Galicia y País Vasco desarrollan jornada electoral marcada por la pandemia

Los centros de votación abrieron a las 09.00 hora local (GMT+2)

España acoge elecciones en Galicia y el País Vasco, donde los ciudadanos están llamados a votar para renovar sus parlamentos regionales en una cita con las urnas que de forma ineludible estará marcada por el coronavirus, ya que se trata de los primeros comicios en todo el país desde el inicio de la crisis sanitaria.

Los centros de votación abrieron a las 09.00 hora local (GMT+2) sin que por el momento se hayan producido ningún incidente reseñable. Seguirán abiertos hasta las 20.00, hora en la que empezará el recuento.

Galicia y el País Vasco representan algo más del 10% de la población de España. En estas elecciones están llamados a las urnas un total de 2,2 millones de ciudadanos en Galicia, mientras que en el País Vasco el censo electoral es de 1,7 millones de personas.

Las encuestas apuntan a que los actuales presidentes regionales pueden sobrevivir a la crisis sanitaria y mantener su posición, aunque las circunstancias podrían provocar un descenso de la participación con imprevisibles con consecuencias difíciles de prever.

Galicia está gobernada actualmente por Alberto Núñez-Feijoo, del conservador Partido Popular, que busca su cuarta mayoría absoluta para afianzarse no solo a nivel regional sino también como una figura prominente a escala nacional.

Feijoo era una de las personas mejor posicionadas para suceder al expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como líder de los conservadores tras su marcha en 2018, pero finalmente el dirigente gallego decidió no participar en las primarias, posponiendo su salto nacional.

El País Vasco está gobernado por Íñigo Urkullu, del también conservador Partido Nacionalista Vasco (PNV), que vuelve a partir como favorito en las encuestas aunque, como ya pasó hace cuatro años, los sondeos no anticipan una mayoría absoluta.

Rebrotes

Los últimos días de la campaña estuvieron marcados por los rebrotes de COVID-19.

El 5 de julio Galicia declaró el confinamiento perimetral de A Mariña —una comarca de 70.000 habitantes situada en la provincia de Lugo— tras registrarse un foco de contagio con más de un centenar de afectados en la zona, cifra que fue creciendo en días posteriores.

Del mismo modo, el País Vasco detectó un brote que acumula en torno a 70 contagios en Ordizia, una localidad de 10.000 habitantes en la provincia de Guipúzcoa.

La situación de estos territorios abrió un debate sobre si era conveniente celebrar los comicios y en qué condiciones debía hacerse.

Según anunciaron los responsables sanitarios de estas regiones, a unos 260 ciudadanos de Galicia y otros 200 en el País Vasco no se les permitirá acudir a las urnas tras haber dado positivo en coronavirus, por lo que no podrán ejercer el derecho al voto.

De hecho, el Gobierno vasco advirtió el 11 de julio que las personas contagiadas que acudan a votar cometerán un delito contra la salud pública, por lo que podrán ser sancionadas.

El 9 de julio la Junta Electoral Central avaló la restricción del voto a los contagiados pese a las quejas de algunos partidos, argumentando que la administración debe «garantizar unas condiciones adecuadas de circulación para poder acudir a votar», pero «con la salvedad de segmentos reducidos de población por motivos sanitarios suficientemente justificados en el marco de la situación de pandemia».

En medio de todas estas polémicas, los líderes regionales cerraron la campaña insistiendo en que, pese a la crisis sanitaria, votar es seguro, un mensaje que volvieron a reiterar esta mañana electoral.

«Con seguridad y respeto se puede votar sin problemas», dijo Iñigo Urkullu tras votar en su colegio electoral, desde donde animó a todos los ciudadanos a hacer lo mismo porque «las elecciones son un tren que pasa cada cuatro años y hay que cogerlo».

El primer dato de participación de las elecciones regionales en Galicia parece despejar, al menos de momento, las incógnitas sobre una posible bajada de la participación a causa del coronavirus.

Según los datos ofrecidos por la Xunta de Galicia, a las 12.00 horas (GMT+2) ya se acercaron a votar 423.000 personas, es decir, el 19,34% del censo.

Esto supone un aumento del 4,33% respecto a la participación del 15,01% registrada a la misma hora en los comicios anteriores, en el año 2016.

Durante la mañana, las elecciones transcurrieron en un clima de normalidad pese al refuerzo de las medidas de seguridad, que provocó algunos retrasos pero no impidió la apertura de todas las mesas de votación.

El conservador Alberto Nuñez-Feijoo acudió a votar en la provincia de Vigo, desde donde hizo un llamamiento para que los 2,2 millones de ciudadanos llamados a participar en los comicios no se queden en casa.

«Galicia es una tierra que valora la democracia y sabe muy bien que vamos a decidir nuestro futuro. Y todos los gallegos quieren participar porque es su futuro», dijo en declaraciones a los medios de comunicación desde el colegio electoral.

A las 17.00 tampoco se registró una caída de la participación. De hecho, en las elecciones gallegas la participación se encuentra en un 42,9%, medio punto porcentual más que en 2016.

Estos comicios estaban previstos para el 5 de abril, pero la pandemia de COVID-19, que ya deja casi 254.000 contagios y 28.400 fallecidos en todo el país, obligó a posponerlos.

Participación en el País Vasco

La participación en las elecciones regionales del País Vasco se sitúa a mediodía (GMT+2) en un 14,1%, lo que supone una caída del 1,3% respecto a los comicios de 2016, cuando a esa hora ya había votado un 15,4% del censo.

Así lo comunicó en una comparecencia pública la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, que además informó de que todas las mesas electorales fueron constituidas sin problemas pese al refuerzo de las medidas de seguridad contra el coronavirus.

Medios locales como Gara califican de «histórica» la caída de la participación en el País Vasco, ya que se trata del dato más bajo registrado a mediodía. Sin embargo, esto podría deberse a factores como las medidas higiénico-sanitarias o las lluvias caídas a lo largo de la mañana.

Mientras que a las 17.00 había votado un 36% del censo, lo que supone una caída del 8,4% respecto a la afluencia del 44,4% registrada a la misma hora en 2016.

La cuestión de la participación es una de las grandes incógnitas en estas elecciones, ya que es primera jornada electoral que se celebra en España desde el comienzo de la crisis sanitaria.

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T/Sputnik
F/EFE