‘Voy por ti’: una película para adolescentes que los adultos deberían ver

El próximo viernes 21 de febrero el cine venezolano tendrá su primer estreno del año con el segundo largometraje de Carmen La Roche, ‘Voy por ti‘, una historia sobre adolescentes que coquetea con el documental por su intención de mostrar una realidad contemporánea, dentro de un discurso de ficción pero apegado a las observaciones y análisis resultantes de unos 10 años de investigación.

Para quienes tenemos hijos menores, Voy por ti puede resultar una película aterradora. Con toda la intención, en este filme La Roche abre una ventana al ambiente donde transcurre la mayor parte de la vida de los adolescentes: el liceo, para mostrar un panorama inquietante, marcado por problemas y conflictos tal vez habituales, que siempre han existido de alguna manera dentro de los centros de educación media y diversificada, pero ahora exageradamente exaltados por una evolución social con tendencia al caos y además potenciados de forma ilimitada gracias a la aparición y uso irresponsable de las redes sociales, sumado a una forma laxa y desenfadada de asumir la sexualidad.

PROBLEMAS EN AMBIENTE 2.0

En términos sinópticos, el filme coloca el foco en la historia de Marcos, un joven “camisa beige” interpretado por Gregory Maldonado, algo diferente al resto, que colecciona insectos y parece no encajar dentro de la comunidad estudiantil, donde es visto como un “bicho raro”. Marcos se siente fuertemente atraído por Máryuri, una “chica fácil”, encarnada por Génesis Vernaza, que a su vez está enamorada del personaje desarrollado por Santiago Osuna, Yorman, el malo del plantel, promiscuo padre adolescente, el líder, también coleccionista, pero no de ejemplares del reino animal, sino de videos erótico-pornográficos que protagoniza y graba en el baño del liceo.

También forma parte de la historia Liza, una jovencita interpretada por Andrea Lavada, idealista, con inclinaciones artísticas y con una firme personalidad. Ella se siente algo atraída hacia Marcos quien termina por decepcionarla cuando este muestra su debilidad al ceder bajo la presión del acoso escolar o bullyng.

SU SISTEMA HA SIDO ACTUALIZADO

Si bien la película La generación Halley, de Thaelman Urgelles, abordó en 1986 problemáticas adolescentes, desde hace más de 40 años, cuando se estrenó El rebaño de los ángeles, de Román Chalbaud, el cine nacional no fijaba su mirada de una manera tan profunda hacia la muchachada de nuestro país, hacia lo que pasa en los liceos, en sus salones, sus pasillos y, también, en los baños.

Voy por ti refleja lo que pasa en esta generación adolescente de 36 años después del último paso del cometa Halley, muestra una actualización de los conflictos de los pospúberes venezolanos, en un momento cuando el acoso escolar, el chalequeo, la humillación, la burla, no es solamente una suerte de performance efímero que muere instantáneamente en el entorno donde tiene lugar, sino que pasa por una difusión extendida, aumenta su destructiva onda expansiva y, además, deja el registro con el uso de las redes sociales.

El problema se acentúa por el rol de una nueva generación adulta que está lejos de tener el control, de poner límites, una progenie abrumada por el problema y que cae por igual en el grupo de victimarios, al no encontrar las herramientas para la resolución del conflicto, y en el de víctimas, por la forma como le afecta la violencia del entorno.

DE LA VIDA MISMA

De ahí que uno de los principales valores de esta nueva obra de La Roche es el testimonio que se convierte en un duro y cruel referente de los problemas propios de la prejuventud venezolana actual, un grupo etario con una tendencia muy baja a poner freno a sus hormonas y quizá mucho más cruel que las generaciones anteriores a la hora de aplicar eso que llaman bullyng, pero paradójicamente igual de vulnerable que sus predecesoras. El arma (el acoso) es más mortal, pero la carne es igual o más débil.

“Las generaciones tienen que tener su referente, por duro que sea, de esos problemas que pasan en cada momento, tiene que quedar ese testimonio, para siempre recordarlo y atenderlo, porque las redes sociales vinieron para quedarse, eso no va a retroceder. Hay padres que creen que quitándole el celular a los hijos o espiándolos por las redes sociales resuelven el conflicto y esto es mentira, así no se resuelve el asunto. Creo que es más macro que eso”, consideró la directora en conversación con el Correo del Orinoco.

ENCENDER LAS ALARMAS

Según Carmen La Roche, todo cuanto ocurre en la película pasa en la realidad. Al mismo tiempo, admitió que el filme no ofrece respuestas a estos conflictos. Su intención artística, estimulada por su sentido de responsabilidad ciudadana, es mostrar una realidad alarmante, arrojar luces sobre un enorme conglomerado de problemas sociales que afectan a la juventud venezolana, al adulto del futuro.

“Me dediqué a esta película desde la más absoluta responsabilidad porque esto no es un juego, esto hay que tratarlo y era necesario visibilizarlo. Quienes tienen hijos no pueden esperar a que le pase a ellos para entender que esto ocurre, para hablar del tema, para buscar y entender por qué ocurre. Yo no tengo las herramientas para modificarlo (el problema) o ver de qué modo esto se puede superar, pero soy ciudadana y tengo ideas por eso el debate, para conversar, para comunicarnos. Por eso asumí la responsabilidad de tratar este tema. El arte es belleza, pero también es pensamiento, el arte es mirar, es mostrar y esa es mi intención”, declaró La Roche.

La directora reveló además que decidió cambiar el nombre de A full resolución, por el de Voy por ti, no en tono de amenaza, sino como un mensaje de solidaridad hacia los adolescentes.

“El nombre se actualizó, fueron muchos años con este proyecto. Voy por ti está más orientado al tema de la película y a mis intenciones, al apoyo y a la apuesta absoluta que tengo hacia los jóvenes venezolanos”, contó.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía Circuito Gran Cine
Caracas