Las emisiones de combustibles fósiles siguieron en aumento en 2025 impulsaron el alza de las temperaturas globales y fenómenos climáticos extremos cada vez más destructivos hoy en todo el mundo.
El año que culmina fue ligeramente menos caliente que el anterior 2024 a nivel planetario, pero fue mucho más caluroso que casi cualquier otro año registrado.
Algunos de los peores eventos climáticos extremos de 2025 estudiados por el equipo de colaboración académica sobre eventos extremos World Weather Attribution documenta las graves consecuencias de un clima más cálido.
A lo largo de los 22 eventos extremos analizados, olas de calor, inundaciones, tormentas, sequías e incendios forestales cobraron vidas, destruyeron comunidades y arrasaron cultivos, y mostraron daño significativo del actual cambio climático antropogénico.
Incluso en un año con condiciones débiles del fenómeno de La Niña, que provocaron temperaturas superficiales del mar más bajas, las temperaturas globales se mantuvieron muy altas.
Los fenómenos meteorológicos extremos continuaron produciéndose este año a niveles preocupantes.
Pese a que los modos naturales de variabilidad climática, como El Niño, estaban en una fase más fría, las emisiones de gases de efecto invernadero por la actividad humana causaron temperaturas globales excepcionalmente altas, que intensificaron las olas de calor prolongadas y empeoraron las sequías, en un clima propicio para los incendios.
También, se incrementaron las precipitaciones y los vientos extremos asociados con tormentas e inundaciones severas que causaron miles de muertes y desplazaron a millones de personas en varias regiones.
Los eventos señalan los crecientes riesgos de un calentamiento global antropogénico de aproximadamente 1,3 grados Celsius, y todo ello refuerza la urgente necesidad de acelerar el abandono de la quema de los combustibles fósiles.
Desde 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París, el calentamiento global aumentó 0,3 grados, un alza aparentemente pequeña que incrementó significativamente la frecuencia del calor extremo y añadió 11 días calurosos adicionales al año en promedio.
Si se implementa plenamente el Acuerdo de París, ayudaría a reducir el calentamiento proyectado de 4,0 a 2,6 grados, una disminución sustancial que, no obstante, crearía un mundo peligrosamente caluroso.
Al revisar algunas olas de calor recientes, como el calor extremo en la Amazonia o en Burkina Faso y Mali, se observa que estos eventos son casi 10 veces más probables desde 2015.
Por otra parte, este año se puso de manifiesto, una vez más, la injusta distribución de las consecuencias del cambio climático y si bien la humanidad necesita con urgencia abandonar los combustibles fósiles, también debe invertir en medidas de adaptación. Muchas muertes y otros impactos podrían evitarse con una acción oportuna, pero eventos como el huracán Melissa pusieron de relieve los límites de la preparación y la adaptación para prevenir pérdidas y daños extremos.
Esto subraya que la adaptación por sí sola no es suficiente; la rápida reducción de las emisiones sigue siendo esencial para evitar los peores impactos del cambio climático provocado por el hombre.
