El Estado burgués es maestro en el arte de la distracción y el camuflaje. Si ustedes entran a la sede de Cencoex, verán paredes y techos forrados de mensajes revolucionarios, consignas que enfatizan en valores como la honestidad y el combate a la corrupción, fragmentos de nuestra historia y demás grafismo bolivariano. Pareciera que uno está más en una escuela de cuadros de cualquier partido de izquierda que en una institución que maneja los dólares de un país.
Ahora bien, cuando vemos la gestión del órgano contralor de las divisas nos damos cuenta de que el Estado Burgués tiene agarrado al toro por los cachos. Lo curioso es que se repite exactamente lo ocurrido con el Régimen Cambiario Diferencial implementado durante la IV República, y que puede consultarse en el libro Recadi La gran estafa del comunicador venezolano Agustín Beroes. El que no aprende de la historia, está condenado a repetirla.
Cencoex, otrora Cadivi, implementa y ejecuta medidas que apuñalan a la Revolución y al país en el ámbito económico desde hace más de una década. Según los especialistas más conservadores, la cifra de dólares saqueados de esta institución por la burguesía parasitaria a través de la sobrefacturación de importaciones supera los 300 mil millones de dólares. ¿Por qué ocurre esto? Porque no existe instancia alguna dentro de la organización que pueda hacer dos cosas sencillas: primero, verificar el precio real internacional de los productos que se importan y, segundo, verificar que las cosas que llegan al país son en realidad las declaradas.
Se parece mucho al Instituto Nacional de Transporte Terrestre (INTT) en Caracas que no tiene ni la voluntad ni cuenta con la capacidad para poner orden en las vías. Vemos motorizados y vehículos en aceras, comiéndose la flecha, no se respetan los semáforos, ausencia total de fiscales, colas por caos vehicular en puntos álgidos todos los días, etc. Exactamente igual es Cencoex, simula cumplir una función en la cual está reprobada.
Por otro lado, ¿a quién se le ocurre que dándole dólares baratos a la población para que viaje al exterior se pueda apuntalar el socialismo bolivariano o se esté ayudando a la economía nacional? Esta medida es igual a la mujer que se opera las lolas pero no tiene plata suficiente para llevarle comida a sus hijos, o el hombre borracho que gasta bastante dinero en güisqui pero está corto de plata cuando toca pagar los colegios de sus hijos. Apuñalan al turismo nacional mientras promueven el desangramiento de la economía, cosas que no salen en ningún lado en el plan de la patria.
Así como la señora de las lolas está más pendiente de aparentar y satisfacer necesidades superfluas para ser más “feliz”, el Estado burgués defiende medidas económicas absurdas con el chantaje del “costo político” si se nos ocurre enrumbarnos por el camino correcto. Obviamente, hay un gentío haciendo guiso y sacándole provecho personal a esta política contrarrevolucionaria y por eso no cambian las cosas.
Si los asesores económicos y el Estado burgués no destruyen y quiebran por completo a la Revolución Bolivariana en este 2015, creo estaríamos en presencia de un milagro. La guerra económica está en la casa.