Columna memorias de la insurgencia guerrillera|Violencia mediática (Opinión)

La frecuencia y dimensión con que algunos periodistas o anclas de la prensa destacan las acciones delictivas hoy día, no se diferencia mucho del promedio histórico con que los medios especialmente privados y sobre todo los amarillistas, destacan las noticias de sucesos. La diferencia es que hoy esas noticias apuntan a un objetivo político que es la defenestración del Gobierno Bolivariano en un contexto de guerra virtual.

En estos días escuche a un periodista, que se aprecia públicamente como “imparcial” y “ecuánime”, “equilibrado” y “moderado”, hacer apología de la delincuencia cuando indicaba en un programa de noticias radiofónicas de la mañana, que estos estaban mejor armados que la policía entre otras opiniones bastante irresponsables para alguien que debe hacer honor a la majestad del cargo que sustenta.

El tema de la violencia en estos tiempos cobra significación por las distintas vertientes en la que ocurre y sin dudas es un tema diario en la familia, pero que, en caso de los medios privados, todas son trasladadas al plano político. Tan violento puede ser un acto físico como una noticia, que puede tener consecuencias de mayor contundencia social, especialmente cuando esta afecta la psique y por hecho la moral de miles de ciudadanos, porque fractura el sentido de arraigo y el sistema de valores de la sociedad. Que no es poca cosa si esta “violencia mediática” se hace sistemática como efectivamente lo es.

Visto el caso y la frecuencia conque es tratado el tema en la realidad y en lo virtual (medios) debemos analizarlo porque casi siempre, o siempre mejor dicho, los anclas o periodistas que usan el morbo para ocupar espacios de atención pública, no ofrecen alternativas ni hacen propuestas, pero claro y para que la van hacer si el objetivo es generar más incertidumbre y sosiego, uno de estos anclas de la “fatalidad” repiten incluso con mucha frecuencia la palabra: “incertidumbre”. Como el caso de Cesar Miguel Rondón que con todo respeto, es tan superficial en su discurso que no soporta un mínimo análisis, a pesar de cubrirlo con un manto de “credibilidad”, pero que al chasquear (mentira y desagradable sonido salivar) sus frases de poca hondura no damos cuenta del engaño.

En fin, es solo un caso que debemos discutir para ir al fondo del tema, no solo el chavismo sino los que no comulguen con el Bolivarianismo, y que tengan sentido de responsabilidad social y ciudadana.

T/ Aldemaro Barrios R.
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