Venezuela tendrá su primera escuela de constructores de instrumentos de viento

De este taller saldrá la primera traversa moderna de madera hecha en el país

Se espera que el año que viene ya tome cuerpo esta idea que implica además una casa constructora de flautas en sus distintas variantes y otros objetos sonoros similares

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El músico y luthier venezolano Antonio Braiz Gómez Sarramera, ya sembró, en la azotea de una casa en Catia, la semilla que permitirá cosechar a mediano plazo el primer centro de formación de constructores de instrumentos de viento y con ella la primera casa de fabricación de instrumentos de viento en Venezuela.

Luego de más de 10 años de formación, investigación y trabajo en su taller, en el cual ha conseguido fabricar un instrumento tan particular como la flauta traversa barroca, tal vez las primeras que se hacen el en país, Antonio Braiz Gómez aplicó a la primera edición del programa de apoyo a emprendedores en el sector musical conocido como Semillas Naranjas, en el que fue seleccionado entre los cuatro ganadores.

Este impulso incluye una serie de asesorías, además de un aporte como capital semilla, que le permitirá al músico y artesano consolidar una iniciativa que ya viene andando desde hace algún tiempo con la doble intención de preparar a jóvenes en el arte de la construcción de instrumentos de viento, sin dejar de lado el trabajo de reparación y mantenimiento, y al mismo tiempo cubrir la necesidad existente en el mercado venezolano, donde se hace complicado, por las complejidades del contexto económico, conseguir instrumentos de buena calidad a precios asequibles.

PRIMERO LO PRIMERO

En conversación con el Correo del Orinoco, Antonio Braiz explicó que, de acuerdo a lo planeado hasta el momento, en una primera etapa el objetivo, junto con el ajuste de los programas de formación, es concentrar los esfuerzos principalmente a la construcción de pífanos, instrumentos para la iniciación en el aprendizaje de la ejecución de la flauta traversa que por sus altos costos ha sido desplazado por las mucho más económicas flautas dulces, elaboradas en resinas que, sin embargo, por ser importadas son muy costosas en la actualidad.

A juicio del emprendedor, en el caso de los instrumentos de viento generalmente lo que priva sobre la funcionalidad y calidad del sonido no es tanto el material como la precisión de las medidas y estructura de su construcción. Bajo esa certeza están perfeccionando algunos procesos para construir pífanos con materiales no solamente económicos sino también fáciles de conseguir y de manipular.

BIEN HECHO EN VENEZUELA

Es así como ya han construido algunas flautas (pífanos) de tubos cortineros, un aluminio fácil de transformar que además ahorra el trabajo de hacer la perforación transversal. De hecho, acotó Antonio Braiz, las piezas han ofrecido comodidad tanto para los niños como para personas profesionales.

No obstante, señala: “Aún estamos desarrollando pruebas con el fin de conseguir las dimensiones óptimas para que el instrumento se comporte de la mejor manera posible según los requerimientos exigidos en cualquier ámbito”.

Luego de cubrir esta prioridad la intención es expandir la formación y la construcción hacia otro tipo de instrumentos de viento que no se producen en Venezuela, principalmente para el mercado local, pero también para la exportación que les permita captar recursos para crecer como casa constructora y centro de formación en la creación de objetos sonoros.

AL PRINCIPIO DE LOS VIENTOS

Hijo de un padre mecánico, Gómez Sarramera creció con esa curiosidad por averiguar cómo funcionan las cosas y la inquietud de quien le gusta construir. De tal manera que cuando se inició en la música enseguida sintió la necesidad de reparar sus propios instrumentos e incluso construirlos.

Ya enamorado por los instrumentos de viento fue hasta el Centro Académico de Luthería en Caricuao, un lugar cuya especialidad es la reparación y mantenimiento de instrumentos de cuerda donde le dieron las coordenadas del antiguo Centro Académico de Luthería, hoy Centro Académico Técnico de Instrumentos Musicales de Viento en Los Chorros, institución del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles.

TODO SIRVE

Ahí se consiguió con el inconveniente de que no construyen, se dedican exclusivamente a la reparación y mantenimiento. Sin embargo, entendió que esos conocimientos igualmente le iban a servir para su propósito de crear instrumentos.

En paralelo a su preparación en Los Chorros y además de ir armando su taller comenzó a investigar y a prepararse en las áreas involucradas en la construcción de instrumentos. Vio clases con un maestro carpintero especialista en torno, asistió a un taller de metalmecánica y hasta aprendió técnicas de orfebrería. Todo esto mientras aprendía composición en el antiguo Iudem(Instituto Universitario de Música) y se enamoraba cada vez más de la flauta.

En ese trayecto armó el taller en el que, desde hace unos 10 años ofrece servicios de reparación y mantenimiento de instrumentos musicales, especialmente de viento. También se vinculó con la Orquesta Típica Infantil Caracas (OTIC) de la que forma parte de su directiva.

PARTE DE LA SOLUCIÓN

Siempre atento a las necesidades de su entorno, en su taller comenzó una iniciativa de formación a niñas y niños de la OTIC con el doble objetivo de prepararlos para mantener en buen estado los instrumentos de la orquesta y, al mismo tiempo, ofrecerles una alternativa dentro del panorama ocupacional a estos jovencitos.

Dentro de esta misma linea, en respuesta al complejo contexto económico del país, Gómez Sarramera también comenzó a preparar cursos dirigidos a músicos, para que estén en capacidad de mantener y hacer reparaciones menores a sus instrumentos. De esta manera, argumentó ahorran un buen dinero cuando tengan necesidad de hacerles alguna reparación y además pasan menos tiempo sin el objeto que en algunos casos es también su herramienta de trabajo.

LAS PRIMERAS

En otro orden de ideas, a lo largo de su formación como músico Antonio Braiz descubrió la flauta traversa barroca de una llave y apenas escuchó su sonido, al igual que los ratones encantados por el flautista mágico, se obsesionó por construir el instrumento, objetivo que se potenció aún más luego de leer un estudio publicado por la The University New South Wales, de Australia, sobre la acústica de este instrumento musical.

Fue en ese momento cuando decidió que su taller se convertiría también en una fábrica de instrumentos de viento. No obstante, a pesar de todos los conocimientos y destrezas que ya manejaba, le hacían falta algunos detalles técnicos relacionados con la estructura específica del instrumento.

En esa búsqueda estableció con Jean-François Beaudin, un constructor de instrumentos de Canadá que ofrece planos de flautas para la venta. En la búsqueda de alternativas el canadiense le ofreció la posibilidad de cambiar unos planos por maderas suramericanas. En un principio el material resultó tan exótico que se hizo casi imposible conseguirlo, puesto que no tiene un uso comercial como otras maderas.

No obstante el venezolano le envió otras muestras y el de Canadá quedó tan complacido que le envió de vuelta cinco planos a partir de los cuales Antonio Braiz desarrolló uno propio con las que realizó las primeras flautas traversas barrocas cuya calidad ya ha sido probada por músicos nacionales y extranjeros.

Como dato adicional, en el taller de Antonio Braiz están a punto de fabricar la primera flauta moderna de madera y el primer piccolo, hechos completamente en nuestro país.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Héctor Rattia
Caracas