Vida y muerte de Camilo Torres: Una historia revolucionaria en la Colombia violenta de los siglos XX y XXI

Recuerdo a mi vieja AnaYlia, mirando una foto del Padre Camilo Torres Restrepo, sus pequeños ojos azules se aguaron porque le dije, “Madre lo mataron”, era un día de Febrero de 1966 cuando los revolucionarios supimos de la inmensa pérdida que significaba para el causa transformadora, la caída física del cura que había ayudado a despertar conciencia revolucionaria entre los desposeídos cristianos, quienes obnubilados por el “opio de los pueblos” esperan mejorar sus condiciones de vida cuando se vayan para el cielo (si es que la oligarquía eclesiástica les da cupo). Mi madre era una de esas cristianas que abrió los ojos gracias al discurso y el ejemplo práctico de Camilo Torres, y un poco, modestia aparte, porque este comunista que les escribe, le nutría sus lecturas con literatura revolucionaria. Añadimos, que entendemos eso del “opio de los pueblos” con relación a la religión, como ese recurso que usan los angustiados para descargar sus dolores ocasionados en sus vidas, ya que en el mundo terrenal no logran calmarlos.

Esta nota que redactamos se debe a que el 24 de Mayo de este 2017,en el Cuartel San Carlos a las 4 pm. se estrenará una película – documental sobre la vida del cura colombiano, quien desprendiéndose de su sotana, la cambio por un fusil para irse a la montaña a luchar por transformar radicalmente una realidad que somete a la miseria al pueblo bautizado neogranadino por los españoles, pero que nuestro Simón Bolívar al liberarlos, le ofreció la oportunidad de llamarse Colombiano, incluido dentro de su proyecto de Patria Grande que tenía para los pueblos de la América Latina.

En esta película, a cuya proyección están invitados, ustedes amigos lectores, podrán conocer las versiones directas de su vida, de quienes le conocieron en vida y pudieron compartir sus experiencias, tanto en sus momentos iniciales, cuando va descubriendo las causas de la tragedia del pueblo colombiano, como cuando ya descubiertas las raíces del conflicto, decide incorporarse a las montañas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia. En la película nos hablan Fabio Vázquez Castaño, fundador del ELN, Nicolás Rodríguez, “Gabino”, actual Comandante Jefe del ELN, (entrenador militar de Camilo siendo “Gabino” muy joven); sacerdotes compañeros de Camilo y muchos otros que dan una amplia semblanza del héroe revolucionario.

Camilo muere a los 37 años, cuando realizaba su primer combate contra el ejército colombiano. Su cadáver aún no ha aparecido porque la burguesía temerosa de su influencia en la población campesina y trabajadora, decidió que su cuerpo fuese desaparecido. Siempre las clases dominantes le temen a los revolucionarios aún muertos y tratan de que no haya recuerdos de ellos, olvidando que los pueblos tienen memoria y sino la reconstruyen por vía de la tradición oral o escrita. La memoria de Camilo sigue viva en los miles de campesinos que no encuentran salidas a sus problemas de la tierra, el desplazamiento de sus sitios de origen, la entrega de sus tierras a paramilitares, empresas transnacionales o a terratenientes colombianos; sigue en el recuerdo de los trabajadores, de los indígenas, las comunidades negras. Y sigue vivo en los centenares de sacerdotes colombianos y latinoamericanos que practicando la Teología de la Liberación se han unido a los pobres en su lucha por su emancipación.

Recordemos que en la lucha colombiana han participado padres cristianos que se han visto obligados a tomar las armas y que llegaron a ocupar cargos de dirección en la guerrilla como Domingo Laín (español), Manuel Pérez quien llegó a ser el Primer Comandante del ELN, y tantos otros anónimos quienes movidos por la difícil situación vivida por el pueblo colombiano no han tenido otro camino que acudir a las armas como medio de lucha.

Ningún ser humano es amante de la violencia per se, todos los niños amamos lo lúdico, y la violencia no tiene nada de encantador para transformarlo en juego. La violencia tiene un espacio de conformación, una realidad donde matar, asesinar, desparecer, oprimir, humillar, es algo tan común como ver aparecer el sol en la mañana. La violencia como lo demuestra la experiencia colombiana, se moldea desde una realidad que golpea con dureza a quien es totalmente desposeído de bienes y a quienes sólo les queda como única forma de sobrevivir, la venta de su fuerza de trabajo por un salario. No permite tener acceso a los bienes básicos de subsistencia; la educación apenas alcanza hasta la primaria cuando por suerte se logra salir del analfabetismo; la salud y la alimentación son precarias; impera la discriminación y la represión contra los sectores más pobres; son desplazados de sus territorios porque en ellos descubren minerales, petróleo, fuentes hídricas en abundancia. Se cercena el derecho de expresión controlada por poderosos grupos de la comunicación, se reprime violentamente la protesta, se asesina y desaparece a los revolucionarios y defensores de los derechos humanos, las cárceles se abarrotan por miles tanto de quienes pelean por cambios sociales como por quienes delinquen comúnmente. Las condiciones de vida en los campos y barrios de las ciudades, son marcados por falta de servicios públicos, hacinamiento (lo cual es caldo para la violencia), insalubridad, falta de espacios recreativos y alto consumo de droga.

Todo esto en si mismo es violencia y esta es la principal característica de Colombia que viene a complementarse con la violencia del Estado, que ha originado la desaparición de miles de colombianos, (se han generalizado las fosas comunes), asesinado periodistas y personas opositoras de diferentes oficios, no se permite descaradamente la existencia de posiciones divergentes con las clases dominantes y partidos gobernantes, se instalan bases militares extranjeras, se participa con soldados en guerras a favor de fuerzas extranjeras que quieren oprimir pueblos como es el caso de Colombia en la Guerra de Corea en 1948 y además hoy solicita pertenencia en la OTAN, principal factor de las guerras actualmente. Lo más complicado de este país violento, ser el principal exportador de Cocaina del mundo (que va al principal consumidor de Cocaína del mundo). Esto último origina la organización de poderosas mafias que financian bandas criminales dedicadas a la extorsión y al sicariato.

Esto viene ocurriendo desde el siglo XX, especialmente desde su segunda mitad del siglo, luego de la muerte del líder popular, Jorge Eliecer Gaitán. A Camilo Torres, le toco vivir y observar esta realidad violentada por una oligarquía que se ha sostenido gracias a ello. Hizo esfuerzos pacíficos por estimular cambios que acabaran con los elementos que fundamentan la violencia, pero esta realidad económica y social cerrada por los mismos grupos familiares que la vienen controlando desde el siglo XIX, mostró que la sensatez no cabe en la clase dominante.

La decisión de Camilo, humano desde muy profundo de sus entrañas, fue inevitable y lamentablemente tuvo poco tiempo para que ese espíritu redentor prendiera totalmente en la mente y el corazón del sufrido pueblo colombiano. Les invitamos a que nos acompañen este Miércoles 24 de Mayo en el Cuartel San Carlos a las 4 pm. al estreno de esta película, elaborada con colaboración e intervención de muchos actores directos de los acontecimientos que han transcurrido durante mucho tiempo en este hermano pueblo, que también ha hecho mucho esfuerzo por quitarse el yugo de la oligarquía criolla colombiana que lo ha explotado y pisoteado desde 1830, año de la muerte del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta.

T/ José Bonilla A.