¿Venezuela, en la mira de los fondos buitres?

Los holdouts, o “fondos buitre”, explica el portal especializado mexicano El Financiero, son fondos de capital de riesgo que invierten a bajo precio en la deuda pública de una entidad que consideran debilitada y por tanto su objetivo es esperar pacientemente la quiebra o default de un país o de una empresa, para proceder judicialmente al cobro total del valor del instrumento más los intereses por los años adeudados.

Un amargo ejemplo de lo que pueden hacer los fondos buitres lo vimos recientemente en Argentina, cuando se declaró en default en 2001.

Luego del default argentino, el país negoció con 93 por ciento de los tenedores de sus bonos una reducción en la cantidad que recibirían sobre el valor de mercado de los activos puestos en garantía (conocido como “haircut”) y la modificación del plazo de vencimiento, condiciones que no fueron aceptadas por el 7 por ciento restante de acreedores, que eran justamente los denominados fondos buitres.

El especialista en derechos humanos colombiano Carlos Vargas Velandia describió en un artículo titulado “Los fondos buitres: el caso de Argentina”, el daño que los holdouts causaron a la economía del país austral.

“El 1,6 % de la deuda externa de Argentina representada en diversos bonos y títulos de deuda fueron adquiridos en el mercado secundario por los denominados “fondos buitres”, que iniciaron numerosos procesos legales ante distintos tribunales locales invocando una cláusula comúnmente establecida en los prospectos de algunos de estos bonos que establece la competencia de los tribunales locales (en el presente caso, Nueva York) para dirimir toda controversia que pudiese surgir entre las partes. Tales bonos habían sido emitidos originariamente por la República en los Estados Unidos en octubre de 1994, a través de un Fiscal Agency Agreement, y fueron adquiridos una parte en el mercado secundario en vísperas de la crisis de Argentina de 2001-2002, y la mayor parte con posterioridad al default”, explica el especialista.

“Estos fondos socavan las posibilidades de los países afectados de volver a ponerse en pie mediante programas de conversión de deuda y otras medidas. Con ello impiden, durante años y décadas, que los países afectados puedan participar de los mercados financieros internacionales y puedan obtener dinero nuevamente”, especificó.

Por tanto, desde 2001 a la fecha, las consecuencias nefastas de los buitres las paga el pueblo con la imposición del ahora presidente Mauricio Macri de medidas neoliberales para recortar la inversión social y pagar la casi insaldable deuda con los carroñeros.

Eso mismo quiere la derecha neoliberal que suceda en Venezuela, que el país caiga en cesación de pagos a fin de bloquear totalmente la capacidad financiera del Gobierno Bolivariano, para que no continúe con la inversión social y de este modo obtenga el rechazo de los sectores populares. Allí pretenden una restauración neoliberal por la vía electoral, tal y como sucedió en Argentina, para arrodillar al país frente a los acreedores y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

ASÍ DESESTABILIZAN LAS CALIFICADORAS DE RIESGO

El riesgo país es un concepto frecuentemente utilizado para expresar la relación riesgo-rendimiento asociada a una inversión en un país determinado. La utilidad de este indicador es la posibilidad de realizar comparaciones con un parámetro de referencia.

De este modo, un inversionista dispone de diversas formas de calcular el riesgo país, que varían en grado de complejidad. A medida que el uso de este concepto se ha hecho extensivo a una base de inversionistas más amplia y exigente, instituciones financieras especializadas han desarrollado distintas metodologías pare el cálculo del riesgo país.

El riesgo país es un índice que ofrece información en términos cuantitativos sobre el riesgo que implica invertir en instrumentos representativos de la deuda externa emitidos por gobiernos de países emergentes. Tal riesgo es un riesgo de incumplimiento por parte de los emisores de dichas deudas. El índice de riesgo país, en sí mismo no dice nada, solo adquiere relevancia al compararlo con el valor del índice de otro país o países, o al observar su evolución en el tiempo. Pero sin duda es utilizado en esta guerra financiera contra la Revolución Bolivariana como un arma política.

