1.294 electrodomésticos comercializó este jueves el programa Mi Casa Bien Equipada entre las 113 Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) del municipio Guanare, en el estado Portuguesa, en los llanos del país.
«Es esta la primera de muchas otras jornadas que se realizarán en nuestro estado para facilitar al poder popular la adquisición de línea blanca», informó la secretaria para el Desarrollo Comunal de Portuguesa, Mariana Lerín, durante la venta de cocinas, neveras, televisores y lavadoras en el Gimnasio de Combate de Guanare, la capital.
Indicó que con esta metodología no sólo se atiende la demanda de las organizaciones de base del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), sino que se les faculta para sumarse al plan de distribución de los equipos en sus espacios naturales de acción.
«Los artículos se asignan a nuestras UBCh y ellas en asambleas identifican, priorizan y atienden los requerimientos de la comunidad», explicó.
Lerín anunció que este mecanismo de distribución se implementará en enero de 2015 en los otros 13 municipios de Portuguesa para que las 621 UBCh del estado puedan adquirir electrodomésticos a precios justos y «nos ayuden a proteger a nuestro pueblo de la especulación y el acaparamiento que caracterizan la guerra económica dantesca de la derecha».
PRECIOS INCOMPARABLES
Los asistentes al operativo resaltaron el carácter social de Mi Casa Bien Equipada y el beneficio que ofrece este programa a la familia venezolana con la venta de electrodomésticos, marca Haier, «a precios sencillamente incomparables», dijo Eduardo Montilla, de la UBCh Nuestra Señora de Lourdes.
«Necesitaba una cocina que en locales comerciales supera los 20.000 bolívares y aquí la compré en 8.036», comentó.
Omaira Martínez, de la comunidad Medero I, opinó de manera similar mientras cargaba en la camioneta de un vecino la nevera que pondrá en la cocina de la casa que le construyó la Gran Misión Vivienda Venezuela: «En la calle cuestan hasta 40.000 bolívares y de aquí me la llevo buena, bonita y a 9.759 bolívares».
María Ramos, otra de los asistentes a la jornada, adquirió la lavadora semiautomática que «tanto quería» para descansar del trabajo que implica lavar a mano la ropa de su esposo y sus tres hijos: «Nos costó 5.578 bolívares, pero en el centro están tan caras que ni con las utilidades podíamos comprarla».