La misión socialista funciona en siete estados|En Venezuela se rescata la cultura a corazón abierto en las comunidades

Niños y niñas venezolanos en la Misión Cultura Corazón Adentro, un espacio para la recreación y formación

El 26 de abril de 2008, unos 500 internacionalistas cubanos llegaron a Venezuela para abrir un nuevo capítulo en la cooperación solidaria entre ambas naciones. En distintas comunidades de Caracas y Miranda se instalaron jóvenes que se presentaron como colaboradores de la Misión Cultura Corazón Adentro.

El grueso de la primera avanzada se adentró en Petare para la siembra que llevarían adelante estos reparadores de sueños que hoy se multiplican en nuestra patria.

Alejandro Gumá Ruiz, coordinador nacional de la Misión por la parte cubana conversó en exclusiva con el Correo del Orinoco para dar un balance de los primeros cuatro años de esta iniciativa ideada por el presidente Hugo Chávez y el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.

Confiesa que valorar los avances implica un gran reto. Califica el programa como una misión bonita, dura y complicada, que hoy llega a siete estados del territorio nacional. “Hablar del avance es un reto grande porque uno puede correr el riesgo de omitir cosas importantes. Cuando comenzó la misión, por la idea genial de Chávez y Fidel en el año 2008, no llegaban a 500 colaboradores cubanos que llegaron muy pronto a Miranda, sobre todo a Petare. En el año 2008, por la voluntad del gobernador Adán Chávez, se abrió en Barinas y al año siguiente fueron Anzoátegui y Portuguesa. Más recientemente se abrieron pequeños núcleos en Zulia y Táchira, comentó.

Considera que para hablar de cultura, 4 años es un tiempo breve. No obstante advierte que en este lapso se ha logrado mucho, como extender el colectivo a 1.300 colaboradores cubanos y 1.500 animadores venezolanos.

Aclaró que al inicio no había un personal calificado en Venezuela a nivel comunitario, que pudiese darle acompañamiento a la Misión, lo que obligó comenzar con la formación, además de cumplir con la tarea fundamental de atender culturalmente a niños, niñas adolescentes y personas mayores en las comunidades.

“Ese trabajo lo asumimos a la par y dio sus frutos porque a finales del 2010 ya teníamos consolidado el equipo venezolano que trabajaría en la misión”, rememora Ruíz.

Además de la formación en talleres culturales, el trabajo se enfocó también en la investigación e identificación de las manifestaciones autóctonas del pueblo venezolano. Para este frente se abrieron eventos científicos anuales. Se han realizado tres eventos para seleccionar los mejores trabajos culturales en sus diversas manifestaciones. Las obras pasan por procesos de selección desde los municipios, luego por los estados hasta llegar al nivel nacional.

Alejandro Gumá Ruiz, coordinador nacional de la Misión

Latir venezolano

El coordinador caribeño asegura que la misión está en una nueva fase de trabajo. “Hoy tenemos otro nivel de preparación para trabajar con la cultura que es trabajar con el alma de los pueblos, con sus tradiciones. Cuando no eres un conocedor de ellas siempre quedará la duda. La idea fue que nosotros aportáramos la enseñanza, la metodología y la parte venezolana aportara su propia cultura y en esa interrelación dialéctica el cubano se formaba y se enriquecía”, comentó.

“Hemos sido muy rigurosos a la hora del respeto, de cómo se enseña. Prácticamente desde el 2009 ya estábamos enseñando al 100% con la cultura venezolana, lo que se demuestra en los festivales de teatro, de oralidad, danza, teatro y de todas las manifestaciones”, advirtió.

Destacó la voluntad por el Ministerio de la Cultura de Venezuela, la Fundación Misión Cultura, los Consejos Comunales y el pueblo venezolano en general, que ha sido un factor decisivo en estos logros.

Perfil coronario

Cuando uno analiza las estadísticas, que lo hacemos mensualmente, un poco que nos asustan porque los números son altos, en la cantidad de agrupaciones formadas y actividades como por ejemplo: los tres millones de personas beneficiadas con el paso de 4 mil colaboradores durante esta etapa, apunta el internacionalista caribeño.

No obstante advierte que en materia de cultura, los números no siempre describen completamente una realidad.

Gumá se pregunta cómo se puede enumerar o llevar a estadísticas cuando se hace un mural con los valores pictóricos de la cultura venezolana en una comunidad como Petare, como los de Antíman, el del Parque del Este (Generalísimo Francisco de Miranda), o los que están en Portuguesa que es el estado con la mayor cantidad de obras de este tipo.

“Nosotros cuantificamos al que participa y a los que aprenden a dibujar con el taller mural pero, y el que pasa por allí y lo ve, que lo percibe de una manera consciente o inclusive inconscientemente. Eso es un entorno que comienza a cambiar con un mensaje cultural, humano y de paz. Cómo cuantificar, por ejemplo, cuando en una familia el niño aprende a dibujar, a cantar o a bailar bien. Allí se cuantifica al niño pero no a los padres o familiares que se comienzan a interesar por los valores culturales. Estas cosas no se pueden cuantificar, tenemos que explicarlas, por eso decimos que las estadísticas no lo dicen todo”, aclara.

