Victoria Alen Mijares: «Es necesario hablar con franqueza, o dejamos de llamarnos gobierno feminista (y revolucionario)»

De cara al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que conmemora las luchas de las mujeres, las venezolanas también tienen mucho que decir. Con consignas como #JusticiaParaTodasLasMujeres y una pregunta que cala hondo: «¿Por qué protestamos las mujeres el #8M2020?» que diferentes organizaciones feministas, colectivos de base y mujeres que comparten las mismas preocupaciones en torno a la agenda propia de las mujeres, se han dado a la tarea de responder por las redes sociales.

Esa pregunta se ha convertido en una de las maneras para construir, desde las bases, la diversidad y respetando las diferencias, una articulación de mujeres y organizaciones feministas diversas, que convocan a una manifestación el domingo 8M, en la Plaza Venezuela a las 3.00pm, aclarando que esa fecha no es fiesta…es de protesta.

Como lo ha planteado el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, hay mucho que se debe revisar, que se debe plantear y alzar la voz y en ese sentido, en el marco de la Revolución Bolivariana las mujeres alzan su voz.

Entre ellas, esta Victoria Alen Mijares. Feminista, Licenciada en Letras y tesista de la Maestría de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela y  militante del colectivo Tinta Violeta.

– Nos acercamos nuevamente al 8 de marzo y una de las preocupaciones de las mujeres venezolanas es que sus luchas son usadas y capitalizadas políticamente en beneficio de intereses partidistas   ¿Por qué crees que ocurre esto?

Bueno, yo creo que los partidos han tenido siempre esa práctica, la de capitalizar o cooptar cualquier movimiento que mueva masas e indignación colectiva. En este caso particular me parece que lo están intentando porque el discurso feminista es uno de los que más está movilizando actualmente, no solo en Venezuela sino en la región, e incluso a escala global. Las prácticas de los partidos nacionales son absolutamente vetustas, se han olvidado de escuchar a la población, no existe en este momento una alternativa partidista que genere confianza, ni un proyecto estructural que nos permita retomar un proyecto de organización popular real, con políticas públicas orgánicas, inclusivas, resolutivas, sino un grupo de personas moviéndose por intereses particulares y peleando por retazos de poder. En estos momentos esa realidad es bastante obvia, aunque claro, todo hay que decirlo, estas son prácticas tan viejas como el viento, nuestros partidos políticos siempre se han comportado de esta forma lamentable.

 – ¿La Revolución Bolivariana tiene una deuda con las luchas de las mujeres?

¡Y una enorme! En especial porque El Presidente Chávez fue quien puso en el tapete la necesidad de políticas públicas diferenciadas para tratar los problemas estructurales que afectan a las mujeres como género, quizás él tampoco lo tenía tan claro pero estaba dispuesto a aprender, o por lo menos esa fue la impresión que siempre me dio. En estos momentos no solo no hemos avanzado, por el contrario hemos retrocedido décadas en cuanto a derechos y equidad de género en el país. Situación lamentable, sobre todo cuando fuimos de los países pioneros en la región con nuestra Ley Orgánica, un esfuerzo colectivo de las organizaciones feministas del país. Entonces sí, es una deuda que ha generado muchísimos intereses, además, porque a nivel discursivo se mantiene pero en lo concreto se actúa opuesto a ese discurso.

– En tu opinión, el discurso de la revolución bolivariana, el que se difunde por los medios públicos, ¿es un discurso emancipador de las mujeres venezolanas? si no es emancipador, ¿en qué manera, consideras tu, es un discurso que mantiene el status quo de las mujeres? (Un status quo que cambia para no cambiar nada…estilo Gatopardo)  ¿como el de reiterar el rol de madre con frases como ‘Madres de la Patria’? ¿las guerreras que sostienen la familia? ¿las que resisten contra viento y marea? ¿sostener el vínculo indisoluble de la mujer con los hijos e hijas y la familia como el rol fundamental de la mujer? ….¿o consideras que si hay cambios? ¿que el discurso de la Revolución Bolivariana , (que ha ido transformándose) ha fortalecido a la mujer venezolana? 

