Combatiente internacionalista y líder revolucionario salvadoreño|A 78 años de su muerte Farabundo Martí sigue en la lucha por el socialismo

Farabundo Martí acompañó varias luchas en América Latina y en Europa, como parte de la práctica del internacionalismo proletario. En la imagen, junto a Sandino

Agustín Farabundo Martí nació el 5 de mayo de 1893, en Teotepeque, departamento de La Libertad, en El Salvador. Desde muy joven, fue testigo de la injusticia bajo la que vivían los campesinos y los indígenas, despojados de sus tierras por la oligarquía cafetalera salvadoreña gracias a las leyes de 1881 y 1882, mediante las cueles el presidente Rafael Zaldívar decretó la abolición de la propiedad comunal y los ejidos.

El nombre y el legado político de Farabundo Martí fue recogido por la izquierda de El Salvador

Farabundo Martí cursó estudios de Jurisprudencia y Ciencias Sociales en la Universidad de El Salvador pero los abandonó para abrazar la bandera de las luchas revolucionarias. Abnegado militante, formó parte de frentes de lucha como la Liga Antiimperialista de Las Américas, el Socorro Rojo Internacional, organización creada por la III Internacional Socialista; y el Partido Comunista Mexicano. Fundó en 1925 el Partido Comunista Centroamericano y combatió en Nicaragua junto al General de Hombres Libres Augusto César Sandino en la guerra de liberación contra la invasión yanqui.

REBELION Y ETNOCIDIO

El Salvador era conocido como la República Cafetalera y su economía se vio fuertemente golpeada con la crisis capitalista mundial de los años 30, con la que los precios del café bajaron abruptamente. La pobreza allegó a niveles extremos, con grandes niveles de desempleo que afectaron a las clases desposeídas.

En diciembre de 1931 se produjo un golpe de Estado que entronizó en el poder al dictador Maximiliano Hernández Martínez. El 22 de enero de 1932, estalló una insurrección popular encabezada por el movimiento indígena y campesino. Farabundo Martí, junto con los líderes estudiantiles Alonso Luna Calderón y Mario Zapata, liderizaron la revuelta.

La rebelión de 1932 duró varios días y fue reprimida de manera atroz. Se calcula que fueron masacrados mas de 30 mil indígenas. Este etnocidio aún permanece impune. Los indígenas que sobrevivieron, muy pocos de ellos todavía están con vida, han dado testimonios de este crimen olvidado. Los historiadores de la derecha llaman a este acontecimiento los “sucesos de 1932” y quieren borrarlo de la historia contemporánea de El Salvador. El pueblo lo llama “la Matanza”. Las víctimas fueron enterradas casi a ras de la tierra para amedrentar a quienes quedaron en pie.

Estados Unidos e Inglaterra enviaron buques de guerra a las costas de El Salvador en señal de apoyo al dictador Hernández Martínez. El tirano rendía cuentas de manera directa a sus amos imperiales, tal como lo demuestra un telegrama de la época en la que el general daba parte de sus acciones: “En saludo a honorables comandantes declaramos situación absolutamente dominada por fuerzas del Gobierno de El Salvador. Garantizadas vidas propiedades ciudadanos extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la República. La paz está establecida en El Salvador. Ofensiva comunista desechada sus formidables núcleos dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están liquidados cuatro mil ochocientos comunistas” .

El 31 de enero de 1932, Farabundo Martí, Alonso Luna Calderón y Mario Zapata fueron apresados y condenados a muerte en el Cementerio General de San Salvador. Al día siguiente, el primero de febrero, fueron fusilados.

Dice la leyenda que Farabundo se negó a que le vendaran los ojos antes de ser ejecutado y que sus últimas palabras fueron:”Viva el Socorro Rojo Internacional”.

EL LEGADO DE FARABUNDO

Hasta sus detractores reconocen que Farabundo Martí era un líder extraordinario. En su libro, Los Sucesos de 1932 en El Salvador, el periodista y escritor guatemalteco Jorge Schlessinger, perteneciente a la derecha más recalcitrante que condenó la insurrección popular salvadoreña, escribió sobre él: “mientras otros hablaban de marxismo en los cafetines, Martí, enseñaba marxismo a los trabajadores”.

Farabundo Martí era parte del Comité Ejecutivo del Socorro Rojo Internacional (SRI). Estas brigadas de solidaridad internacional fueron fundadas por la III Internacional Socialista para llevar apoyo a aquellos pueblos que emprendían la lucha antiimperialista y antifascista. El SRI estaba bajo la responsabilidad de notables figuras de la historia, como Clara Zetkin. Fue por este motivo que Farabundo acompañó varias luchas en América Latina y en Europa, como parte de la práctica del internacionalismo proletario, convirtiéndose en una suerte de Che Guevara centroamericano.

A 78 años de su asesinato, el pensamiento internacionalista de Farabundo sigue vigente en los procesos de liberación nacional y de construcción socialista que han emprendido los pueblos latinoamericanos por ello, el nombre y el legado político de Farabundo Martí fue recogido por la izquierda de El Salvador. La guerrilla que se enfrentó a las dictaduras de los años 80, puso su nombre a la alianza política denominada Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Hoy, el FMLN es un partido socialista que venció en la elecciones de 2009 y una de las primeras organizaciones políticas del Continente que se ha plegado a la convocatoria de una V Internacional Socialista realizada por el presidente venezolano y líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez.

T/Modaira Rubio
F/Archivo CO

una biografia muy interesante
en estos dias seria bueno que los incluyan el ministerio de educacion
seria buena cultura para la nueva juventud de proteger al progimo