Por Fernando Buen Abad|¿Mentirosos Seriales? Ni un milímetro de confianza en el imperio (Opinión)

“No hay gloria en la guerra. Sólo hay sufrimiento” lloriquea Chuck Hagel secretario de Defensa estadounidense. El Jefe del Pentágono en Washington moja con saliva demagógica la iniciativa del presidente Obama para lanzar ataques con misiles contra Siria. Invoca las  encuestas en las que los “estadounidenses” se oponen mayoritariamente al ataque y el hecho de que el Congreso no autoriza la propuesta. ¿Les importa realmente lo que el pueblo piensa y quiere? Dice ese señor que se trata de un “mensaje muy claro” que muestra el hartazgo del  pueblo respecto del uso y abuso de la fuerza militar. “Creo que este Congreso es probablemente más cauteloso. No necesitamos más guerras, no más Oriente Medio” enfatizó Hagel.

Vieja manera de maquillar las derrotas del un imperio enloquecido de soberbia y arrogancia. Vieja manía de mentirle al mundo en nombre de lo que “el pueblo quiere” y en nombre de un sentimiento filantrópico ensayado para las cámaras y los micrófonos. Vieja aberración de mercachifles que esconden, tras su torrente de lágrimas falsas, la industria militar yaqui y los negociados que mueven la principal actividad económica planetaria.

Hemos aprendido a no tragarnos sus lamentos ni sus amenazas veladas. No aceptaremos del imperio sus baratijas mediáticas fabricadas para hacernos creer que no les gusta invadir a los pueblos o que saquean las riquezas de otros “obligados por las circunstancias”. No vamos a creer, jamás, en sus lágrimas hipócritas mientras vemos que el exterminio, el asesinato y la humillación de millones de seres humanos es, convertido por ellos, en un gran negocio. Saquen a sus mercenarios de Siria (o en cualquier parte) y dejen de lloriquear en horario “prime time”.

BuenAbad@gmail.com

Ni el mismo Goebels, jefe de propaganda de la Alemania Nazi , imaginó que su habilidad para manipular la opinión pública pudiese ser superada. Hagel, nos da una siniestra clase del engaño y manipulación; ya no le basta a los Yankys con vanalizar las opiniónes que les contravienen, como muchos se tragaron la declaración de guerra terrorista de Busch condenando como terroristas a todos los paises que se opusiesen a sus planes de dominio, como se divirtieron en Libia con la «puesta en escena», farsa que selló a carcajadas la Secre de Edo Clinton con el asesinato de Gadhafi: «Vine, vi y murió»; Hoy, en acostumbrado cinismo e inimaginable desparpajo pasan magicamente de victimarios, a lo opuesto: víctimas de unos malévolos árabes que los han obligado en sacrificio a ellos, «ángeles custodios del universo», a invadir, destruir, saquear y asesinar en masas a los pueblos de Irak, Libia, Afganistan, Siria y amenazar al Líbano, Irán y también, ya por vieja costumbre, a la América Latina.