Xinhua: La verdad sobre injerencia de EE. UU. en asuntos de China relacionados con Hong Kong 1/2

Desde que el nuevo Gobierno de Estados Unidos asumió el cargo, no ha cambiado el comportamiento hegemónico de su predecesor en asuntos relacionados con Hong Kong, habiendo lanzado al menos 13 ataques difamatorios contra China sobre esos temas y asegurando repetidas veces «apoyar a la gente de Hong Kong».

Washington, además de emitir falacias sobre las medidas adecuadas tomadas por Beijing para impulsar la estabilidad a largo plazo de Hong Kong, también se ha asociado con algunas fuerzas occidentales para lanzar una campaña de propaganda contra China, e incluso impuso las llamadas «sanciones» contra funcionarios chinos.

Los ataques no provocados contra China por parte de la nueva Administración de Estados Unidos sobre temas relacionados con Hong Kong se enumeran a continuación, en un intento por restaurar la verdad a través de un relato de los hechos.

PARTE I

Después de que la Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo de China, adoptara una decisión para mejorar el sistema electoral de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) el 11 de marzo, el Departamento de Estado de EE. UU. emitió una declaración para atacar y desacreditar esa decisión.

La parte estadounidense también emitió una declaración con otros miembros del Grupo de los Siete (G7) para difamar a China.

El 17 de marzo, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció las llamadas «sanciones» contra 24 funcionarios chinos, entre ellos 14 vicepresidentes del Comité Permanente de la APN, en vísperas de un diálogo estratégico de alto nivel entre Beijing y Washington en el estado estadounidense de Alaska.

Después de que la APN adoptara la decisión de mejorar el sistema electoral de la RAEHK, un portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. afirmó que la decisión iba en contra del proceso democrático de Hong Kong.

Sin embargo, es un asunto puramente interno de China diseñar y mejorar el sistema electoral de Hong Kong, y ninguna fuerza extranjera tiene derecho a interferir.

De hecho, EE. UU. tiene sus propias leyes estrictas contra la interferencia extranjera en las elecciones, y la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley para mejorar el sistema electoral del país.

¿Por qué EE. UU. puede enmendar sus propias leyes electorales en cualquier momento en que lo considere necesario, pero hace todo lo posible para denigrar la mejora de China de tales leyes para una de sus regiones administrativas especiales?

La parte estadounidense alegó que los objetivos de sus «sanciones» han «socavado el alto grado de autonomía prometido al pueblo de Hong Kong», una acusación que, sin embargo, no es consistente con los hechos.

La APN tomó decisiones para salvaguardar la seguridad nacional en Hong Kong y mejorar el sistema electoral de la RAEHK.

Ese sistema electoral, tras su perfeccionamiento, ha asegurado la implementación del principio de que «los patriotas administran Hong Kong», lo que puede excluir a las fuerzas desestabilizadoras anti-China de la estructura de Gobierno y garantizar mejor la seguridad nacional y la seguridad del órgano de poder de la RAEHK.

También ha reflejado mejor la participación política amplia y equilibrada de los hongkoneses, que de ninguna manera debilita el alto grado de autonomía de Hong Kong, pero es más propicio para el desarrollo sano y ordenado del sistema democrático de Hong Kong.

Las medidas de China para mantener la estabilidad a largo plazo de Hong Kong también han recibido un amplio apoyo internacional.

Durante la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, 70 países emitieron una declaración conjunta, instando a las partes pertinentes a dejar de interferir en asuntos relacionados con Hong Kong y en los asuntos internos de China.

Además, otros 20 países también expresaron su apoyo a la posición y las medidas de China sobre temas relacionados con Hong Kong en sus respectivos comentarios en el CDH.

Washington, al optar por anunciar las llamadas «sanciones» contra los funcionarios chinos en vísperas del diálogo estratégico de alto nivel entre China y Estados Unidos en Alaska, buscó utilizar la presión extrema para ganar fichas de negociación. Sin embargo, esas «sanciones» unilaterales eran solo un engaño.