– ¡Ufff! esa una pregunta compleja que tiene varios niveles, me parece a mi. Por una parte, el discurso inicial acompañado por políticas públicas diseñadas especialmente para las mujeres más desfavorecido realmente nos ponemos a trabajar para que ese título no quede solo en papel.as produjo un impacto real en las mujeres, eso es innegable, por algo son ellas a quienes vemos ocupando las distinta estructuras del Poder Popular, ellas se sienten de alguna manera validadas realizando ese trabajo y movilizando a toda su comunidad, mujeres que salieron de sus hogares porque creyeron en un proceso político que las llamaba, que las requería, se sintieron valiosas, y eso es algo digno de agradecer.

Ahora, en lo concreto ¿las mujeres están empoderadas? yo creo que no, es más, todo lo contrario, las mujeres ahora están mucho más sobrecargadas de trabajo porque ahora no solo es que no se modificaron las relaciones de poder a lo interno (no hay equidad en la distribución de las tareas del hogar, las compras, la limpieza, el cuidado de los niños y niñas, enfermos y adultos mayores) sino que también deben salir a trabajar para conseguir algo de dinero para medio comer y de paso deben llegar a su comunidad a organizarlos a todos para recibir el Clap, o carnetizarse o cualquier otra actividad programada. Pasaron de una doble jornada laboral (trabajo formal + trabajo doméstico) a una triple jornada (trabajo formal + trabajo doméstico + trabajo comunal) de los cuales solo recibe remuneración por uno, y muchas veces no es ni siquiera significativo ¿cómo eso es empoderar? Distinto sería si las decisiones relacionadas a estas formas de organización fuesen tomadas por ellas, ya lo comenté en otro artículo ¿estás mujeres tienen poder de decisión? ¿ellas pueden generar políticas públicas específicas a sus necesidades? ¿pueden decidir acerca de lo que llega en la caja o no? ¿los tiempos en los que necesitan que lleguen los productos? ¿hay organizaciones en las que pueden encontrarse todas ellas y tomar decisiones colectivas respecto a la forma de alimentación de su familia y comunidad? No, entonces no están empoderadas, están siendo utilizadas para hacer el trabajo complicado sin ningún tipo de rédito organizativo, político o económico.

– ¿Hay puntos positivos en el imaginario social de la mujer venezolana que se ha construido con el discurso ‘oficial’ de la Revolución Bolivariana? (¿Ejemplos?) ¿Hay un discurso no oficial de las mujeres venezolanas que también o en paralelo, se ha construido en 20 años de revolución?  

– Como dije en la pregunta anterior sí los hay. Ciertamente las mujeres venezolanas, en especial las de zonas populares, se sienten llamadas por la revolución y se sienten útiles al ser convocadas a estos espacios, eso es positivo, son mujeres que en otros momentos históricos vivían en casa, entregadas completamente al cuidado doméstico y a la producción económica; en ese sentido ha habido un cambio, en especial si hablamos de los primeros 15 años de la revolución. Pero me parece que se quedó corto, que se detuvo y que en algunos casos incluso retrocedió, parece inocuo a primera vista pero el espaldarazo del gobierno a los grupos evangélicos venezolanos demuestra un desconocimiento absoluto sobre lo que estos grupos han significado para las mujeres históricamente, sin contar los desastres que han hecho en la región recientemente. Es un querer estar bien «con Dios y con el diablo» que dudo mucho que salga bien, muy por el contrario, nos pasará una factura muy cara. También a nivel discursivo fue una bofetada simbólica a los movimientos sociales de izquierda feministas y sexo-género-diversos mientras que, al mismo tiempo era una confesión gubernamental, una que nos decía que estaban perdiendo apoyo y necesitaban agarrar de donde consiguieran, para mi, no hay lectura positiva posible, más allá de que están dispuestos a hacer de todo con tal de mantenerse en el poder, así eso signifique traicionar todo por lo que la gente votó por ellos (incluyéndome).

