En 1958| Venezuela rechazó a Richard Nixon

El 13 de mayo de 1958, Richard Nixon, vicepresidente de EEUU en visita de dos días a Venezuela, fue centro de abucheos y masivas manifestaciones que expresaban el repudio a la política de injerencia y agresiones de EEUU contra los países de la América Latina y caribeña.

GIRA POR SURAMÉRICA

El vicepresidente de EEUU y sus asesores, en los preparativos de su nominación presidencial por el Partido Republicano buscaban, con el recorrido por unos 18 países proyectar su figura. Y cuando le asignaron esta tarea, según él mismo afirmaría después en su libro ‘Seis crisis’ “no le hizo mucha gracia. Pensó que el viaje sería tedioso, un mero trámite previsible, sin ningún aliciente (…) Se equivocaba de plano” [http://prodavinci.com].

LOS HECHOS

Apenas bajar del avión en Maiquetía, Nixon se da de cara con una pancarta colocada en el balcón del terminal de Maiquetía donde se leía ‘Fuera Nixon’. Y mientras de una parte se escuchaba el Himno Nacional de EEUU y los cañonazos de saludo, de la otra la muchedumbre estallaba en rechifla. Nixon procuró capear el momento intentando acercarse a la multitud, lo que la encresparía más, al grado de recibir “una cascada de escupitazos”. En la Plaza Sucre de Caracas, el vehículo fue rodeado por una nueva multitud que lo zarandeó, al tanto que llovían huevos, tomates y piedras. Con Nixon, su esposa y el canciller venezolano dentro del Cadillac, el chofer logró salir del sofocón y, en vez de ir rumbo al Panteón Nacional, donde debía honrar las cenizas del Libertador Simón Bolívar, giró directo a la sede de la embajada de EEUU en la urbanización La Florida de Caracas.

POSTURAS

Dos posturas claramente definidas asumió el liderazgo venezolano ante los sucesos. De una parte el Presidente de la Junta de Gobierno, Vicealmirante Wolfgang Larrazábal, en medio de una visita al Instituto Pedagógico de Caracas declaraba “Si hubiese sido estudiante hubiese hecho exactamente lo mismo”. Y de la otra, Rómulo Betancourt, se presenta “junto a Rafael Caldera y Jóvito Villalba en la televisión, a pedir disculpas” por lo ocurrido a Richard Nixon, según testimonio recogido por Agustín Blanco Muñoz en el libro La Izquierda revolucionaria insurge.

BALANCE

¿Hubo intención de los manifestantes de atentar contra la vida del vicepresidente de EEUU en su visita a la patria de Bolívar? Evidentemente no, por cuanto la multitud que lo rodeó a él y su vehículo quiso dar una demostración ruidosa de su rechazo a la política hemisférica e intervencionista de EEUU con sus vecinos del Sur, y que se manifestaba en invasiones armadas y apoyo a dictaduras. Nixon, de probado valor personal, sorteó la circunstancia, empero el rechazo a la visita tenía causas profundas en la historia de desencuentros, desde los días de Simón Bolívar y de James Monroe y entre Venezuela y América Latina, con respecto a EEUU. El hecho hizo que en Washington DC voces hablasen de preparar una invasión militar a Venezuela, lo que no llegó a término.

“ESA VISITA…UNA PROVOCACIÓN”

“Esa visita vino a constituir una provocación norteamericana deliberadamente preparada (…) (…) Nixon habló por tv y por radio y se inmiscuyó directamente en a política venezolana. Por primera vez se atacó a los comunistas en Venezuela (…) Allí se rompió la unidad, el ambiente unitario (…) Entonces [Blas] Lamberti y [Eugenio] Mendoza…hablaron por teléfono con el Departamento de Estado, solicitándole que ‘por favor no invadieran a Venezuela’. Y esa conversación se captó y la oyeron los miembros de la Junta: Araque, Quevedo y Larrazábal (…) Después…llamaron por teléfono [Lamberti y Mendoza], para que fueran a sus casas a recibir sus renuncias” [HÉCTOR VARGAS MEDINA / En: Agustín Blanco Muñoz, Conspiración Cívico-Militar, Cs, 1981, pp 246-247]

T/Néstor Rivero
F/Archivo CO