Las pérdidas financieras derivadas del consumo excesivo de alcohol en Japón ascienden cada año a unos 90.000 millones de dólares, según los cálculos realizados por el grupo de investigación del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social del país.
Pero en general, la moral pública se muestra tolerante hacia la ingesta de alcohol en Japón: una parte significativa de los empleados después del trabajo va a los pubs y muchos jefes les dan a sus subordinados un día de descanso si se quejan de la resaca.
Según los expertos, el tratamiento de diversas enfermedades causadas por el alcohol cuesta unos 13.000 millones de dólares.
Los investigadores también afirman que los problemas derivados del alcohol entre los trabajadores y empleados reduce la productividad en un 21%, lo que se traduce en una cantidad estimada en decenas de miles de millones de dólares.
Según los científicos, casi el 6% de los hombres y el 2% de las mujeres en Japón reconocen tener problemas con el alcohol.