Ahora, la segunda parte de tu pregunta, yo creo que sí, sí ha habido una construcción discursiva fuera de los espacios partidistas muy positivos, en especial en estos momentos en los que ambas toldas intentan jalonearnos de un lado o del otro porque necesitan desesperadamente mostrar que todavía poseen músculo político. El discurso actual, que me parece que es el que se posicionará este año con mucha más fuerza es el de hacer política por fuera de los partidos, es decir, alianzas de grupos y movimientos sociales altamente politizados que están agotados de las formas tradicionales de hacer política y se están convocando, de manera orgánica, para una especie de postpolítica, o postpartidismo. Esto último lo veo como algo muy bueno, porque se está ensayando una forma de organización en donde los líderes de toldas partidistas no son el centro, sino que el centro es el espacio asambleario, es la voz popular, es el colectivo, todo pasa por ahí y todo se resuelve por ahí, a eso apuntamos, y me incluyo porque esa invitación la hemos hecho desde los movimientos feministas,  quienes desde nuestra diversidad hemos acordado que estamos cansadas de tributarle a un grupito de personas con escoltas y ropa cara que lo único que tiene para ofrecer son excusas, de un bando, y amenazas, del otro. Estamos cansadas de tanta mediocridad, por eso optamos por organizarnos desde otro lugar, simbólicamente hablando.

– ¿Puede el discurso (del patriarcado) inclusive en la Revolución Bolivariana,  violentar a las mujeres venezolanas? ¿puedes señalar un ejemplo de esa violencia simbólica?

El discurso patriarcal en la Revolución Bolivariana es bárbaro, realmente dantesco, tan terrible que parece de derecha, de las derechas más rancias, además. No solo desde lo concreto, desde las instituciones del Estado que se han dedicado a maltratar, revictimizar y violentar a las mujeres de forma sistemática y en múltiples maneras (violación de los derechos laborales, del fuero materno, de ser atendidas por funcionarios cuando van a denunciar, derecho a decidir sobre su cuerpo y un larguísimo etcétera) sino que no se respeta en lo más mínimo las formas. El ejemplo clásico creo yo, es Rafael Lacava (Gobernador del estado Carabobo) ¿si viste el despropósito ese de las cervezas para «las chicas malas»? ¿qué es eso, vale? ¿cómo es posible que un tipo que se diga gobernador pueda ser tan burdo y que no haya habido nadie que desde los medios oficiales lo haya llamado a capítulo. Por otro lado, la cosificación de la mujer de parte de Lacava en las fiestas públicas son una cosa absolutamente vomitiva, y de parte de un gran porcentaje de la población lo que hay como reacción son risas y aplausos ¿qué dice eso de nuestro discurso simbólico sobre lo femenino? Ahí hay un trabajo por hacer, y parece que estamos más atrasados de lo que pensamos. Luego, cuando se habla del aumento de los femicidios entonces todos miran para los lados haciéndose los que no entienden. No hay verdadera voluntad política.

– En lo que se refiere a las luchas de las mujeres venezolanas y sus reivindicaciones propias (En particular las luchas más recientes, porque son luchas dentro del marco del Gobierno Bolivariano), ¿puedes percibir la construcción de un contra discurso? ¿contra qué choca?, si es que choca…. 

– Sí, y esto se hila mucho con la respuesta anterior, y yo creo que es el mismo contradiscurso de siempre porque se lucha contra lo que se ha luchado siempre: el patriarcado y el capitalismo, los dos monstruos depredadores de la vida (dentro del capitalismo incluyo colonialismo y/o modernidad). Se sigue luchando contra estos monstruos porque la Revolución Bolivariana no ha logrado siquiera arañar la superficie de estos dos males mundiales, el contradiscurso es el mismo, el de pensarse un mundo distinto, donde trastabillen las relaciones de poder, en donde las jerarquías se disuelvan y la diversidad sea respetada y no perseguida ni condenada. Chocamos contra lo de siempre, el status quo, el conservadurismo (el de la izquierda es tan rancio como el de la derecha), la corrupción, la acumulación, la expoliación, la explotación, la humillación. Ojalá nuestra revolución no se hubiese quedado corta, ojalá tuviese el mismo ímpetu y la misma frescura de los primeros años, y que no hubiésemos descendido a este sistema de excusas en donde todo está mal pero no asumimos absolutamente ninguna responsabilidad. Pero bueno, lo que tiene toda crisis es que de su seno nacen las alternativas y yo confío que los movimientos sociales diferenciados de los partidos actuales, son esa alternativa.

