Por Adán Chávez Frías|De Yare al corazón del pueblo (Opinión)

Se cumplieron este sábado 26 de marzo, 22 años de la salida de la cárcel de Yare del Comandante Chávez, fecha que hoy más que nunca cobra vital importancia. Dos años y cincuenta días de prisión, días para el fortalecimiento del espíritu de lucha y del pensamiento revolucionario; para la consolidación del fundamento ideológico del árbol de las tres raíces: la Bolivariana, la Robinsoniana y la Zamorana. La cárcel de la dignidad, tiempo de maduración teórica y espiritual, de preparación para la práctica revolucionaria, que nos ha permitido echar a andar la rueda de la historia en un heroico proceso de liberación nacional que continúa vigente.

Fueron días nada fáciles, días de grandes sismos sociales, como dijo una vez el mismo Comandante; allí se produjo la mayor parte de la batalla moral, política, estratégica y revolucionaria que nos llevó a forjar la sólida unidad cívico-militar sobre la que se sostiene la Revolución Bolivariana.

Intentos fueron muchos, desde la cárcel y fuera de ella, de dividir y desestructurar al Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, que emergía poderosamente como organización naciente a la vanguardia de la lucha popular; de desviar el carácter bolivariano del proyecto de Patria que empezaba a escribirse; de aniquilar el liderazgo militar y civil no contaminado por los vicios de la burguesía adeco-copeyana del pacto de Punto Fijo, que había surgido de la Rebelión del 4F.

De Yare, con la conducción de Hugo Chávez, salió invicto el Huracán Bolivariano a recorrer el territorio nacional; el pueblo despertó como un Lázaro colectivo para hacer realidad el sueño y el proyecto libertario de nuestro Padre Libertador, Simón Bolívar; para retomar la causa que comenzó a fraguarse a principios del siglo XIX, la de ser verdaderamente libres, real y verdaderamente soberanos.

Chávez encarnó, y continúa encarnando, la lucha del pueblo civil y militar que tiene por objetivo, desde los tiempos de la gesta independentista bolivariana, ser libres para construir un modelo de sociedad que le dé a todos la mayor suma de felicidad posible; que nos permita a todos y a todas vivir con dignidad, y cumplir los planes de desarrollo de la Patria.

Y en esa senda hemos continuado en estos 22 años; con aciertos y dificultades, con errores; superando la prueba más difícil que pudimos enfrentar como Revolución, la pérdida física del Comandante Chávez; pese a todos los obstáculos, nos hemos mantenido en avanzada, en continuada marcha hacia el socialismo; fortaleciendo el ejercicio pleno del poder popular, a través de los consejos comunales y comunas; del poder obrero y campesino con la clase trabajadora organizada; con el movimiento campesino; llevando de la teoría a la práctica revolucionaria la tesis liberadora de Bolívar y Chávez, que hoy se encuentra más vigente que nunca: construir un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; construir la hegemonía popular, en contraposición a las pretensiones derechistas de retrogradar a la hegemonía capitalista.

Existe hoy como en el pasado, una feroz y brutal campaña psicológica proveniente del enemigo externo e interno que busca desmoralizarnos, distraernos y dividirnos. El peligro más grave que afronta hoy nuestra Revolución, es que esos enemigos lograsen la división y la anarquía de las fuerzas patrióticas, bolivarianas, chavistas, populares y antiimperialistas. No han podido ni podrán, pero que nadie se confíe, que nadie se descuide.

Camaradas, compañeros, compañeras, compatriotas; la burguesía y la oligarquía apátridas que quieren derrotarnos para entregarle nuestro petróleo a las transnacionales estadounidenses, las mismas que intentaron evitar que Chávez saliera de Yare; las mismas que buscaron destruir en sus inicios la base ideológica y política del movimiento cívico-militar emergente, son las mismas que pretenden ahora desgastarnos para hacernos perecer.

No tenemos más opción que cerrar filas ante esta situación. Tanto nos ha costado a tantos; todo el pueblo de una u otra manera ha dado su vida, en lo físico, en lo espiritual, en lo político; muchos han caído en el camino, víctimas del terrorismo político de la burguesía, del sicariato paramilitar; hemos sufrido persecuciones, acoso; amenazas de la potencia imperial más poderosa del mundo, y continuamos con nuestras banderas en alto. No podemos arriarlas ahora.

Estamos en medio de una guerra económica, política, ideológica que han emprendido los que no quieren que aquí exista un gobierno democrático, bolivariano y revolucionario; los que siempre han arremetido contra las clases populares. Porque éste, como muchos aciertos sociales y consciente de las fallas que hayamos podido cometer, es sin duda un gobierno de las mayorías; un gobierno verdaderamente democrático, de derecho y de justicia social, para seguir favoreciendo a las clases invisibilizadas en la cuarta república.

La burguesía criolla, dirigida por el gobierno norteamericano, a la que pertenece el empresariado bachaquero, acaparador y explotador, que quiere volver a agarrar el poder para reinstaurar un nuevo pacto de Punto Fijo, seguirá atacando furiosamente y actuará en contra del pueblo y de la Constitución; aunque en sus discursos engañosos quieran hacer creer lo contrario.

Debemos prepararnos para grandes sacrificios y para defender cueste lo que cueste, la unidad de las fuerzas revolucionarias; que es decir, defender la soberanía de la patria. Continuemos arreciando en la gran ofensiva moral, política, económica, social, que nos permitirá seguir por el camino del Socialismo Bolivariano.

Desde hace 22 años el pueblo venezolano está escribiendo su propia historia con el inicio de un proceso de liberación nacional inédito en el mundo; bajo el liderazgo de Chávez el pueblo salió de Yare a Miraflores, para tomar el poder político y construir la Patria Bolivariana y socialista por la que hemos luchado durante más de dos siglos.

Chávez es hoy ese gran Lázaro colectivo que continúa invicto, despierto, en contraofensiva y en contraataque revolucionario. La hermosa consigna que divulgamos este sábado 26 de marzo: “De Yare al Corazón del Pueblo”, resume esta realidad. Chávez se quedó para siempre en el Corazón del Pueblo, y también el pueblo, es el corazón de Chávez. Vamos pueblo mío, sigamos unidos, construyendo la Patria Nueva. ¡¡Todos y todas somos Chávez!!.

¡Viva Chávez!

¡Viva el Pueblo Bolivariano!

¡Viva la unión cívico-militar!

¡Venceremos!

Barinas, domingo 27 de marzo de 2016.

@Adan_Coromoto