Como todos los años estamos participando, junto a la gran familia humanista de Mariño, en los homenajes a nuestra amada Virgen del Valle, Patrona de Oriente. Tanto en el Valle como en el poblado con la comunidad guaiquerí Francisco Fajardo que tanto quiero. Es un compromiso existencial.
Hoy venimos a pedirle, como lo hice en el Saime, INTT y el Ministerio del Ambiente, que ilumine nuestra próxima gerencia municipal para tornar a Porlamar en la ciudad siglo XXI que nos merecemos.
Es que la misión es muy grande y requiere el apoyo de todos y la unidad en la acción indispensable para un cambio generoso que llegue hasta el último vecino de la comuna.
Y la Bendición de la Virgencita es vivificante, recuperadora e impulsora de las mejores energías a favor de la gente.
Hay necesidades urgentes que estamos ayudando a solucionar. Hay pobreza extendida y una absoluta indiferencia del alcalde saliente.
Hay mucho dinero pero poquísimas ideas que, infelizmente, se orientan hacia otros campos, improductivos socialmente, que son acciones decorativas que después de “la foto para los diarios” mueren en el abandono y desidia estructural.
Es maravilloso el fenómeno social, conmovedor y positivo que significan estas grandes movilizaciones de fe y que realmente dinamizan a las comunidades.
En cada “casa por casa” vemos siempre una imagen de la Patrona y rápidamente las bendiciones populares que nos imparten para seguir adelante.
Esa fe natural, sentimental, pasional y generosa nos multiplica por millones las ganas de hacer para que Porlamar lo antes posible salga del atraso a la que ha sido sometida durante décadas.
Queridos vecinos: Ante ustedes, como mis hermanos del Mar, me encomiendo a la Virgencita para llevar a buen puerto la Alcaldía de Mariño.
Bendiciones para todos. Cumpliremos. ¡Lo juro!