El presidente estadounidense, Joe Biden, y su Administración apoyaron a Israel desde el principio de sus operaciones en la Franja de Gaza a pesar de saber que el país hebreo bombardeaba regularmente edificios civiles sin pruebas reales de que pudieran ser objetivos militares, informó este lunes The Washington Post, citando a 20 fuentes.
La información sobre los bombardeos indiscriminados israelíes en el enclave palestino fue revelada por altos funcionarios estadounidenses a un reducido grupo en una reunión celebrada el 27 de octubre en la Casa Blanca, contaron las fuentes familiarizadas con la reunión.
Los funcionarios en la reunión también discutieron que Israel claramente no tenía planes concretos sobre cómo iban a destruir a Hamás. «Nunca tuvimos la sensación clara de que los israelíes tuvieran un objetivo militar definible y alcanzable», señaló una de las personas familiarizadas con la situación. La fuente agregó que desde el principio del conflicto en octubre las autoridades norteamericanas no sabían «cómo los israelíes iban a hacer lo que decían que iban a hacer».
A pesar de toda esta información, la Administración Biden siguió apoyando a Netanyahu y las acciones de su Gobierno y del Ejército israelí, e incluso el día de la reunión el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo que EEUU no imponía «líneas rojas» a la campaña militar de Israel. Sin embargo, a medida que crecía el descontento público con la compañía militar israelí, Biden empezó a criticar algunas de las decisiones de Netanyahu. Por ejemplo, el mandatario afirmó que Tel Aviv cruzaría una «línea roja» si lanzaba una operación terrestre en Rafa, donde se encuentran unos 1,5 millones de personas desplazadas.
Los expertos afirman que la decisión del Gobierno estadounidense de apoyar a Israel durante toda su campaña en Gaza puede costarle a Washington su reputación de Estado fuerte, puesto que Netanyahu no está respetando sus acuerdos con las autoridades estadounidenses y esto puede hacer que EEUU parezca «indefenso», advirtió el senador demócrata Chris Van Hollen.