Malú Rengifo | Yanqui go home (Opinión)

El septiembre pasado una mujer llamada Rita Rico me escribió varios correos electrónicos pidiéndome reunirme con ella para hablar sobre la Revolución Bolivariana. Se identificaba como “coordinadora de Asuntos Políticos de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela y deseaba tomarse un café conmigo para conocer la perspectiva de una joven del PSUV.

Me trataba con dulzura, la serpiente. Me invitaba a reunirme con ella en el Museo de los Niños. Me hablaba de “cooperación” entre naciones, me felicitaba por mis artículos en la Sección La Canalla Mediática, y casi le creí la tibieza de sus letras, pero mi escepticismo me salvó el pellejo y la moral.

Más tarde descubrí esa joven mujer que, en sus propias palabras, había venido a Venezuela “a observar el desarrollo de la Revolución Bolivariana”, había estado trabajando en Chile hasta hacía poco, captando jóvenes para la guerra ideológica contra su propia patria. Tan bella e inocente, la princesa.

Por eso me encanta la decisión de mi presidente Nicolás Maduro al igualar las condiciones de nuestros cuerpos diplomáticos. Por mí que saquen a ese gentío de aquí, chupasangre todos, malévolos soldados vendedores de muerte.

No es la falsa libertad yanqui la que queremos. A nosotros, pueblo bolivariano y libertario, no nos importa poder elegir cuál de todos sus productos le vamos a comprar a tus magnates. Nos importa, sí, tener salud, educación, vivienda y trabajo dignos.

En Estados Unidos no hay garantías de esos cuatro derechos para toda su gente, pero sí hay libertad. Libertad para comprar, libertad para morir en nombre del dinero.

T/ Malú Rengifo

«…pero sí hay libertad. Libertad para comprar, libertad para morir en nombre del dinero.» Totalmente de acuerdo.