¿Los medios masivos manipulan? Unos dirán que no existen estudios científicos que lo demuestren; otros, opinarán que sí, por supuesto, les resulta obvio, solo hay que ver, oír y leer, la televisión, la radio y la prensa, sobre todo si están en manos de opositores o del capital transnacional.
Ambas posiciones son válidas, pero los argumentos son tan genéricos y superficiales que no trasciende del ejercicio retórico, de la opinión simple y partidaria.
Delimitar el problema, hallar sus relaciones causa-efecto o al menos los constructos útiles que permitan abordarlo, es necesario.
Pregúntese cómo aprendió a denotar las cosas, a usar el lenguaje, a comportarse de tal o cual manera, a atarse las trenzas de los zapatos, a montar bicicleta, a amar y odiar, etc.
Está claro que hubo etapas, estadios, fases o transiciones, en rangos de edades, desde que nacemos hasta ser adultos mayores, que han marcado un cambio en su personalidad, que dependen: de procesos individuales; de relaciones sociales (familia, escuela, Iglesia o grupo cultural); del entorno donde se está; como se ve son múltiples factores los que influyen.
El problema es complejo, a juzgar por las diversas teorías sobre la personalidad que existen, agrupadas en tres corrientes: psicoanalítica, conductista, humanista; con aportes notables de Freud, Jung, Adler, Lacan, Vigotsky, Piage, Bandura, Erikson y tantos otros.
La industria del entretenimiento y el contenido emplea estos conocimientos para persuadir, disuadir, inducir en: la opinión pública, el gusto y el consumo.
Consejo: ¡afinar el enfoque!