Por Carola Chávez|La vida oscura de Clara: Vigilada (Opinión)

Clara, la de la vida oscura, sale del gimnasio. La clase de yoga no logró desanudar sus pobres músculos, que llevan quince años engarrotados por culpa del castrochavismo. Cargando su bolso de gym y su cartera se dirige al supermercado para hacer sus compras, como cada semana.

Allí le saluda un simpático cartelito en la puerta que la insta a sonreír porque la están filmando. Ni así Clara sonríe… apenas pone un pié dentro del local, un vigilante la avisa que, para poder entrar a comprar, debe dejar ese bolso grande en el mostrador de atención al cliente, que ahí se lo guardamos, atentamente, hasta que termine de hacer su compra, señora.

En la caja, a la hora de pagar, le piden su número de cédula para verificar su afiliación a tan prestigiosa cadena de expendio de comida. La cajera teclea el número, hace clic y le da la bienvenida llamándola por su nombre, según lee en la pantalla de la computadora, justo arriba de su dirección, teléfono y otro montón de datos que Clara les proporcionó voluntariamente cuando solicitó una afiliación de cliente que le ofrece, como única ventaja, no tener que repetir sus datos cada vez que va a comprar.

Clara paga con su tarjeta de débito y la cajera le indica que debe colocar su cédula y teléfono en el comprobante de compra, así, como por si acaso. Automáticamente, Clara garrapatea los datos requeridos, espera su factura, agarra su compra, recoge su bolso en el mostrador donde se lo guardaron atentamente y se dirige a la puerta donde tiene que hacer otra cola para que un vigilante, que al parecer tiene rayos X en los ojos, escanee su carrito con una mirada punzo penetrante y verifique que lo que lleva concuerda con lo que dice la factura, solo entonces le sellará el permiso de salida.

“Me puede abrir el bolso, Señora.” -Le dice el vigilante con cara Sherlock Holmes y Clara, sin el más mínimo asomo de rebelión, abre de par en par el mismo bolso que no le dejaron entrar al mercado, para que el vigilante compruebe que solo lleva un tapete de yoga, maquillaje, una toalla sanitaria, ropa interior de repuesto… sus cosas más personales, pues. Sellada, Clara se va a casa.

Esa noche, Clara, la de la vida oscura, cacerolea contra la captahuellas, porque es el colmo que este gobierno te quiera controlar hasta cuando haces mercado. ¡No es no!

@tongorocho

Mira Carola:esa Sra Clara a la que te refieres,es mi esposa,yo le dí 500bs para sacar su tarjeta vip en IPERMARCK KONCHO ubicado en el Bajo Guarapiche de Maturín,Por cierto,dentro de poco se le vence,y la nueva aumentó a 950bs,por culpa de este réeeeegimen,Es mucha mentira que le piden todos sus datos para ingresar al mundo de la HIGH y competir con sus amiguis,Los datos que le pidieron ,son los mios porque Ella no trabaja,lo que hace es gastar.El problema radica,que sus amiguis la van a descubrir que depende de mi hasta para hacer mercado.Yo se lo dije,que no sea echona ni aparentar lo que no tiene, que se acuerde que la conocí en la UBV(donde nos graduamos),Que su Papá se sudó muchos años para mantener a 6 hermanos,y vivían en el Barrio X.Ahora que con gran sacrificio compramos una casita,en la Urb X, ya aparenta que soy millonario.si apenas estamos comenzando otra etapa.La captahuellas les quitó exclusividad a la HIGH,Y CLARA QUE SE CONFORME CON SU TARJETA DE MAKRO.

  • Y eso que a Carola se le olvidó agregar que cuando Clara se afilió a la prestigiosa casa de expendio de víveres, a la cual constantemente va, le preguntaron hasta por la edad en que la mascota de su casa, había perdido la virginidad. Los canales de TV que acostumbra a ver, los periódicos que lee, su nivel de ingreso mensual, si posee automóvil y la zona donde reside. Todo eso y más, y que para ofrecerle una tarjeta VIP con derecho a ciertos descuentos :-(