Teniendo en cuenta las campañas anticubanas que siempre afloran en el país sobre supuestas injerencias, nos podría aclarar cuáles son las funciones de los promotores isleños.

“Siempre el enemigo va a calumniar y a tratar de atacar los logros y programas de la Revolución. Yo creo que una de las respuestas más grandes que tenemos que concebir es nuestro propio trabajo. Uno tiene que explicar, hablar, promover pero sobre todo, uno tiene que trabajar, ser fiel a los objetivos de esta misión, con resultados y siempre trabajando”, insistió.

El funcionario advirtió que, cuando un instructor cubano viaja a Venezuela lo hace conociendo que va a separarse de su familia por dos años para contribuir al desarrollo y la transformación de las comunidades. Lo hace desde las manifestaciones culturales que conoce, con los talleres que desarrollan de lunes a viernes.

Bombeo incesante

El coordinador de la misión Cultura Corazón Adentro explica que las actividades culturales se preparan durante toda la semana para que los sábados y domingos se presenten actividades o festivales comunitarios.

“Se trabaja los siete días de la semana. Hay lugares inclusive donde tenemos la posibilidad de trabajar de noche. Hoy te puedo decir que todos nuestros colaboradores e instructores viven en las comunidades en las que trabajan, este es un logro del 2012, para el que henos obtenido el apoyo del pueblo venezolano, que nos fueron buscando los espacios para que se insertara el colaborador cubano, eso nos ha permitido aprovechar mucho más el tiempo para el trabajo”, precisó.

“Se trabaja principalmente en las manifestaciones culturales, ya sean el teatro, la danza, la música y las artes plásticas aunque también tenemos profesores de literatura, de apreciación de las artes visuales (cine, televisión). Sus funciones fundamentales se relacionan con la formación cultural en dichos talleres. Se enseña con un rigor científico, que sí bien no está dirigido a formar artistas, si lo está a crear sensibilidad por el arte y la cultura. Incluso pueden salir artistas porque uno se da cuenta que aquí el talento es tan grande que estas personas pudieran seguir su formación y llegar a ser artistas”, aseguró.

Gumá Ruíz explica que la Misión también cuenta con un equipo dedicado a la supervisión técnica metodológica para evaluar el trabajo y los resultados que se obtienen.

En estos momentos, el programa Cultura Corazón Adentro es apoyado por 60 artistas profesionales de diversas manifestaciones. En Venezuela trabajan tres brigadas circenses, una agrupación de teatro, de música y dos trovadores que pasan por las comunidades para apoyar en los eventos culturales. También se cuenta con el apoyo de unos 10 mil venezolanos.

Miocardio rebelde

Una de las grandes batallas que emprende el Gobierno Bolivariano es contra la influencia cultural imperialista. ¿Cuál es su valoración de la salud del corazón cultural venezolano en esta pelea?

“Yo te puedo hablar del lugar en el que estamos nosotros estamos y el trabajo que en la misión llevamos. Hay que estar claros que estas son batallas largas y que a veces uno se desespera porque es imposible percibir un resultado en corto tiempo. Lo que si podemos notar inmediatamente es que comienzan a haber transformaciones. Recuerdo por ejemplo que cuando llegamos en el 2008 a una comunidad de Petare que se llama “El callejón Oriente”, era un antro de violencia. Allí, junto con los médicos cubanos, entraron 4 profesores cubanos, liderados por un colaborador que aún está en el país”.

“Allí la situación comenzó a transformarse con el trabajo que se hacía con los niños, niñas y junto con el Consejo Comunal, hicieron las calles en lo que toda la vida había sido un terraplén, hicieron las aceras y las paredes de todo ese callejón se fueron decorando con las pinturas de los niños y niñas. Al principio las arrancaban y rompían, después las fueron respetando y hoy perduran el día entero”, explicó.

“Los niños aprendieron a cantar y bailar y eso fue una transformación completa que llegó inclusive a la comunidad inmediata, “La Bombilla” y así fue dándose a otras. La cultura se ha convertido en un elemento movilizador del buen hábito, las costumbres y el buen comportamiento. Esto no quiere decir que en la comunidad todos se han convertido en personas ejemplares pero si hay un respeto hacia este tipo de actividades. Cuando uno ve a la distancia de cuatro años podemos hablar de resultados establecidos que no van a desaparecer”, rememoró.

El coordinador explica que para abrir la misión en Zulia y Táchira, se vieron en la necesidad de mandar a colaboradores que se encontraban en otras zonas de trabajo.

“Como nos podíamos crecer en cantidad de colaboradores cubanos, decidimos mover a algunos que estaban en otros lugares y los mandamos esos dos estados, sin el peligro que con la salida del colaborador se perdiera el trabajo porque el animador cultural venezolano ya está debidamente formado y dispuesto a continuar con la tarea”, advirtió.

Esto permitirá en un futuro disminuir la colaboración cubana y pasar a otro tipo de asesoría para la enseñanza, en instituciones culturales para diversificar y profundizar en el trabajo.