La Autoridad Monetaria de Hong Kong ya abundó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no ha adoptado las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos, por lo que no tienen efecto legal en Hong Kong. En este sentido, su posición es clara: los bancos de Hong Kong no tienen la responsabilidad legal de actuar en concierto con esas «sanciones».

Tras el anuncio en 2020 de las llamadas «sanciones» estadounidenses, las fuerzas desestabilizadoras y anti-China se regocijaron, alegando que eran «indicadores significativos» y predijeron que se impondrían más sanciones en el futuro, no solo a los altos cargos y funcionarios de nivel medio, sino también a «aquellos que pongan directamente en peligro el estado de derecho en Hong Kong».

La verdad en la afirmación de que «EE. UU. apoya al pueblo de Hong Kong» es que la parte estadounidense siempre apoyará a aquellos que crean disturbios y socavan la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong.

PARTE II

El 30 de marzo, el Anexo I y el Anexo II enmendados de la Ley Básica de la RAEHK fueron aprobados en la 27ª sesión del Comité Permanente de la XIII APN, con el voto unánime de todos los miembros del comité presentes.

El 31 de marzo, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, declaró ante el Congreso que Hong Kong sigue siendo indigno de un «trato especial» por parte de su país según la ley estadounidense; el 1 de abril, el cónsul general de Estados Unidos en Hong Kong, Hanscom Smith, afirmó que las elecciones de Hong Kong no producirían «resultados democráticos significativos».

El diseño y la mejora del sistema electoral de la RAEHK forma parte de los asuntos internos de China. Las enmiendas gozan de una sólida base jurídica y encarnan plenamente el espíritu del estado de derecho que rige el país y Hong Kong por ley.

Los anexos I y II de la Ley Básica de la RAEHK, recientemente modificados, son enmiendas sistemáticas a los métodos para seleccionar al jefe ejecutivo de la RAEHK y formar el Consejo Legislativo de la RAEHK, respectivamente.

Al centrarse en la reconstitución del Comité Electoral y aumentar el empoderamiento, las enmiendas representan una planificación y un diseño generales para el sistema electoral de Hong Kong, que no solo han solucionado oportunamente las lagunas y defectos del sistema original, sino que también han mejorado de forma efectiva la representación amplia y participación equilibrada del sistema electoral.

Las enmiendas han optimizado y desarrollado el sistema democrático de Hong Kong y de ninguna manera han «debilitado la democracia».

Es de gran importancia mejorar el sistema electoral de la RAEHK. Al hacer arreglos institucionales a nivel constitucional, se combina la adhesión al principio de «un país» con el respeto a las diferencias entre «dos sistemas», y también se combina la defensa de la jurisdicción general del Gobierno central sobre Hong Kong con la garantía de un alto grado de autonomía de Hong Kong.

Además, se ha aplicado plenamente el principio fundamental de que «los patriotas administran Hong Kong», lo cual garantiza la estabilidad y la prosperidad a largo plazo de Hong Kong, salvaguarda la aplicación constante y sostenida del principio de «un país con dos sistemas» en la RAEHK y da un futuro prometedor a Hong Kong y a su gente.

En cualquier país del mundo, la lealtad a la patria es una ética política básica que deben observar los empleados públicos y quienes se postulan para cargos públicos.

En Reino Unido, el sistema electoral de cada región lo decide el Gobierno central. Por ejemplo, el sistema electoral de Escocia, que goza del mayor grado de autonomía en el país, fue establecido por la Ley de Escocia aprobada por el Parlamento británico en 1998 y enmendada en 2012.

El director del Observatorio de Política China en España, Xulio Ríos, dijo que la reforma electoral muestra la firme voluntad del Gobierno chino de preservar la estabilidad de Hong Kong y no sacrificar la soberanía bajo ninguna circunstancia.

En una entrevista con los medios chinos, George Galloway, exmiembro del Parlamento británico, utilizó una expresión vívida para ilustrar la necesidad de mejorar el sistema electoral de Hong Kong: eliminar a los enemigos ocultos en el «caballo de Troya».

La situación económica especial de la RAEHK está protegida por la Ley Básica y, en general, es reconocida y respetada por la comunidad internacional.

