Mezcla de olores dulces y asados al carbón, en las mesas un sinfín de objetos artesanales del ingenio popular, sobre el escenario música y danza de los pueblos caribeños de Nicaragua, la invitación sucede en Managua.
Es otro fin de semana con Feria de la Economía Familiar, en una explanada de cemento, césped y tierra al desnudo, al pie de la carretera hacia Masaya, en esta urbe que convida a conocer la diversidad cultural de la nación.
Sin las exigencias de expo-ventas convencionales ni de galas artísticas profesionales, este espacio resulta atrayente, se reúnen ancianos y niños por igual, la mayoría son personas humildes, agradecidas de tener un espacio recreativo sin costo alguno por la entrada.
La sencillez de la gente, su ingenio culinario, la destreza de quienes aprendieron por tradición familiar a transformar maderas, fibras vegetales, caracoles, conchas de moluscos y otras muchas cosas en piezas decorativas, todo eso y más trasciende en la feria.
Entre los grupos de danzas figuran los que remiten a la cultura prehispánica, llevan los atuendos típicos de distintas étnicas originarias de las regiones caribeñas del país, en empeño por no perder el legado de sus ancestros.
Osvaldo Zeledón tiene 34 años, es nacido y criado en Managua, según dice nunca antes había presenciado un baile de los Rama, una etnia perteneciente a la Región Autónoma del Atlántico Sur.
Relatos a la inversa también describen el intercambio cultural, para integrantes de las comitivas llegadas de las localidades caribeñas, también es su primera vez en una feria capitalina, respondieron a Prensa Latina.
Cada fin de semana el evento coloca como protagonistas a creadores de distintos territorios, en convite que agradecen las familias y visitantes de otras partes del mundo.