En líneas generales, el riesgo país se puede conocer a través del cálculo del rendimiento de un bono o de una cesta de títulos valores emitidos por un país o por un conjunto de países, cuyo valor se expresa en puntos básicos. El método más sencillo de calcular el riesgo-país es comparar el rendimiento de un título valor representativo de la deuda externa de un país determinado con el de un instrumento con condiciones financieras similares, libre de riesgo, emitido por otro país. La diferencia entre ambas tasas de rendimiento representa la prima de riesgo o recompensa para el inversionista por adquirir una inversión más riesgosa.

Los índices de riesgo-país descritos aquí, indican el rendimiento que obtiene un inversionista si comprara y mantuviera por un periodo de tiempo determinado un portafolio de inversión igual al portafolio que compone el índice. Es por ello, que cuando los instrumentos que conforman el índice bajan de precio o pierden valor, el índice cae y si los instrumentos suben de precio, el valor del índice aumenta.

Generalmente, los valores de los índices se comparan de forma mensual, acumulada durante un año y anual, calculando su variación para determinar la ganancia o pérdida obtenida por el inversionista o que este pudo haber obtenido si mantuviera un portafolio con esas características.

Se puede entender como si el inversionista comprara el portafolio al inicio del periodo y lo vendiera al final del mismo. Para cada índice, existen subíndices, los cuales se forman agrupando instrumentos con características similares, por ejemplo, instrumentos de un mismo emisor, el mismo tipo de instrumento emitido por varios países, etc.

Los subíndices son importantes porque constituyen un elemento adicional de análisis más detallado que el índice general, es decir, ayudan a comprender lo sucedido a nivel agregado. A través de los subíndices se pueden conocer, por ejemplo, los tipos de instrumentos que presentaron mejor desempeño, o los países/emisores cuyos instrumentos observaron el más favorable comportamiento, lo cual podría indicar ciertas tendencias en los mercados financieros globales.

NADA ES CASUALIDAD

A los mercados financieros globales concurren participantes con distintas necesidades financieras que requieren información de diversa naturaleza. Estas necesidades de información son cada vez mayores y especializadas. En respuesta, se han desarrollado metodologías rigurosas que producen índices más confiables que otros cálculos de rendimiento menos sofisticados.

Por ejemplo, el banco de inversión JP Morgan calcula y publica diariamente los índices: EMBI, EMBI Global, EMBI Global Diversified (diversificado), LEI, ELMI+, EMBI Global Credit Subíndices, Rock Bottom Spread, JACI, Track-X Emerging Markets.

Los índices de riesgo país se producen de forma diaria, cada día laborable del año, de acuerdo al calendario correspondiente al mercado de bonos de Estados Unidos, elaborado por Emerging Markets Traders Association (EMTA).

Los precios de los instrumentos utilizados en el cálculo de los indicadores, son tomados a las 3:00 pm hora del este de los Estados Unidos. Las fuentes seleccionadas son las pantallas de las entidades financieras. Para instrumentos no disponibles en estas pantallas, se utilizan cotizaciones de precio de JP Morgan para esa misma hora. Los valores diarios de los índices pueden ser consultados a través de los sistemas electrónicos de información financiera Bloomberg y Reuters. Desde los monitores de las bolsas de valores más importantes del mundo, los buitres avizoran a sus próximas víctimas.

Aunque Venezuela cumple sus compromisos internacionales, al cancelar durante los últimos cuatro años más de 72.000 millones de dólares en deuda externa, las calificaciones de riesgo desde el extranjero se suman a la agresión que con sanciones económicas aplican Estados Unidos, Canadá y ahora la Unión Europea (UE) contra la Revolución Bolivariana.

El pasado 2 de noviembre el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció la creación de una comisión presidencial que tendrá la tarea de consolidar el refinanciamiento y la reestructuración de la deuda externa.

No es casual que tras el anuncio realizado por el Mandatario venezolano de crear una comisión para la reestructuración de la deuda, las agencias calificadoras de riesgo Fitch y Standard & Poor’s rebajaron la nota de deuda de Venezuela y estimaron que una suspensión de pagos era muy probable.

T/ Redacción CO
F/ Agencias
Caracas