Gumá pondera el trabajo del Sistema de Culturas Populares, que agrupa los portadores de las tradiciones venezolanas, a los artistas comunitarios, programa que se ha convertido en un instrumento muy importante del trabajo cultural comunitario. “Es un aliado de la misión y una fuerza con la que cuenta el pueblo venezolano”, dijo.

¿Por qué se decidió iniciar la misión en Zulia y Táchira, estados gobernados por la oposición?

En primer lugar porque allí es necesario el trabajo de nuestra misión. También porque el apoyo que recibimos evidentemente no será de las gobernaciones, sino del Ministerio de Cultura, los gabinetes culturales y sobre todo del pueblo. Allí también tenemos el apoyo las alcaldías bolivarianas. Nosotros no hacemos política, trabajamos con la cultura, que evidentemente influye en la trasformación social.

¿Cómo influyen los valores culturales en las transformaciones de las sociedades, inclusive en las revoluciones como la que se vive hoy en Venezuela?

La transformación cultural es un concepto revolucionario que uno tiene que defender todos los días. Sin cultura no hay revolución posible como lo han dicho Chávez y Fidel.

Esta para que sea una revolución verdadera, como cualquier otra, tiene que ser esencialmente una revolución cultural. “Cuando hablamos de revolución cultural no nos referimos solamente a campañas o de un objetivo que se quiera lograr a prisa. El valor de la cultura y el valor de la misión están en lograr transformar al ser humano, dando a conocer su idiosincrasia, su historia y sus valores”, apuntó.

El coordinador nacional de la misión cultural considera que el individuo que es “tocado” por la culturase transforma y contribuye así a transformar la sociedad, la humanidad.

“Todos los problemas que hay en este país, como los tuvimos nosotros o como los tienen otros pueblos como la violencia, el consumo de drogas, no existe herramienta más eficaz para combatirlos que con la cultura, desarrollar la sensibilidad del ser humano que le permita vibrar con lo bonito, lo autóctono de la cultura”, recalcó.

Suturas y retos

Considera que un individuo que es capaz de disfrutar de un mural, de un baile o de una obra teatral típica, difícilmente será violento, un ladrón o un delincuente.

“No quiere decir que este sea el único elemento, también la cultura se relaciona con escuela, con la educación. Esta es una sociedad que fue formada durante muchos años en los valores del comercio y el consumo. Uno va por las comunidades y se da cuenta de la cantidad de instituciones culturales que hay y no se usan porque hubo una intención política en los gobiernos anteriores de separar a este pueblo de su cultura. De esta manera iba a ser más fácilmente dominado. Que uno vaya caminando en sentido contrario quiere decir que vamos construyendo el hombre nuevo en la Revolución Bolivariana para defender que no haya marcha atrás en este proceso”, atestiguó.

Reconoce como un reto fundamental y permanentemente el trabajo comunitario en tiempos de Revolución. “El reto más grande es trabajar de la mano del valeroso pueblo venezolano y con la cultura, que nos hace tener una inmensa responsabilidad parar todos nosotros. Los cubanos y cubanas venimos a Venezuela a entregar pero somos mucho más beneficiados pues recibimos mucho”, valoró.

“En este proceso de enseñanza estamos obligados a aprender, es una dialéctica que tenemos muy clara. El otro reto grande es que nosotros somos representantes del pueblo y la revolución cubana, de Fidel y así nos ve el pueblo venezolano. Eso te obliga a tener mucho rigor en el trabajo. El cubano que está trabajando aquí forma parte también de un programa de la Revolución Bolivariana y de las ideas de Chávez. Por eso les exigimos a los colaboradores que sean, más que buenos, ejemplares. Aquí tenemos que ser así, ejemplares desde el primer día hasta el momento en que te montas en el avión para regresar”, concluyó.

Texto/Rafael Leyva Ricardo
Fotos/Joel Aranguren y Héctor Rattia

Loa animadores culturales (venezolanos), comenzaron en el 2008, sin ellos, no podían los colaboradores (cubanos), trabajar dentro de las comunidades, por otra parte, Ya se había graduado el primer grupo de estudiantes de la misión cultura y pronto se graduarían 12.000 más, todos muy bien preparados, que realizaban sus proyectos comunitarios culturales.
Es cierto que es muy valiosa la participación de los colaboradores culturales cubanos, pero; no son los únicos, ni los más numerosos, además cuando se imparte la cultura propia, se vive y se siente en el alma.
por favor un poco más de recato al opinar

  • es una excelente misión de la cual me siento orgullosa de pertenecer y poder contar con el privilegio de contribuir a la formación cultural del pueblo venezolano, y a su vez aprender de este pueblo de múltiples expresiones artísticas. Esa es la grandeza de esta Revolución Bolivariana y de la Solidaridad y hermandad de los pueblos latinoamericanos.

  • Me gustaría formar parte de esta excelente Misión Cultura Adentro,soy de Barcelona estado Anzoátegui,si me pueden hacer llegar algún medio para contactar a la directiva de M.C.A. Acá en la capital anzoátiguense,con muchísimo cariño se los agradecería!.. saludos mi gente!.