Tras su retorno a la patria, Hong Kong ha mantenido y consolidado su independencia fiscal y tributaria, el libre comercio, la emisión de su propia moneda, el flujo libre de capitales y su condición de puerto libre y territorio aduanero separado, lo que demuestra plenamente que el alto grado de autonomía de Hong Kong está funcionando bien.

Mientras que afirma apoyar el alto grado de autonomía de Hong Kong, EE. UU. ha cancelado el llamado «trato especial» para esa región china. Los hechos han demostrado que es la parte estadounidense la que ha socavado el alto grado de autonomía de Hong Kong.

Los logros en materia de desarrollo de Hong Kong se derivan del arduo trabajo continuo de generaciones de habitantes locales y su gran ventaja de depender de la patria. Nunca han sido obsequios o caridad de ningún país extranjero.

La cancelación del llamado «trato especial» por parte de Estados Unidos no detendrá ni el desarrollo y la prosperidad de Hong Kong, ni la tendencia general de la integración continua de Hong Kong en la patria para ganar más espacio para el desarrollo.

Smith negó la importancia de mejorar el sistema electoral de Hong Kong, porque según el principio de que «los patriotas administran Hong Kong», los agentes estadounidenses en Hong Kong, es decir, las fuerzas anti-China y desestabilizadoras, quedarán completamente excluidas de la estructura de gobierno de la RAEHK.

Será esta una gran derrota para las fuerzas anti-China que apoyan a tales agentes en EE. UU. y Occidente.

PARTE III

El 16 de abril, los perturbadores anti-China de Hong Kong, incluidos Jimmy Lai Chee-ying y Martin Lee Chu-ming, fueron sentenciados por un tribunal hongkonés de acuerdo con la ley.

Más tarde, Blinken tuiteó que estas sentencias «son inaceptables» y pidió la liberación de esos perturbadores. También agregó su apoyo con el hashtag #StandWithHongKong al final de su tuit.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, también tuiteó que estaba «entristecida y perturbada» por las sentencias, y las calificó de «otra señal del ataque de Beijing al estado de derecho».

Hong Kong es una sociedad bajo el imperio de la ley. Las pruebas de las actividades ilegales de esos disruptores anti-China en Hong Kong son sólidas como una roca, y ninguna fuerza externa tiene derecho a intervenir.

El Tribunal de Magistrados de Kowloon Occidental sentenció, el 16 de abril, a Jimmy Lai a 14 meses de prisión por organizar y participar en asambleas ilegales el 18 de agosto de 2019 en la isla de Hong Kong, y por participar en una asamblea no autorizada el 31 de agosto de ese mismo año.

El tribunal también escuchó otros dos casos en los que estuvo involucrado Lai, incluyendo la sospecha de violar la ley de seguridad nacional en Hong Kong y fraude, que se aplazaron para el 15 de junio y el 6 de mayo, respectivamente.

El fiscal también presentó cargos contra Lai por connivencia con fuerzas externas para poner en peligro la seguridad nacional y conspiración para pervertir el curso de la justicia pública.

Los hechos mostraron que perpetradores como Lai y Lee conspiraron con fuerzas occidentales anti-China durante mucho tiempo. También se hizo público que Lai tiene conexiones turbias con la Fundación Nacional para la Democracia de EE. UU., una entidad patrocinada por el Gobierno estadounidense.

Durante el movimiento ilegal «Occupy Central» en 2014 y el caos sobre las enmiendas a la Ordenanza sobre delincuentes fugitivos y la Ordenanza sobre asistencia judicial recíproca en asuntos penales en 2019, el periódico local Apple Daily, controlado por Lai, sirvió como herramienta de propaganda para las fuerzas desestabilizadoras y anti-China.

Incluso después de la implementación de la ley de seguridad nacional, los perpetradores siguieron «luchando por Estados Unidos» bajo el disfraz de trabajadores mediáticos, lo que les ha convertido en un enemigo común de la sociedad de Hong Kong.

