaba o se hacían pronunciamientos según los requerimientos de los inquilinos de la Casa Blanca. Se avalaban veladamente o de manera explícita tiranías o carnicerías como las de la caravana de la muerte en el Cono Sur o se condenaban las luchas de los pueblos por su definitiva liberación. Se daban espaldarazos a mandatarios genuflexos o se satanizaba a quienes no entraban por el redil imperial.
Durante las casi cuatro décadas de dictadura puntofijista en Venezuela, con toda su carga de represión, violaciones de los derechos humanos, sus más de tres mil desaparecidos, la organización mantuvo un escandaloso mutismo sobre Venezuela. No obstante, apenas se concretó el triunfo de la Revolución Bolivariana de la mano del comandante Hugo Chávez Frías, sus baterías se enfilaron contra nuestra patria.
Con la llegada de Luis Almagro a su Secretaría General, el imperialismo decidió utilizar descaradamente al ente como una de las cabezas de playa de sus pretensiones de concretar un golpe de Estado en nuestro país, de colocar a un gobernante títere y apoderarse de nuevo de las incalculables riquezas de nuestro territorio, tal y como ocurría en tiempos de la IV República.
En ese contexto, el presidente Nicolás Maduro Moros tomó la histórica e inédita decisión de solicitar la salida de nuestra nación de ese organismo hace dos años, lo cual se concretará este sábado, tras cumplirse el lapso legal requerido.
“Chao”
Las reiteradas acciones injerencistas de Almagro, que funge como mandadero de los amos imperiales en el organismo, y los representantes en su seno de los gobernantes lacayos, llevaron a nuestro Gobierno, en una acción soberana, a retirar a Venezuela de la organización, y así lo oficializó el 26 de abril del 2017, la entonces canciller de la República, Delcy Rodríguez.
El 27, cumpliendo el procedimiento protocolar denominado “denuncia” en la normas de la organización, Venezuela, por intermedio de su representante permanente, Carmen Luisa Velásquez, formalizó, con la entrega de una carta a Almagro, el inicio del proceso de 24 meses para nuestra salida definitiva: “Yo vine con la función de entregar la carta. Los elementos de principios y muy apegados a la soberanía de Venezuela están en la carta”, declaró en esa oportunidad la funcionaria a Telesur.
El embajador venezolano ante la OEA, Samuel Moncada, detalló en ese momento, entre otras razones por las cuales se daban los pasos para la salida definitiva, que “están violando nuestro derecho, nuestra soberanía, nuestra Constitución y el principio sagrado de la OEA”. “La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta –la del organismo-, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros”, subrayó.
En la carta entregada al mandadero imperial, para denunciar de manera irrevocable y soberana la Carta, como paso obligatorio para su salida de la misma, el presidente Nicolás Maduro, entre otras cosas, apuntó que el ente se ha “convertido en vehículo de intervenciones abiertamente lesivas de los principios y del Estado de Derecho internacional”, acciones injerencistas contra Venezuela y que pese a las reiteradas denuncias expuestas por el país ante esta instancia, la OEA respaldó desde la Secretaria General el plan de agresión e intervencionismo.
“Ha ejercido usted, Sr. Luis Almagro, la peor de las actuaciones jamás conocida en la historia de esta organización. Los tiempos por venir lo destacarán como el más infame y triste funcionario que haya deambulado por ese organismo, y vaya que debió aplicarse para hacer méritos en ese sentido”, martilló.
Al final de la carta, para cumplir con la formalidad protocolar, expresó: “La presente Nota, constituye nuestro indeclinable manifiesto de denuncia a la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que cese sus efectos internacionales, en cuanto a la República Bolivariana de Venezuela se refiere”.
“Venezuela, libre e independiente no retornará jamás al seno de esta organización, devenida desde su origen en un instrumento para validar los deseos imperiales contra los pueblos soberanos. Con Bolívar y Chávez, Venceremos!”, finalizó.
Posición soberana
Acerca del tema, el abogado y diplomático Edgardo Toro destacó que la salida venezolana del ente multilateral, desde un punto de vista diplomático, “viene a consolidar nuestra firme posición como país soberano, libre e independiente”.
“No puede entenderse como un capricho político del legítimo Gobierno venezolano. Venezuela, desde siempre, ha abogado por la consolidación de foros regionales y multilaterales, con la finalidad de
fortalecer la integración de los pueblos, que permita alcanzar el tan anhelado derecho al desarrollo, en igualdad de condiciones y oportunidades”, remarcó.
“Desafortunadamente –continuó-, este no ha sido el caso con la OEA. Esta organización, desde su génesis, vulneró todos los postulados consagrados en su documento fundacional, la Carta de la OEA, y del derecho internacional público, como son los principios del respeto a la soberanía, la integridad territorial, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, la independencia y a la no injerencia en los asuntos internos de los Estados”.
El diplomático sostuvo: “La OEA se convirtió en una herramienta política utilizada por los poderes fácticos para provocar abiertamente intervenciones y pretender socavar la soberanía de Estados que no se someten a los designios de la potencia imperial dominante de nuestros tiempos”.
Edgardo Toro destacó además: “Venezuela resiste dignamente un asedio y persecución criminal del Gobierno de los Estados Unidos, que descaradamente utiliza la plataforma de la OEA para justificar una intervención militar en Venezuela”, y finalizó apuntando que “son más los beneficios para el pueblo venezolano, que los peligros que pueda generar esta legítima decisión de retirarnos de la OEA”.
