El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, precisó este jueves en su discurso tras tomar posesión de la presidencia para el período constitucional 2019-2025 en la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que la Revolución Bolivariana ha sido víctima de «manipulación y mentiras perversas», durante estos 20 años.
«No hay un solo país, en donde no haya una campaña persistente diaria, permanente de manipulación y de mentiras sobre la Revolución Bolivariana, sobre el Comandante Chávez y ahora sobre este servidor», manifestó.
«Han sido 20 años de mentiras perversas, asquerosas, en Venezuela nos defendemos, este es un pueblo consciente, de la manipulación, de la mentira mediática, política», agregó el Presidente sugiriendo que a veces en el mundo entero es difícil dar a conocer la verdad.
En ese sentido, explicó que Venezuela es un país profundamente democrático. «La democracia en Venezuela se refundó hace 20 año con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, en 20 años se han realizado 25 elecciones».
«De Venezuela dibujan una realidad que no somos nosotros, hay una Venezuela que enfrenta sus dificultades», dijo.
Legitimidad de su nuevo mandato
El jefe de Estado calificó el Acto de juramentación en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como un evento de re-afirmación de la paz. «Este acto es un acto de paz, porque todo acto que haga cumplir la palabra de la Constitución son eventos que suman al conjunto de fuerzas institucionales».
Reiteró que el pueblo venezolano es un pueblo profundamente democrático que conoce el mandato constitucional, específicamente citó que es del conocimiento público el artículo 231 de la Carta Magna, que garantiza la legalidad de su nuevo mandato.
«El artículo 231 fue un debate que se dio en la constituyente, los que fuimos constituyente en el año 99, debemos recordar, con precisión el espíritu del constituyente, hoy podemos decir el espíritu sabia sobre esta materia», explicó sobre su juramentación llevada a cabo en el TSJ.
«La constituyente de 1999 previó cualquier conflicto que se diera con el parlamento para que pudiera ser resuelto de manera pacífica por el Tribunal Supremo de Justicia», señaló.