Las sentencias de quienes organizaron y tomaron parte en asambleas no autorizadas e ilegales se basan en pruebas fácticas suficientes, siendo el procedimiento totalmente legal y el veredicto hecho público de acuerdo con la ley.

Algunos políticos estadounidenses, a pesar de corear el lema de defender las reglas internacionales, han pisoteado repetidas veces el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales e interferido sin sentido en los asuntos de Hong Kong y los asuntos internos de China. Eso expone plenamente su arraigado doble rasero sobre las reglas internacionales, cuyo uso depende de si se ajustan o no a los intereses de Estados Unidos.

Cuando estallaron manifestaciones ilegales en Hong Kong, Pelosi las llamó «un hermoso espectáculo para la vista». En agudo contraste, calumnió sin escrúpulos las medidas normales de aplicación de la ley por parte de la Policía de Hong Kong, que había demostrado la máxima moderación.

Cuando se desataron disturbios a gran escala en Los Ángeles en 1992, la misma política, oriunda del estado de California, no se reunió con ni incitó a los organizadores de los disturbios.

A comienzos de 2021, cuando el Capitolio de Estados Unidos fue atacado, Pelosi, como congresista, no vio el motín como «un hermoso espectáculo para la vista», sino que condenó duramente a los atacantes. Este contraste irónico puso al descubierto la verdad tras la «promesa» de los políticos estadounidenses de apoyar firmemente a las fuerzas anti-China y desestabilizadoras en Hong Kong.

PARTE IV

El 7 de mayo, Blinken escribió en la red social Twitter que EE. UU. «apoya a la gente de Hong Kong» y pidió al Gobierno de la RAEHK que liberase de inmediato a varios instigadores de los disturbios en la ciudad, entre ellos a Joshua Wong.

El 6 de mayo, cuatro instigadores de los disturbios en Hong Kong, Wong incluido, fueron sentenciados a entre cuatro y diez años de prisión por el Tribunal de Distrito de la RAEHK, por su participación en una asamblea no autorizada.

Los hechos de esos casos están bien fundados, y Wong y otros son culpables según los cargos. En este sentido, la ridícula petición de Washington de liberar inmediatamente a los acusados no respeta el estado de derecho y deja ver el intento de EE. UU. de interferir en los asuntos internos de China.

Las leyes de Hong Kong siempre respetan y protegen los derechos y las libertades según la Ley Básica, aun así, esos derechos y libertades no son absolutos y se deban basar en el mantenimiento del orden público y en la protección de los derechos y las libertades de otros. Wong y los otros acusados sabían que la asamblea no estaba autorizada, pero aún así participaron en ella.

David Gosset, un experto francés en asuntos internacionales y fundador del Foro Europa-China, calificó de hipócritas a algunos políticos occidentales quienes hicieron la vista gorda a la violencia en Hong Kong. En su opinión, los actos violentos y extremistas cometidos en la RAEHK, que perjudicaron los derechos de los residentes locales, deberían ser condenados.

John Ross, exdirector de Política Económica y Empresarial de Londres, dijo que, a su parecer, este es un ejemplo típico de la hipocresía de algunos políticos de EE. UU. que recurren a los derechos humanos solo cuando se refiere a los asuntos de Hong Kong.

El abogado británico Grenville Cross, quien empezó a trabajar en Hong Kong en 1978 y fungió como primer director de la Fiscalía Pública de la ciudad tras su retorno a China, apuntó que las fuerzas internacionales anti-China han tratado de socavar la ejecución del principio de «un país con dos sistemas», a través de destruir la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong, para así contener el desarrollo de China.

En 2019, cuando el Gobierno de la RAEHK buscaba incluir enmiendas en las leyes de extradición, las fuerzas anti-China radicadas en EE. UU. y otros países occidentales incitaron, subrepticiamente, crímenes de violencia en Hong Kong, lo que desafió de forma flagrante el principio de «un país con dos sistemas», socavó gravemente la prosperidad y la estabilidad de la ciudad y puso a los residentes locales en una situación de extrema ansiedad.