Una “mafia”
La decisión tomada en esa oportunidad por el presidente Maduro, a pesar de no contar con ningún tipo de precedentes, no debió sorprender, más
allá de lo radical de la acción, dados los vergonzosos antecedentes de la organización y la dureza con la cual se refirió a la misma el líder de la Revolución Bolivariana, comandante Hugo Chávez, quien inclusive fue el abanderado de la creación de otras instancias de verdadera integración, como la Unasur, la Celac y el ALBA.
En una oportunidad, el Comandante calificó a la OEA de “mafia”, y planteó la necesidad de que desapareciera si no cambiaba de rumbo: “Si la mayoría de nuestros países exigen cambios y no lo hacen, hay que acabar con la OEA”, expuso, y se sumó a planteamientos similares de sus colegas Rafael Correa y Evo Morales, en la plenaria de la 42a Asamblea General del organismo. “Canadá y los Estados Unidos están tratando de frenar los cambios”, dijo Chávez en esa oportunidad.
El 25 de mayo de 2009, durante la reunión con cancilleres del ALBA en Miraflores, expresó la necesidad de denunciar a la OEA, pues “no sirve para nada, porque sirve solo para los intereses del imperio, a los intereses hegemónicos del capitalismo mundial en este continente y eso hay que denunciarlo”.
“¿Cuando la OEA se ha pronunciado en torno a todas las agresiones que ha sufrido Cuba, por ejemplo ¿Cuándo la OEA se ha pronunciado acerca de todas las agresiones que ha sufrido Venezuela, incluso el golpe de Estado de 2002, y de todo lo que aquí ha ocurrido?… Por ejemplo, cuando el Caracazo, tampoco dijo nada, solo salió a defender a Carlos Andrés Pérez y a la supuesta acción para restituir la democracia, mientras un pueblo era masacrado y estaba llorando a sus muertos, miles de muertos”, latigueó.
Por esas razones, dejó saber su deseo de “acompañar a Cuba formando el primer núcleo de una nueva organización de naciones y países libres, soberanos y dignos de verdad en este continente”.
Otro que fue lapidario en sus conceptos sobre el organismo de marras fue el comandante Fidel Castro Ruz, quien, entre otras cosas, en una entrevista ofrecida el 4 de diciembre de 1971 sentenció: “Nuestra posición es que ese organismo ha sido instrumento de la penetración y el dominio imperialista en América Latina. Nuestra posición es que ese organismo tendrá que desaparecer. Nuestra posición es que algún día nosotros tenemos que estar unidos, los pueblos latinoamericanos, para llegar a ser una comunidad humana digna de respeto en el mundo, uniendo nuestras fuerzas, para que no seamos lo que somos hoy, que somos víctimas de las agresiones.
¿Es o no es cloaca?
“¿Es o no es sentina? ¿Es o no es Ministerio de Colonias yanquis? Históricamente esa institución simboliza la opresión imperialista sobre nuestros pueblos y cuando nuestros pueblos sean libres esa institución desaparecerá y no hará falta OEA cuando exista una comunidad de pueblos latinoamericanos”…
Fiesta
Mientras tanto, el pueblo venezolano se apresta para celebrar este sábado la salida de nuestro país del oprobioso organismo y lo hará con otra de sus acostumbradas marchas, desde la plaza Morelos de Caracas hasta la sede de la Cancillería de la República, a un costado de la plaza Bolívar.
“Por supuesto que tenemos muchos motivos para celebrar, pues estamos saliéndonos de un estercolero, de una cloaca. Allí no hacemos absolutamente nada, pues como ya se ha dicho insistentemente desde hace muchos años, la OEA solo sirve para cumplir órdenes de los Estados Unidos. Ese es su verdadero patio trasero”, expresó el constituyente Rafael Argotty.
“En los últimos años, en la OEA Estados Unidos ha establecido un puesto de ataque desde el cual se agrede permanentemente a Venezuela, a los venezolanos. Esa es una razón más que suficiente para que nos salgamos de ese organismo, en una posición digna y soberana a de nuestro país”, remató.
“Es lógico que hagamos una fiesta este sábado por nuestra salida de la OEA, con la cual Venezuela está dando un ejemplo al mundo, estamos demostrando que bajo ninguna circunstancia estamos dispuestos a doblegarnos ante el poderío de Estados Unidos, ni ante los gobiernos sumisos que le hacen el coro en ese organismo”, dijo por su parte el concejal Roque García, presidente de la Comisión de Educación del Concejo Municipal de Libertador.
“Pienso que otros países deberían seguir nuestro ejemplo, abandonar esa ratonera. La existencia de la OEA como organismo de integración ya no se justifica, por eso debería desaparecer, aunque obviamente a los gringos eso no les interesa”, precisó.
Para el periodista Gustavo Tovar Mijares, “el solo hecho de dejarle su gallo muerto a los gringos y a un tipo tan despreciable como (Luis) Almagro, ya es motivo de celebración para los venezolanos. Es demasiada desfachatez, son demasiadas agresiones, muchas posiciones rastreras. Es suficiente, por fin salimos de eso”.
“Los gringos van a seguir con sus intentos de derrocar al presidente Maduro, desde ahí, desde todos los flancos posibles, sin importar que estemos o no, pero indudablemente que es una victoria para nuestro pueblo nuestra salida de esa ratonera, porque, que quede claro, no nos sacaron, nos salimos”, finalizó.
“Yo voy a celebrar marchando. Por fin llegó la hora de salirnos de un organismo que ningún beneficio le traía a Venezuela. Que se queden con su OEA, pero también deben tener claro que a Venezuela se respeta y no nos podrán derrotar, porque somos hijos de Bolívar y Chávez”, expresó a su vez Rafael Arteaga, motorizado, quien dijo que se irá a la marcha con su esposa e hijos.