En el municipio Alberto Adriani, de Mérida, se construyen 1.569 soluciones habitacionales de la Gran Misión Vivienda Venezuela de la mano con Pdvsa.
Según el alcalde de esta jurisdicción, Robert Ramos, tanto organismos nacionales como entes regionales, municipales y el Poder Popular participan en esta tarea de disminuir el déficit habitacional en este municipio, el segundo más poblado de la entidad andina.
En el sector La Porcelana, de la parroquia Pulido Méndez, se entregaron esta semana 5 viviendas de las 527 casas que construye el gobierno municipal. “Estas familias llevaban años esperando ese rayito de sol de la Revolución”, dijo Ramos.
A diferencia de las “pajareras” entregadas por la Cuarta República, cada casa, que cuesta 90 mil bolívares, se adjudica terminada. En 70 metros cuadrados tiene tres habitaciones, sala-comedor, dos baños, pisos de porcelana, techo de machihembrado y tejas. El hogar beneficiado contará con un lapso de 30 años para cancelarla.
Ramos explicó que están en ejecución 62 viviendas, de las cuales 47 se entregarán para igual número de familias damnificadas. “Pronto las pasaremos del refugio a su vivienda propia”.
Informó que, junto con Ministerio del Poder Popular para Vivienda y Hábitat, se recuperan cuatro torres de 96 apartamentos que se estaban construyendo y cuya empresa dejó abandonada. El Gobierno Nacional la retomó a través de un decreto presidencial.
Con rampas adaptaron la casa de Juan Zambrano, uno de los beneficiarios del sector La Porcelana, que padece una discapacidad motora.
“Como Consejo Comunal luchamos por el terreno, el alcalde nos ayudó y de ahí en adelante todo se fue dando. Estamos en una casa bonita, construida en tiempo récord. Adaptaron puertas, baños y rampas para que pudiera movilizarme. Antes vivía en un cuarto, ahora estoy en mi casa. Es una bendición de Dios”, relató.
En este mismo urbanismo recibió su casa Daisy Flores de Hernández, otra de las favorecidas. “Tengo mi casa digna, grande y amplia. Pido a Dios todos los días por la salud de Hugo Chávez para tenerlo como presidente toda la vida. Le digo al pueblo que crea, que yo soy la prueba, porque cuando el Presidente dice: eso va, es así”, narró.
Junto con su esposo e hijo de 5 años, Anaís Vargas, también de este sector, se mudó a su nueva casa. Antes vivió arrimada y luego alquilada, hasta que se compró su terreno, donde le levantaron su vivienda. “Cuando el Presidente anunció la misión, hice hincapié, insistí, asistí a reuniones, porque la mayoría de la gente deja sus papeles botados y quiere que las casas les lleguen a las manos. La Gran Misión Vivienda Venezuela significa una esperanza, alegría para el pueblo, calidad de vida”, concluyó.