En 2021, la parte estadounidense todavía no escatima esfuerzos por pronunciarse a favor de los criminales, entre ellos Wong, lo que demuestra, una vez más, que Washington, con sus proclamaciones de «apoyar a la gente de Hong Kong», se pone, en realidad, del lado de los criminales y trata a los hongkoneses como enemigos.

PARTE V

El 27 de mayo, el Consejo Legislativo de la RAEHK aprobó con una mayoría abrumadora el «proyecto de ley para Mejorar el Sistema Electoral (Enmiendas Consolidadas) 2021».

Un día después, Blinken vertió críticas imprudentes contra el proyecto de ley y exigió la liberación de todos los acusados según la ley de seguridad nacional en Hong Kong, así como la retirada de los cargos en su contra.

En virtud del sistema electoral mejorado en Hong Kong, la composición del Comité Electoral y del Consejo Legislativo se vuelve más ampliamente representativa, lo que refleja, de forma integral y equilibrada, los intereses de todos los sectores de la sociedad hongkonesa, defiende el sistema político dirigido por el Ejecutivo, asegura que el Consejo Legislativo pueda desempeñar sus funciones en conformidad con la ley y refuerza la eficacia en la gobernanza de la RAEHK.

Además, también es propicio para aunar los esfuerzos sociales por resolver los problemas de fondo, mejorar el nivel de vida de la gente e impulsar el desarrollo económico.

Antes y después de que la APN aprobase la decisión de perfeccionar el sistema electoral de la RAEHK, el Gobierno central recogió, de varias formas, opiniones de las personas de todos los estratos sociales en Hong Kong.

Entre los días 15 y 17 de marzo, la Comisión de Asuntos Legislativos del Comité Permanente de la APN, junto con la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado y la Oficina de Enlace del Gobierno Popular Central en la RAEHK, llevaron a cabo más de 60 simposios sobre la ejecución de la decisión de la APN respecto a la mejora del sistema electoral de la RAEHK.

Además, mediante visitas y entrevistas adicionales, se escucharon, de forma exhaustiva y atenta, los puntos de vista de más de un millar de representantes de todos los estratos de la sociedad hongkonesa.

Durante una campaña de 11 días que se inició el 11 de marzo, se recopilaron más de 2,38 millones de firmas en Hong Kong en apoyo a la mejora del sistema electoral de la RAEHK. De acuerdo con una encuesta efectuada por el Instituto Bauhinia, un grupo de expertos de Hong Kong, más del 70 por ciento de los residentes locales dijo que la mejora del sistema electoral de la RAEHK podía fortalecer su confianza en el futuro de Hong Kong.

Luego de la aprobación del proyecto de ley, distintos sectores de la sociedad hongkonesa, entre ellos el Sindicato General de Empleados Públicos de Hong Kong, la Cámara General China de Comercio y la Federación de las Organizaciones Comunitarias de Guangdong en Hong Kong, expresaron su respaldo al proyecto de ley.

Estados Unidos tiene muchas leyes electorales. Solo en los dos últimos años, el Congreso estadounidense ha introducido más de 40 proyectos de ley para mejorar el sistema electoral del país. El mismo día en que el máximo órgano legislativo de China anunció su agenda sobre la mejora del sistema electoral de Hong Kong, la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó el proyecto de ley, titulado «Ley para el pueblo», con el objetivo de perfeccionar el sistema electoral y garantizar la seguridad en las elecciones.

El 5 de marzo, durante la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Bielorrusia pronunció un discurso conjunto, en nombre de más de 70 países, en el que se enfatizó que los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China y, por eso, no deberían ser interferidos por fuerzas externas.

El jefe de la misión bielorrusa ante la ONU en Ginebra, el embajador Yury Ambrazevichsaid dijo en una entrevista posterior a la reunión que «Hong Kong es una parte integral de China y sus asuntos son los asuntos internos de China».

De esta manera, reiteró que China dispone de la única autoridad y responsabilidad de tomar sus decisiones, incluida la mejora del sistema electoral de la RAEHK, para potenciar la prosperidad y la estabilidad a largo plazo de Hong Kong.

