Durante su participación en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el problema mundial de las drogas, la ministra del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, rechazó la política intervencionista de los países imperiales en nombre de la “guerra contra las drogas”.
“Venezuela aprovecha este escenario para rechazar la utilización política de los centros imperiales (…) debemos rechazar el doble estándar de países imperiales en esta materia, que bajo el supuesto y pretendida excusa de combatir a las drogas invade países, socava los estados legítimos de derechos humanos y amenaza sus autoridades legitimas”, dijo Rodríguez.
La canciller venezolana señaló que los imperios consideran las drogas como una amenaza a la seguridad del mundo “desviando el verdadero camino de atender un problema de salud pública de los seres humanos” permitiendo la intervención en “el nombre de la llamada guerra contra las drogas”.
Rodríguez destacó que desde los centros imperiales se establecen políticas de militarizaron e invasión de países, violando la soberanía de las naciones, como es el caso de Afganistán que fue invadida por Estados Unidos para acabar con las drogas y “el cultivo de opio ha aumentado ocho veces su producción”.
Al respecto, indicó que la política belicista imperial ha fracasado y Afganistán es una muestra de ello, al tiempo que recordó que las potencias imperiales basan su economía en la legitimación de capitales.
REPLANTEAMIENTO AL MODELO EXISTENTE
En este contexto, la República Bolivariana de Venezuela propone un replanteamiento del modelo existente en materia de drogas que ha fracasado durante los últimos 51 años.
“Nosotros proponemos un modelo centrado en el ser humano, en el respeto de los derechos humanos (…) debemos avanzar hacia una política verdadera, democrática, con respeto absoluto a los derechos humanos que permita avanzar en esta materia de atención de salud pública”, manifestó la ministra Delcy Rodríguez.
La titular para Relaciones Exteriores subrayó que desde la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) comparten esta “visión de la centralización y respeto absolutos de los Estados democráticos, entendiendo las drogas como un problema de salud humana, de salud pública”.
En los últimos años bajo la conducción de la Revolución Bolivariana, Venezuela puede decir que no es un país productor, consumidor, distribuidor de drogas, no legitima activos proveniente del trafico de estupefacientes y el sistema financiero no se aprovecha de la legitimación de capital producto del narcotráfico, acentuó la canciller.
“Las Naciones Unidas han declarado a Venezuela un país libre de cultivo, que además goza de un plan nacional en materia de drogas centrado en el ser humano, desde una perspectiva del Estado democrático de los derechos humanos que permita atender este mal tan terrible provocado por las drogas en materia de seguridad de salud publica”, finalizó.