– Por qué consideras, que a nivel de discurso del Estado venezolano, o del Gobierno Bolivariano, no se expresa una solidaridad y empatía contundente con las mujeres que viven, han vivido o fallecieron por violencia de género?  … algo similar pudimos observar en Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México, que a pesar de impulsar políticas sociales a favor de las mayorías, del campesino mexicano, y tener una lucha contra la corrupción y otras medidas que le han ganado el aprecio de varios y amplios sectores … con el femicidio de Ingrid Escamilla en México, AMLO no dió la mejor respuesta, e igual ocurrió después del femicidio de la niña Fátima, y con la huelga feminista del 9 de marzo…. 

– No se expresan con una solidaridad contundente porque yo siento que honestamente no les importa. Y eso se transpira. Fíjate, el 25 de noviembre (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer) fuimos a interpelar al TSJ como ente ¿qué encontramos? que estaban los fiscales y jueces tomándose selfies y con música como si el 25 fuese una fiesta ¿qué nos dice esto sobre la sensibilización acerca de estos temas de parte de este órgano rector? Al rato salió el presidente del TSJ Maikel Moreno y se comprometió con nosotras que se iban a realizar cambios notables y que para el 8 de marzo ya podríamos hablar de un saldo positivo de esta articulación… hoy es primero de marzo y no hay ningún saldo positivo ¿entonces? No es que nosotras seamos malas y andemos buscando defectos, es que trabajamos con mujeres víctimas de violencia y sabemos que cuando llegan a denunciar las ruletean, las revictimizan, a veces ni las dejan entrar por cómo están vestidas, los oficiales no las quieren atender, entre muchos otros atropellos. Entonces, lo que se ve, lo que están mostrando, es que no hay un genuino interés, a menos que se arme un gran alboroto por redes, ellos pareciera que no se movilizan.  Entonces es ahí, en esas acciones concretas, en donde se ve, se percibe, se concluye, que no hay una real preocupación, solo una especie de compromiso, de mantener las apariencias con que sí están al tanto de la gravedad del asunto. Entonces, en ese sentido es necesario hablar con franqueza, o dejamos de llamarnos gobierno feminista (y revolucionario) o realmente nos ponemos a trabajar para que ese título no quede solo en papel.

– ¿reflexión final?

Otra cosa que lamento mucho de este «desgaste» digámoslo así, de la Revolución Bolivariana es la polarización tóxica y la criminalización de la crítica tan absurda y nociva que hay actualmente. El gobierno de Chávez comenzó como un gobierno crítico y autocrítico y Chávez era uno de los primeros promotores de esa política, de analizar, de investigar, de criticar, ahora pareciera que denunciar cualquier decisión del gobierno es visto como traición ¡qué peligro! hay una tendencia ahora a señalar y execrar a todos los que disienten. Es muy común incluso que se hable de «fe» como si estuviésemos hablando de religión y no de política, y eso yo lo veo y analizo como una involución terrible. Incluso desde los medios estatales y muchos afectos al gobierno se han dado a la tarea de «justificar» toda pésima decisión comparando con otros países o arguyendo que todo está mal gracias al bloqueo, lo que representa una política comunicacional francamente terrible. Si no criticamos, si no encontramos la raíz de los problemas, si no nos hacemos responsables de los errores ¿cómo pretendemos subsanarlos? ¿o es que no hay intención de reparar los daños? A mi me asusta esta senda por la que está navegando el gobierno (que no así la revolución, algo mucho más complejo que un conjunto de personas en trajes detrás de grandes mesas de caoba tomando pésimas decisiones) y honestamente espero que rectifique, más allá de una «mea culpa» anual en donde se admita que «no lo estamos haciendo bien» y comiencen a hacer las cosas diferentes. Pero para eso se requiere verdadera voluntad política y, honestamente, no lo veo en el futuro inmediato, aunque como siempre, espero estar muy, pero muy equivocada.

T/Ana Maneiro
F/Utopix