Partiendo de su llamado de liberar a todos los acusados según la ley de seguridad nacional en Hong Kong y retirar los cargos en su contra, la posición de EE. UU. es muy clara: Washington se opone «con firmeza» a esa legislación, que ha logrado transformar el caos en orden en Hong Kong y ha restaurado efectivamente el sentido de seguridad para los residentes locales.

PARTE VI

El 3 de junio, Blinken publicó una declaración en el sitio web del Departamento de Estado de EE. UU., diciendo que su país «se pondrá del lado de las personas de China al demandar que su Gobierno respete los derechos humanos universales».

Al día siguiente, tuiteó un llamado a la «la liberación inmediata» de varias personas en Hong Kong que habían sido detenidas.

Durante los disturbios en Hong Kong que siguieron las enmiendas de ordenanzas propuestas en 2019, los grupos anti-China y desestabilizadores, respaldados por EE. UU., no buscaron como fin los derechos humanos, sino que los pisaron en un intento de tomar la jurisdicción y subvertir el poder estatal.

De junio de 2019 a mediaos de marzo de 2020, hubo más de 1.400 manifestaciones y congregaciones públicas en Hong Kong, muchas de las cuales terminaron en saqueos y violentos actos de vandalismo.

Los alborotadores atacaron las estaciones y agentes policiales, asediaron a ciudadanos inocentes, publicaron informaciones privadas de las personas que expresaron opiniones diferentes, destruyeron metros e instalaciones públicas, paralizaron aeropuertos, bloquearon avenidas y «ocuparon» campus universitarios, poniendo en grave amenaza a largo plazo la seguridad y el orden públicos en Hong Kong.

Diversos datos mostraron que el número de casos de delincuencia en Hong Kong había estado descendiendo en años antes del «terror negro» en 2019, sin embargo la agitación social revirtió la tendencia, ya que la cifra subió un 9 por ciento y un 7 por ciento en 2019 y 2020, respectivamente.

Luo Changqing, un trabajador de limpieza de 70 años de Hong Kong, fue golpeado por alborotadores y murió por heridas graves.

Otro residente local de apellido Lee fue cubierto con un líquido inflamable y se incendió, luego de una discusión con los alborotadores que destrozaban las instalaciones públicas. Sufrió quemaduras en casi la mitad de su cuerpo y una vez estuvo en estado crítico.

Chan Tze-chin, un abogado hongkonés, fue golpeado intensamente por los alborotadores, al intentar impedirles que destrozaran tiendas en una concurrida zona comercial de Causeway Bay. Sufrió múltiples heridas físicas.

Más de la mitad de las tiendas de Best Mart 360, una cadena alimentaria con sede en Hong Kong, fueron vandalizadas en plena agitación social.

«Cuando los estadounidense toman las calles en un estallido de furia contra el racismo sistémico que ha afligido al país desde su fundación, ¿son ‘alborotadores’ que merecen ser abatidos a tiros? Pero cuando los radicales en Hong Kong cometen vandalismo, lanzan bombas de gasolina, destruyen la propiedad pública (…) ¿son poderosos campeones de la libertad?», escribió en un artículo de 2020 el editor jefe de noticias del diario South China Morning Post, Yonden Lhatoo.

El 9 de julio, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dio a conocer informes nacionales sobre la situación de los derechos humanos, que señalan que EE. UU. sigue violando gravemente los mismos dentro y fuera del país.

La libertad de prensa en Estados Unidos, a la que Washington declara fidelidad, se está degradando por completo, y el nivel de racismo, antisemitismo, islamofobia y otras manifestaciones de discriminación y xenofobia siguen en aumento, añaden.

La situación de los derechos humanos en China está en su mejor momento de la historia. Desde que la ley de seguridad nacional en Hong Kong entró en vigor hace más de un año, los derechos humanos y las libertades de la aplastante mayoría de los residentes de Hong Kong no se han visto afectados.

Si Estados Unidos realmente quiere «apoyar» al pueblo chino que «busca» los derechos humanos, debería ponerse del lado de la mayoría abrumadora, no lo contrario. (Continúa)

T/Xinhua